Nushi es una adolescente kosovar, de religión musulmana. Tiene quince años y ha pasado casi un año en España, acogida por una familia, durante la guerra de la antigua Yugoslavia. Al finalizar el conflicto, vuelve a su país a reencontrarse con los suyos, que viven en un campo de refugiados.
Escribe un diario que envía a la familia española, en el que deja constancia, durante cuatro meses, de la cruda realidad con la que se encuentra, de sus muchos sueños rotos y de sus esperanzas.
Nushi se siente desplazada y culpable, porque ha tenido un periodo de tranquilidad mientras su familia sufría el desastre de la guerra. Trata de integrarse a toda costa y de buscar en su familia el lugar que le corresponde, pero choca continuamente con un duro silencio y con una amargura difíciles de superar. Sus padres y su hermano están sumidos en una aguda tristeza, fruto de la situación, en la que ha perdido la vida su hermano mayor.
Nushi encuentra en el diario su desahogo y la posibilidad de expresar sus sentimientos. Es su tabla de salvación.
Finalmente logra averiguar la suerte que corrió su hermano Leku y plantearse la vida de cara a un futuro incierto pero esperanzado.
Así comienza la novela:
Desde ayer he comenzado a trabajar más temprano. A las siete tengo que estar en la clínica. Se ha decidido completar los historiales de los niños que vinieron hace tiempo así que hay que comprobar los listados y abrir nuevas fichas. Nazlie, el enfermero, me ayuda en la tarea de transcribir datos desde las hojas del censo hasta las tarjetas médicas. Es un hombre callado, pero con gran sentido del humor.
Lectores de esta novela:
- Hristina Peteva (3.º de ESO, curso 13/14)
La novela es muy interesante porque la protagonista ha podido estar lejos de todo lo malo que ha pasado, pero consigue saber la verdad de lo que ha pasado mientras ella no estaba, y, aun así, está fuerte y sigue adelante.