[Foto: Elizaveta Musienko]
A veces
alguien te sonríe tímidamente en un supermercado
alguien te da un pañuelo
alguien te pregunta con pasión qué día es hoy en la sala
de espera de un dentista
alguien mira a tu amante o a tu hombre con envidia
alguien oye tu nombre y se pone a llorar.
A veces
encuentras en las páginas de un libro una vieja foto de la persona
que amas y eso te da un tremendo
escalofrío
vuelas sobre el Atlántico a más de mil kilómetros por
hora y piensas en sus ojos y en su pelo
estás en una celda mal iluminada y te acuerdas de un día luminoso
tocas un pie y te enervas como una quinceañera
regalas un sombrero y empiezas a dar gritos.
Este es el principio de un poema de José A. Goytisolo titulado “A veces”. Con su permiso, vamos a tomarle la palabra y lo vamos a continuar nosotros.
Respetad su estructura: un verso que contiene el “A veces” y los versos libres debajo. Cinco imágenes son las que usa el poeta en cada estrofa.
Al final del último verso, punto y aparte.
A veces
me despierto de buen humor
preparo el desayuno para mi amor
me ducho deprisa sin razón
paso el día frente al ordenador
imagino que todo cambiará
a pesar de todo
un día se acabará
A veces
no hablo
no discuto
no escucho
no dudo
no miento porque no soy capaz
en verdad estoy seguro:
sin mentiras la vida es más sencilla
A veces
matáis antes de saber
vais donde todos van
no pensáis con vuestra propia mente
seguís a otros, es tan fácil
sois todos iguales
criticáis a los que son diferentes
al final, nada es atractivo
sois solo una vacía fuente
A veces
cometes errores como todos
no ves, a pesar de que está frente a ti
si lo sabes, tú puedes
la evolución es natural
la involución es fatal
sal de tu espacio de confort
no es fácil para ninguno
tienes que intentarlo
no lo dudes
A veces
miro el horizonte pensando qué estarás haciendo en este momento,
y es que me es tan difícil tenerte tan lejos de mí…
Lo único que salen de mí son suspiros hacia ti,
y tú sigues allí.
¿Por qué no ves que te necesito?
Que extraño cada una de tus caricias,
de tus miradas.
Solo queda reprimir mis sentimientos
y mirar hacía delante.
A veces
te miro y no te reconozco,
esa sensación me recorre todo el cuerpo
y me nubla el entender.
¿En verdad eras tú?
A veces
pienso y recapacito
si todo es así ¿por qué será?
será que te miro y no eres tú,
o simplemente…¡jamas fuiste tú!
A veces
estoy contento o triste
nunca me pregunto el porqué
porque sé que mi vida va a ritmo de
a veces.
A veces
todo se hunde bajo tus pies
el cielo está gris
tus pulmones parecen quedarse sin aire
la vida parece no tener sentido
desfalleces
pero solo a veces.
A veces
cuando te sientes olvidado
alguien te recuerda
cuando te sientes triste
alguien te da un abrazo
cuando te sientes solo
alguien te acompaña.
A veces
la vida te da disgustos
y otras te da alegrías
lo más grande
es lo más pequeño
y lo más insignificante
puede ser lo más importante.
A veces
es mejor pasar desapercibido
que ser importante
lo peor que te pasa
puede ser lo mejor
al final del camino
todos llegamos a nuestro destino.
A veces
sitúa
acecha
invade
destripa…
olvido.
A veces
te invade una agradable sensación
te sientes feliz con lo que te rodea
te sientes cómoda contigo misma
te sientes bien con los demás
eres feliz.
A veces niña de ojos azules
quisiera mirar tu alma,
quisiera ver tu sonrisa
en tu boca reflejada.
A veces
mi niña de ojos marrones
quisiera que me escucharas
y que vieras en mis ojos
con que desesperación te llaman.
A veces
se me parte en dos el alma
se me inunda el corazón
recordando
vuestra cara.
A veces, tan solo…¡a veces!
y muchas otras pensaba
con tanto amor en mi alma
con la certeza de un día
devolveos mi mirada.
A veces queridas mías quisiera ver en mi alma
la dulzura de esos ojos
para ahogarme dentro de ellos
con ese amor que emanan
a veces, tan solo a veces
me miro dentro y no hay nada.
A veces
siento ese escalofrío de tu piel rozando la mía
tus ojos clavados en los míos
ese instante con el último suspiro.
A veces
sonrío al despertarme y darme cuenta de que estas ahí
de que tus brazos me rodean
y me siento libre
solo a veces
te siento conmigo
aun sabiendo que ya te has ido.
A veces
una sonrisa en su rostro evade mi mente
una mirada a través de los ojos del otro sería la solución a muchos conflictos
un necesito ayuda a tiempo mejor que un he fracasado
mil palabras están vacías si no las acompaña
ni un solo acto.
A veces
no tememos al miedo
miramos a ese miedo a la cara y le hacemos frente
la luz que nos guía se hace tenue
al caernos aprendemos y al levantarnos somos más fuertes.
A veces
solo a veces
nos guiamos por el corazón
y por un momento rozamos la libertad que tanto anhelamos.
A veces
miro sin ver y oigo sin escuchar
suelo saber cosas sin averiguar
te preguntas el porqué de las cosas
y en otros esas cosas son geniales.
A veces
estoy contento porque es poca mi seriedad
me suelen pasar cosas que no puedo explicar
pero todas estas cosas estarán en mi recuerdo
gracias por suceder solo a veces, pero hay cosas
que me gustaría
que me pasaran siempre.
A veces
un halago disimulado te hace estremecer
un enfado acaba en risa y es absurdo y
parece no tener fin
un rojo intenso en los labios te hace volver a sentirte
una mujer
una noche en vela te permite elegir tus sueños
un golpe del destino te cruza con quien soñaste.
A veces
me levanto con el peso de los años ya vividos
y de las anhelos frustrados antes de nacer
me despierto entre sudores, amenazado por inquietos sueños que me dejan cansado
y sin respiración
me despierto lleno de alegría y deseando salir a la calle
para empezar un nuevo día pleno
de gozo y alegría: esas veces cuando silbo por la calle sin darme ni cuenta
cuando acabo un trabajo que me deja satisfecho o simplemente saludo y tomo café con alguien querido
esas veces me recuerdan que vivir es empezar cada día
como si fuer a el primero a pesar de las veces que no quieres levantarte.
A veces
recuerdo cuando era niña
la ilusión que tenía por la vida
a veces recuerdo aquel primer beso
a veces recuerdo aquel primer novio
a veces recuerdo aquel primer viaje
y solo a veces… recuerdo que hoy debería alegrarme
por estar viva.
A veces
cierro los ojos para evocar tu imagen
veo tus ojos, traviesos, mirándome descarados
escucho las primeras palabras que me dijiste
siento esos primeros besos robados
sonrío al sentir en mi pies tus manos inexpertas.
A veces
aprieto los ojos con fuerza para que no te escapes
evoco nuestras ilusiones de adolescentes
vuelvo a pasear contigo por la playa
puedo percibir tu respiración en mi cuello
suspiro al revivir nuestros encuentros más íntimos.
A veces
abro los ojos retornando de mi sueño
descubro que no te has ido del todo
escribimos una historia que perdurará en el tiempo
entiendo que ahora he de escribir mi propia historia
miro al horizonte ilusionada por todo lo que me queda por escribir.
A veces
alguien nos llama y nosotros contestamos
alguien nos contesta sin ser llamado
alguien llamado no nos contesta
alguien contesta por contestar
alguien dice: ¿Hay…?
A veces
encontramos lo que no buscamos
nos desesperamos por lo que necesitamos
al encontrarlo suspiramos aliviados
y lo damos por solucionado
pero al cabo de poco tiempo
y sin darnos cuenta todo vuelve a repetirse.
A veces
sueño con montañas de libros que se elevan hasta tus pestañas
he de saltar de una pestaña a otra
el vértigo hace tambalearme en tus curvas rizadas
y de repente me despierto en tu páramo
de hojas y llantos.
A veces
mi dedo dibuja tu silueta en el vaho
¡cuerpo efímero!
se entretiene en los recodos
sigue melancólico tus curvas
luego mis labios rozan el empañado espejo
sueñan tus besos,
a veces mi piel te echa de menos
y en el escalofrio que le sigue vierte todo el deseo
ocurre a veces, algunas veces.
A veces
se hace tarde
a veces es demasiado temprano
a veces sin darme cuenta anochece
pero… siempre siempre
al final
te acabo encontrando.
A veces
te miro y te deseo
te miro y me matas
te miro y te preguntaría el porqué lo hiciste
cuando no debías
te miro y te envidio
te miro y lloro.
A veces
encuentro tu rostro en mi subconsciente
que aparece una y otra vez
sutilmente
viajo con mi mente hasta que encuentro tus labios
carnosos y húmedos
no sé por qué lo hiciste, fue el fin del principio
de una gran tortura humana, el coche estaba
lleno de sangre inocente.
A veces
te acuerdas de que tú no quieres ser quien ahora eres
te invade una incómoda tristeza pero luego se va y ya te olvidas
te enfrentas a un recelo gigantesco que te agobia
pero pasa un chiquillo que tropieza a tu lado y reaccionas
con sonrisa y sin embargo
ese a veces es más veces y más veces
y ya es siempre.
A veces
sales de casa sin saber muy bien dónde ir
dejándote llevar
por sensaciones
que te empujan a sitios agradables
bajo cielos luminosos
en las frescas mañanas de verano
a lugares cercanos al corazón.