¡Que bien vuela Pepe!

“Que bien vuela Pepe”

                                 (Autor: Pablo)

Había una vez tres huevos. La madre estaba incubando los huevos, de pronto salieron del cascarón los pollitos. Era una familia de aves rapaces. Los pollitos se llamaban: Pepe, Pepito y Buscador. A Pepe le gustaba mucho volar a Buscador le gustaba mucho buscar cosas y a Pepito le gustaba mucho jugar. 

Un día Pepito estaba jugando y él no podía volar, entonces salió una serpiente venenosa y cogió a Pepito por la pata. Entonces la serpiente se lo iba a comer y Pepe, de golpe, salió volando de la nada. Entonces cogió a Pepito con sus garras y la serpiente solo le hizo un rasguño, aunque hubiese tenido muchas posibilidades de morir ya que era venenosa. Pero Pepe y Pepito alcanzaron a llegar al nido.

 Después de eso Pepe se fue a trabajar a un hospital. 

Os preguntareis ¿Qué hacía?

Pues era asustador de palomas, para que no hicieran caca, ni nidos, ya que tenían un helicóptero de emergencias que tenía que aterrizar en el techo del hospital.

Desde entonces Pepe vive con un señor muy majo que cuida de muchas aves rapaces y todas esas aves valen para 1 cosa: para cuidar que el helicóptero aterrice donde tiene que aterrizar. Ellas viven en jaulas mega grandes donde tienen mucho espacio para vivir. También tienen una jaula mitad grande, mitad pequeña que es donde duermen las aves. 

Cuando Pepe sale a volar es cuando más le gusta, ya que a todas las aves les gusta volar.

Los amigos de Pepe son: un búho, un halcón peregrino y otro búho gigante. 

Desde entonces Pepe va cada martes y cada viernes al helipuerto del hospital. Ningún ave puede volar tan alto como Pepe y nadie se atreve a molestarlo ya que con sus garras podría despedazar el cuello de las aves.

Si lo quieres ver ponte en la ventana y mira fijamente al cielo y al helipuerto. 

!Si tienes mucha suerte Pepe se posará en tu ventana y molará un montón!

 

 

 

Pepe, es una águila Harris, tiene 10 años y su función en el hospital es disuadir a las palomas de nidificar en la zona. Viene regularmente y sólo con su presencia es suficiente para disuadirlas de anidar en los techos. De esta forma el helicóptero puede aterrizar sin inconvenientes.