Hoy nos toca una película de Fellini. Cuando el director Guido Anselmi se encierra en un balneario buscando la calma, esta le resulta difícil de encontrar, y su angustia le provoca la confusión entre realidad y delirio.
Esta escena tiene mucho de delirante, aunque tratándose de Fellini no debe extrañarnos demasiado. Un encuentro con un cardenal de la iglesia de Roma entre los vapores del balneario tiene que parecernos forzosamente onírico e irreal, pero el prelado, a pesar de ello, tiene las cosas claras: “fuera de la iglesia no hay salvación”. Se trata de un antiguo dogma de los cristianos católicos que se remonta a San Cipriano, en el siglo tercero. Y lo dice de dos formas: “Salus extra ecclesiam non est” y “Extra Ecclesiam nemo salvatur”.
Para completar sus citas latinas, distingue entre la Civitas Dei y la Civitas Diaboli.