De las miles y miles de imágenes que he visto del Quijote, ha habido muchas que me han gustado, por lo que me ha costado elegir una en concreto; pero, finalmente, me he decantado por esta.
Lo que me ha llamado la atención de esta imagen es su simplicidad, el hecho de que sea dibujado y pintado como para un libro infantil. Además, esta imagen me ha recordado a las ilustraciones de los libros de primaria que nos hacían leer y las historias que nos contaban sobre el Quijote, que nadie entendía. Ahora seguramente tampoco sepa gran cosa, aunque sí sé algo más que antes (el significado de “La Mancha”, por ejemplo, que es donde se supone que está don Quijote en esta imagen), y el hecho de que aparezcan molinos en la foto hace que me venga a la mente la escena típica que te contaban siempre del Quijote. También lo que me ha hecho gracia ha sido que salga delante Cervantes, que representa que está escribiendo la historia.
La misma fusión de planos (el real, creativo, y el literario, creado) se da en la novela cervantina. Un ejemplo lo encontramos en el capítulo VI de la primera parte, cuando el cura dice al barbero que “Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y sé que es más versado en desdichas que en versos”. Así pues, la metaficción que dispone a autor y personajes en un mismo plano establece un nexo efectivo entre la obra pictórica que tú propones, Julieta, y la propia novela .
Buenos días
Acabo de encontrar tu descripción de mi cuadro y me ha gustado mucho. Este cuadro tiene su pareja. El plano es el mismo, la única diferencia es que en este cuadro Cervantes está terminando el Quijote y esta viejo y cansado. En el otro cuadro lo está empezando y esta joven y lleno de ilusión.
Si te interesa verlo, lo puedes encontrar en mi página asancheznaif.blogspot.com
Muchas gracias!
La descripción de esta entrada fue redactada, como ejercicio del curso, por una exalumna mía, bachillera de primer año por aquel entonces. Mío es solo el comentario a esta entrada.
He visitado tu blog, Ana. No soy experto en arte naíf; pero he de reconocer que me atrae su deliberada ingenuidad y la sencilla belleza de sus colores. He aprovechado para deleitarme con tus obras de la colección permanente de la Residencia Nuestra Señora de los Ángeles. Y, al hacerlo, he creído percibir otra diferencia del cuadro al que te refieres con respecto al que aquí se reproduce. Se trata de una diferencia igualmente sustancial, que puede añadirse a las por ti enunciadas: en un cuadro, la inmortal pareja va; mientras que, en el otro, vuelve.
Salu2.