Sangre

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[Foto: Geoff Mock]

Fue una idea brutal, inesperada, brillante. Llevaba años sin una ocurrencia rentable, encerrado en el pequeño taller fundiendo oro para economías de subsistencia. Recordó aquella vez que consiguió algo en plata que tuvo una relativa repercusión en el mercado, al menos durante el verano. Esto era mejor. Ilusionado, tomó aire. El nuevo proyecto consistiría en un recipiente minúsculo, de finísimo cristal, que engastaría con hilos de oro de alta calidad. Anillos, colgantes, pendientes. Debía calibrar pesos y coste, definir un perfil potencial suficientemente amplio y una publicidad fresca, pero agresiva. Llenaría sus joyas con su propia vida, de un rojo rubí: nacía la colección Trombocitos.

Relato con sangre, extensión libre.

Series favoritas

Mad Men

[Foto: autor desconocido]

Un personaje que por sí solo, sin necesidad de ningún otro añadido de calidad, podría sostener toda una serie. Don Draper, director creativo de la agencia de publicidad en la que se desarrolla Mad Men, posee el carisma suficiente para convertirse en un personaje histórico, de la misma manera que el agente Cooper no hubiera necesitado más que de sí mismo (y de su grabadora) para hacer de Twin Peaks algo muy grande.

Casi cada nuevo personaje de Mad Men está a la altura de los principales. El elenco de actores que circulan de manera habitual por la agencia de publicidad Sterling Cooper es magnífico (por ejemplo, esos personajes femeninos condenados a parecer desdibujados, encasillados, sexualizados). Y los que habitan el mundo exterior al de estos hombres de los anuncios no están a la zaga. […]

Juan Polo, en ¡Vaya Tele!

Tu serie favorita y por qué lo es. Puedes recuperar tu texto de DICIEMBRE 2. 

Mis vecinos y yo

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[Publicidad años 50, haz clic sobre la imagen para ver más]

Pared con pared, buenos días buenos días, secretos a voces, lacónicos de ascensor. ¿Quién era ese? ¿A qué piso vas? Como parientes lejanos, como primos segundos, ellos saben de nosotros, quizás poco o quizás nada. Levantamos murallas o tendemos puentes. Ya nadie necesita una pizca de sal, pero en alguna ocasión, intercambiaremos favores. Odiamos sus pisadas, nos avergüenzan sus riñas, celebramos sus ausencias. Los vecinos aparecen y desaparecen de repente, sin previo aviso y sin hacer apenas ruido. Nuestra vidas -la suya y la nuestra- corren a la par, puerta con puerta. Y todos en comunidad, vidas de mirilla.

Tus impresiones sobre tus vecinos, sobre la vida en comunidad. Extensión libre.

En mitad de las plazas

JdelaFNo hay muchas cosas que sean de verdad imprescindibles en la vida, pero quizás una de ellas sea una buena plaza. Una plaza que abarque el mundo y a la vez le ponga límites razonables. Una plaza que sea un paréntesis y también un cauce, porque uno quiere que las cosas estén ordenadas y sean familiares y al mismo que fluyan; uno quiere ver caras conocidas y caras desconocidas, confortarse con lo reconocido y estimularse con lo nuevo, sentirse en casa y también sentirse un poco o bastante extranjero. Yo me siento por la mañana a desayunar en el café donde me senté el primer día y al repasar con la mirada todos los elementos de la plaza a los que ya me he acostumbrado —los toldos, las bicis, los tranvías azules y blancos que se cruzan en dos direcciones, la librería, el muro de la iglesia cerrada, la gente que charla a mi alrededor en varias lenguas y la que pasa más bien perdida, mirando mapas, acercándose a la estatua— me acuerdo de algunas de las plazas en las que más he disfrutado en la vida, y me parece que esta hubiera sido diseñada de acuerdo con mis indicaciones más precisas.            Antonio Muñoz Molina

Descripción de una plaza, extensión libreLa tarea coincide con el texto que debes redactar en DIC 1.

Fue en un tren

[Foto: Jeff Baronne]

Los retratos-ficción han sido un éxito; lo hemos pasado bien al descubrir quién era en realidad esa muchacha triste, este señor de sonrisa entrañable: hemos entrado en muchos corazones, en muchos miedos, en muchos sueños. Al leer algunos relatos breves- de unas 70 palabras- que habéis escrito en “Compañía en el tren”, el texto libre de la segunda semana de noviembre, he pensado que os gustará compartirlos en el blog. O quizás, queréis desarrollar un poco más la pequeña secuencia que apuntasteis entonces. Para los tímidos, escribid aquí lo que ya escribisteis y yo corregí. Para los valientes: adelante con una nueva historia, con un nuevo relato entrevías. La foto puede ser un punto de partida, pero pensad que es solo un vagón de un largo tren. Los demás pasajeros, aquellos que no vemos, los ponéis vosotros.

Relato de extensión libre. 

Retrato-ficción nº 2 (2 de 2)

[Foto: autor desconocido]

No los conocemos; de hecho, han aparecido casualmente gracias a un motor de búsqueda. Tampoco sabemos si esta foto es reciente, o fue tomada años atrás, cuando le llegó al artista la inspiración y el personaje pasó y posó. ¿Cuál es su nombre? ¿Cómo le va? Vemos su rostro, la luz que les envuelve, ese instante entre mil que finalmente se escogíó para el retrato, la ropa, casual o no. Inventa una vida para ellos, una trayectoria, un recorrido. Observa detenidamente la foto y déjate llevar: revélanos quién es, qué papel juega esta persona en tu fantasía.

Retrato-ficción, en tercera persona, de unas 80 palabras.

Retrato-ficción nº1 (1 de 2)

[Foto: Lise Sarfati]

No los conocemos; de hecho, han aparecido casualmente gracias a un motor de búsqueda. Tampoco sabemos si esta foto es reciente, o fue tomada años atrás, cuando le llegó al artista la inspiración y el personaje pasó y posó. ¿Cuál es su nombre? ¿Cómo le va? Vemos su rostro, la luz que les envuelve, ese instante entre mil que finalmente se escogió para el retrato, la ropa, casual o no. Inventa una vida para ellos, una trayectoria, un recorrido. Observa detenidamente la foto y déjate llevar: revélanos quién es, qué papel juega esta persona en tu fantasía.

Retrato-ficción, en tercera persona, de unas 80 palabras.

Mundo aeropuerto

704351_496538220380661_368875916_o[Foto: Ho-Yeol Ryu]

Como tu vuelo llegó con retraso, el vaivén y el trasiego me trajeron antiguos recuerdos. Mi amiga María se enamoró de un madrileño y cuando nos dijo que se iba a vivir a Barajas nos quedamos estupefactos. Ya sé que es también un pueblo pero no puedo evitar buscarla por los pasillos, en las tiendas, en las cafeterías del aeropuerto homónimo. También recordé a PT, que trabajaba en megafonía en El Prat y le llamábamos el please passengers proceed y nos partíamos la caja cuando se imitaba a sí mismo. Un año recriminé a una alumna que no entregaba tareas de castellano y se excusó pidiéndome que la entendiera, que con la nueva terminal, estaba muy liada en su trabajo en el aeropuerto. «Vaya morro tiene», pensé. Y también recordé aquella vez en Almería cuando tuvimos que correr como nunca por la pista porque se iba el avión y nos dijeron que nos estaban esperando para salir, y que las maletas ya llegarían al día siguiente. Y también cómo me mirabas cuando me metía en aquellos cubículos apestosos llenos de humo para bañarme en nicotina. Me mirabas con tanta pena…

 Aeropuertos y tú. Extensión libre

Al menos este verano

[Imagen comercial, autor desconocido]

Al menos este verano no me importó no pisar la playa más que un par de veces, – y casi accidentalmente – y he descubierto que me encantan las piscinas: qué gusto zambullirse al final de la tarde. También descubrí que tampoco se suda tanto tierra adentro y que el agua estancada ya no irrita los ojos como cuando era chico. No puedo quejarme porque he perdido el miedo a ducharme con agua fría antes de y ya no me parece tan impersonal esa gran balsa cuadrada de falsos reflejos marinos. Cuando todo parecía perdido, recobré el placer de secarme sobre césped y de leer cuanto he querido sin arena entre las páginas y  volví a la infancia, sorprendido, al descubrirme arrugas en las yemas.

Consuelos de verano, extensión libre.

¿Qué tal las vacaciones?

[Foto: New Jon]

Las vacaciones están yendo bien. Kilómetros y kilómetros lejos del trabajo. De hecho, no salgo apenas del coche. Repostar es la excusa para comer, beber, estirar las piernas. Me gusta dormir en los moteles, esperando ruidos sospechosos allá fuera, junto la carretera. No veo indicación de monumentos, señales de peligro o de cambios de sentido. No suelo encontrar atascos porque, sin querer, huyo de cualquier localidad conocida. Pero reconozco que me sorprendo a cada paso: atravieso lugares de los que nunca nadie ha oído, trato con gentes que apenas me entienden, no veo animales, siempre es media tarde: no se hace de noche ni de día. Descubro entonces que no sé a dónde me dirijo; yo que buscaba la paz en una huida sin más, me encuentro atravesando carreteras sin mapa,  paisajes torvos y pueblos fantasma.

¿Qué tal las vacaciones? Texto libre, creativo, de unas 100 palabras