Verano de 1943: la familia de Max se traslada a un pequeño pueblo de la costa del Canal de la Mancha huyendo de los peligros de la guerra que asola Europa. El joven de trece años conoce allí a Roland y a su abuelo, Víctor Kray, guardián del faro. Con el nuevo amigo y con la hermana de éste, Alicia, pasan agradables jornadas en la playa, buceando y visitando los restos del buque Orpheus II. Pero los días de felicidad se ven truncados por la aparición de Mr. Caín, el Príncipe de la Niebla, un diabólico personaje que otorga deseos a cambio de un precio elevado. Para evitar un final desgraciado Max intentará encajar las piezas del puzle que se ofrece a su alcance: el jardín de las estatuas, las viejas películas y la terrible historia que el abuelo de Roland se niega a sacar a la luz.
Así comienza la novela:
Habrían de pasar muchos años antes de que Max olvidara el verano en que descubrió, casi por casualidad, la magia. Corría el año 1943 y los vientos de la guerra arrastraban al mundo corriente abajo, sin remedio. A mediados de junio, el día en que Max cumplió los trece años, su padre, relojero e inventor a ratos perdidos, reunió a la familia en el salón y les anunció que aquel era el último día que pasarían en la que había sido su casa en los últimos diez años. La familia se mudaba a la costa, lejos de la ciudad y de la guerra, a una casa junto a la playa de un pequeño pueblecito a orillas del Atlántico.
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Lectores de este libro:
- Celia Fuentes (3.º de ESO, curso 13/14)