El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha fue, es y será una obra clásica. Escrita por Miguel de Cervantes, parodiaba la vida caballeresca.
Cuando me pidieron que escogiera una foto de entre las muchas relacionadas con esta obra literaria, elegí esta porque plasma con sus colores cálidos la locura de don Quijote y porque muestra la escualidez y la palidez del personaje. La locura está en sus ojos y estos penetran en el observador. Quizás todo se se halle de forma exagerada, pero así vemos mejor la locura y resulta más fácil imaginar todo el mundo alternativo en el que vivía don Quijote.
Aunque la expresión “fue, es y será” se ha repetido hasta la saciedad y, por tanto, carece de originalidad, he de reconocer que me sigue resultando atrayente. Además, Alba, la traes aquí con todo rigor, pues una obra clásica es justamente la que perdura y, por tanto, es la que “fue, es y será”, sin que se vaya de entre nosotros. La obra clásica nos habla de nuestra propia esencia; en el caso del Quijote, como es sabido, de nuestra doble vertiente: pragmática (el escudero) e idealista (el caballero). Es por todo ello que ese “vivía” pretérito e imperfecto debiese ser sustituido por el presente “vive”.