Mi elección ha sido esta ilustración, dado que me gusta mucho desde la perspectiva desde la que se muestra a Aldonza Lorenzo junto con Dulcinea, en una acertada contraposición de la imaginación idealizadora de don Quijote y la ruda realidad. En primer lugar, podemos ver la figura basta de Aldonza Lorenzo representada con su fuerte aspecto pueblerino. En segundo lugar, observamos el dibujo perfilado de Dulcinea con unos rasgos perfectos y lo que podrían ser un tocado y un velo característicos de una dama. Enfrente, la figura de don Quijote, que solo ve a Dulcinea.
Elijo esta imagen también porque los personajes que se ven en ella están caracterizados tal y como yo los había imaginado anteriormente con la lectura del libro. Esta ilustración me ha hecho darles vida y ponerles físico a los personajes que tan solo leía.
Ciertamente, la imagen que has elegido es harto elocuente. Ahora bien, salvo que esta pretenda ser una conceptualización artística al margen del argumento del texto cervantino, la labriega que en ella se muestra no puede ser Aldonza Lorenzo, pues esta es un personaje aludido, es decir, un personaje del que el narrador u otros personajes hablan, pero que no tiene presencia física en el argumento. Si, como imagino, la ilustración recrea lo acontecido en el capítulo 10 de la segunda parte del “Quijote”, la figura femenina que se representa caballera sobre borrica es una de las tres anónimas labradoras que Sancho encuentra en las afueras del Toboso y pretende hacer pasar ante su señor por Dulcinea y una compaña de dos doncellas. El hidalgo «miraba con ojos desencajados y vista turbada a la que Sancho llamaba reina y señora; y como no descubría en ella sino una moza aldeana, y no de muy buen rostro, porque era carirredonda y chata, estaba suspenso y admirado». Observa cómo, efectivamente, el rostro de don Quijote no refleja la rendida admiración que cabría esperar ante un proceso de idealización amorosa. La etérea y estilizada figura de Dulcinea perfilada en el dibujo es como cristal acromático, capaz de transmitir la luz blanca sin descomponerla en sus colores constituyentes. La representación de la dama no solo sugiere la irrealidad del personaje, sino que apuntala su idealización a través de la delicadeza, la pureza y la perfección sugeridas respectivamente por la transparencia, la blancura y el círculo con que se delinea el personaje.
Sin duda, el dibujo que has escogido muestra una de las grandes diferencias que se dan en la novela entre la locura del hidalgo en la primera parte y la del caballero en la segunda.