Estos mamíferos entran cada vez más en contacto con los habitantes, algunos incluso han llegado a atacar personas y a entrar en edificios residenciales y públicos. La gente tiene miedo. Tienen el temor de dejar sus hogares y sus rutinas diarias. Aún disparando al aire, tocando el cláxon y levantando barreras no se pudo frenar la invasión de estos animales. En consecuencia, el gobierno ha enviado a un equipo de especialistas al archipiélago a evaluar la situación.
La situación actualmente se ha estabilizado, en los últimos días no se han registrado apariciones de osos en el poblado de Belushya Guba. El número de osos ha disminuido notablemente debido a las medidas impuestas para ahuyentarlos de los poblados, siendo innecesaria la recurrencia de inyecciones especiales para adormecerlos y trasladarlos a una zona alejada.
Este suceso es una de las tantas consecuencias del cambio climático, dado que estos últimos años los cascos polares se han ido deteriorando poco a poco dando lugar a una inestabilidad insoportable para los osos. Esto supone un gran problema, ya que dependen del hielo marino para atrapar a su presas. Como resultado, han optado por emigrar a zonas habitadas en busca de comida y refugio.
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Por Anna Albacete i Lídia González