De proscrita a venerado. Las escuelas han pasado de confiscar los mp3 de los alumnos a promover su uso en el aula. Es lo que ocurre con los chavales de primero de bachillerato del instituto Ramón y Cajal de Huesca. Recibirán este trimestre de manos de sus profesores un iPod de 80 gigas para que, además de cargar su música y vídeos favoritas, sigan las clases de inglés dentro y fuera del centro. Se trata de un proyecto piloto del Gobierno de Aragón para explotar las ventajas del iPod como herramienta para el aprendizaje de idiomas: su potabilidad, su facilidad de uso, su capacidad para reproducir sonido, texto, imágenes y vídeo, la posibilidad de acelerar o ralentizar los discursos, de avanzar y retroceder en los archivos o de grabar al alumno para evaluarlo. “Se decidió comenzar por las clases de inglés porque hay una gran variedad de programas y de material disponible para descargarse gratuitamente, pero la idea es que ellos creen sus propias clases de inglés, sus propios podcasts”, comenta el gerente de K-tuin Zaragoza, Fran Fuentes, el distribuidor de Apple que impulsa la incorporación del iPod en los centros educativas de Aragón.
Elena Pardina, profesora del Ramón y Cajal y coordinadora del proyecto, está convencida de que esta nueva herramienta permitirá superar algunas de las dificultades que ahora tiene en sus clases de inglés. “No siempre conseguimos que en las clases solo se hable inglés, porque a los alum-nos les da vergüenza, no entienden todo… Con el hipo y el material que les vamos a facilitar podrán escuchar los diálogos en casa, imitar la pronunciación… y sin darse cuenta lo asimilarán mejor”, explica. También pretenden acostumbrarles a diferentes pronunciaciones -inglés británico, estadounidense, canadiense o australiano – y aprovechan material de escuelas británicas o de diarios como The Guardian sobre inmigración o acoso escolar para plantear debates en inglés sobre temas que preocupan a los alumnos.
Pero no se trata solo de los iPods ni de la enseñanza de idiomas. La revolución que los nuevos dispositivos están introduciendo en colegios e institutos va mucho mas allá: es la enseñanza móvil. La clave está en la creación de podcasts, ficheros de audio y vídeo que se distribuyen por internet y se pueden descargar -normalmente en un reproductor móvil-, y que utilizamos en el ámbito educativo, facilitan que profesores y alumnos puedan grabar sus propias clases, resúmenes o apuntes y los puedan escuchar donde quieran con un mp3, un mp4, un móvil o un ordenador.
Los podcasts hace tiempo que triunfan entre los usuarios para descargarse programas de radio o vídeos musicales. La novedad estriba en crear contenidos técnicos, científicos o lingüísticos que puedan descargar como material de estu-dio. “Se trata de llegar a los alumnos a través de lo que ellos hacen, y cualquier chaval de la ESO está acostumbrado a escuchar el mp3, el iPod o el móvil. Así que, ya que lo usan, podemos enseñarles a crear su propio contenido para ese medio”, dice Fran Iglesias, coordinador del proyecto Grimm, promovido por profesores interesados en utilizar creativamente la tecnología en las aulas.
Nico Torres, profesor de secundaria en la Institución Montserrat de Barcelona, tiene muy claras las ventajas de introducir las nuevas tecnologías en clase: “Agiliza los procesos de aprendizaje, la metodología se hace más agradable y visual, el alumno puede interactuar de una forma más directa creando sus contenidos de una forma personalizada y creativa, y mejora la relación entre profesor y alumno”. Hace mas de seis anos que puso en marcha con sus alumnos una televisión por internet cuyas producciones se distribuyen ahora en formato podcast. Y los chavales también utilizan este formato para los apuntes de sus clases de tecnología. “Cuando trabajo una unidad, un grupo de tres o cuatro alumnos crea los apuntes para sus compañeros: hacen un esquema sobre los conceptos básicos, buscan imágenes para ilustrarlos y graban sus propias explicaciones de ese tema”, apunta Torres.
Su experiencia es que estás iniciativas mejoran el rendimiento de los estudiantes. De en-trada, porque la clase deja de ser “un rollo” o “un palo” y aumenta su motivación. Pero también porque el proceso de aprendizaje es mucho más rico, ya que la creación de podcasts exige investigación, escritura, desarrollo del vocabulario, discurso eficaz, solucionar problemas, precisión con el tiempo, creatividad…. Además, potencia el trabajo en equipo y hace que los alumnos se sientan orgullosos de su propio trabajo porque luego lo utilizarán otras personas. Y hay algo más. “Otro aspecto que he observado es que la rela-ción profesor-alumno cambia cuando se les hace participes de su propio proceso de aprendizaje, y esto, en secundaria, es fundamental para no ser machacado por tus propios alumnos”, enfatiza.
Su colega Raúl Santiago, del colegio Irabia de Pamplona, coincide en que una de las principales virtudes de aplicar las tecnologías en la educación es la motivación. Para los alumnos de primaria de nueve y diez anos que tienen que hacer fichas sobre sus libros de lectura resulta mucho más atractivo grabar sus propios archivos de voz, elegir imágenes y colgar sus trabajos en internet, que rellenar las tradicionales fichas escritas sobre el autor, el tema…
Los podcasts de fichas de lectura son uno de los últimos proyectos impulsados en el Irabia, pero no el único. En la asignatura de historia de la música, los alumnos de tercero de ESO elaboran un podcast al finalizar cada unidad didáctica con un resumen de los objetivos del tema, fragmentos de música, imágenes de los instrumentos que intervienen… “Los alumnos tienen que hacer un guión con los capítulos y secciones que desarrollaran, buscar información por internet y grabarlo; luego pueden descargarlo donde quieran: en el ordenador de casa, en el móvil, en el iPod… De modo que pueden estar recogiendo su habitación y escuchando el resumen de la lección”, comen-ta Santiago. La tecnología podcast también se utiliza para grabar conversaciones en inglés de los alumnos sobre el fin de semana o la Navidad, que luego se utilizan en las clases de idiomas de cursos inferiores. “El resultado es lo de menos, lo importante es el proceso, porque resulta muy motivador”, dice. También los profesores del Irabia crean material. En estos momentos preparan una colección de veinte podcasts que resumen el temario de filosofía para la prueba de selectividad. “En junio, los alumnos podrán tener en su móvil o en su mp3 esta colección y repasar los temas de filosofía mientras toman el sol en la piscina o hacen deporte”, apunta el profesor de tecnología.
El fenómeno de los podcasts está teniendo mucha aceptación entre él publico escolar porque es una herramienta muy potente que permite oír una clase, un vídeo educativo o una presentación en el momento y al ritmo que cada uno quiere, y para muchos alumnos es más fácil aprender por el oído que por la vista. Además, implica un acercamiento de la educación a la cultura tecnológica de niños y adolescentes. “Se trata de elaborar los medios a los nuevos hábitos, de generar material de estudio para que aprendan con mas intensidad”, justifica Fran Iglesias, del programa Grimm.
Pero el vertiginoso ritmo al que avanzan las tecnologías hace que la adaptación de la comunidad educativa no siempre resulte fácil. “Todo es tan novedoso que no hay modelos claros de cómo integrar las tecnologías de la información en las áreas curriculares de una forma generalizada”, advierte Incoo Torres. Y no oculta que la incorporación de estás nuevas herramientas a la escuela conlleva algún que otro inconveniente. “Requieren una constante formación, los apara-tós no siempre responden y complican el trabajo, convirtiéndose en un arma desmotivadora para el profesor”, detalla. Si a ello se suma que en los centros escolares no siempre se apoya a los profesores innovadores y que con frecuencia los especialistas en TIC se acaban utilizando como técnicos en reparaciones, el resultado es que muchos de estos docentes se acaban quemando.
RIUS, Maite: “La clase en el MP3”. Suplemento es núm. 15 (12.01.08). La Vanguardia [Barcelona], pag. 24