Tu calor y tu frío

Cosas-que-tienes-que-hacer-con-tu-pareja-15 (1)

foto: autor en búsqueda

Nos prometimos largas noches de lectura frente al fuego -tú decías desnudos y bajo mantas de largo pelo y yo pensaba dónde- y siestas sin fin bajo el sol, y sin nada. Pero a mediados de marzo el calor ya te agobiaba bajo las sábanas y yo me despertaba aterido, temblando. Pasó el verano y aguantamos con risas esas discordancias térmicas; en octubre exigiste un edredón menos fino -no sugeriste, exigiste- porque el frío leve de medianoche te desvelaba. Más adelante, me convenciste con el aire condicionado -yo nunca lo había tenido- y tenía que subirlo un par de grados a escondidas, cuando no estabas. Pero nuestro amor seguía creciendo. Un día soñé que acabábamos aún jóvenes durmiendo en camas de noventa separadas por una triste mesita con lámpara. Y busqué modernos muebles cama nórdicos por si nos pasaba. Y ya una noche me dijiste que por favor me alejara, que no podías dormir si te tocaba, que me querías tanto y tanto. Ahora viajamos con una ventana abierta y la otra subida con rabia, sin aire y con aire, son así tus peleas con el climatizador bizona. Al final te quiero tanto que no sé si sudo o lloro, si es hielo o lágrima lo que está cayendo.

Desavenencias térmicas, extensión libre.

5 thoughts on “Tu calor y tu frío”

  1. Muchas veces nos vemos envueltos en relaciones que, aun no estando plenamente convencidos de que sean las más adecuadas para nosotros, las aceptamos sin más. Porque pensamos que es lo único que tenemos en ese momento, y no vemos que para poder querer hay que quererse primero a uno mismo. Iniciar una relación con quien no nos interesa es lo contrario a quererse. Esperamos que todo vaya a mejor, confiamos en que la otra persona cambie; o peor aún, nos proponemos cambiarla, aspiramos a ser su salvador. Energía y tiempo perdidos. Cada uno es como es, y así debe ser. Debemos comprender que no siempre se acierta en el momento, que quizá esa persona no es ahora para ti. Y sobre todo, ¡quiérete! Si nos quisiéramos más… Cúbrete con la manta que más te guste en el invierno, apaga el aire acondicionado y abre los brazos; quizás alguna noche alguien quiera darte ese abrazo.
    Y si al final nada de eso ocurre, todo estará bien, porque seguirás siendo tú.

  2. El amor puede con todo… Yo sé que soy friolera y él caluroso, pero nos aceptamos tal y como somos. Entonces ¿por qué dormir separados? En verano, sí estamos un poco más distantes, pero eso no impide que nos abracemos. En invierno compensamos esos días de calor y aprovechamos el frío para estar aún más juntos.

  3. Qué importa si yo soy frío y tú eres calor, qué más da si llega el invierno si te tengo a ti. Si me discutes por el clima, qué más da si yo a ti te quiero. Son tonterías que no tienen importancia: lo sé cuando te tengo a mi lado durmiendo. Qué mas da si hay frío o si hay calor, estás tú y eso es lo que importa.

  4. Largas noches de verano
    bajo un frio estremecedor,
    largas noches de invierno
    bajo un calor abrasador.

    Cuando hay calor,
    te apartas de mí.
    pero cuando hay frio,
    te pegas a mí.

    Me prometiste el calor,
    pero me diste el frío.

  5. Triste mesita con lámpara
    oscura la noche en la cama
    frías sábanas vacías
    ¿cuándo fue?
    Triste sonrisa en mis labios
    oscura mañana en mi ventana
    frío en la piel huérfana de caricias
    ¿cómo fue?
    Triste deambular por las calles
    oscura esta nuestra ciudad
    frío en las manos, helado el corazón
    ¿por qué fue?

Responder a maria Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *