Don Quijote perdió toda su cordura tras haber leído demasiadas novelas de caballería. Por eso, decidió emprender una gran aventura junto a su fiel escudero Sancho Panza.
En la imagen que tenemos arriba, una pintura de Savva Brodski, podemos ver cómo don Quijote consiguió convencer a Sancho Panza para que fuese su escudero. Los dos eran nobles y bondadosos, pero Sancho Panza también era codicioso. Así, don Quijote le prometió que, al final de su aventura, encontrarían riquezas y joyas, hermosas mujeres, y, sobre todo, una gran isla en la que Sancho Panza sería el gobernador. Y Sancho, que era muy pobre, aceptó.
No solo elegí esta imagen por el estilo del dibujo, sino también por lo que significa. Don Quijote era un loco, sí, pero también era un soñador. En cambio, aunque Sancho Panza también era un soñador, tenía una visión mucho más materialista de la vida, era un hombre muy práctico. Y por eso me gusta tanto la imagen. El simple hecho de que de un modo u otro represente una lucha entre el idealismo y el realismo me fascina.
Como sabes, Eugenia, el Quijote logró ser un libro de éxito por su humor paródico; pero, un clásico, por la significación simbólica que adquieren sus dos protagonistas: el alma dual del ser humano, en lo que supone de idealismo y de pragmatismo, se vuelca, respectivamente, en los personajes de don Quijote y Sancho Panza.
Y, efectivamente, la escena en que el caballero convence a quien ha de ser su fiel escudero es el momento primigenio del que parte esta lectura interpretativa.