1.- LA MÍSTICA. DEFINICIÓN.
La mística designa un tipo de experiencia muy difícil de alcanzar en que se llega al grado máximo de unión del alma humana a lo Sagrado durante la existencia terrenal. Se da en las religiones monoteístas (zoroastrismo, judaísmo, cristianismo, islamismo), así como en algunas politeístas (hinduismo); algo parecido también se muestra en religiones que más bien son filosofías, como el budismo, donde se identifica con un grado máximo de perfección y conocimiento. La palabra “mística” viene del griego mystikós (μυστικός), que significa “misterioso”, “enigmático”, propiamente “relativo a los misterios religiosos”; otro derivado de myein (μυεῖν) es “cerrar los ojos y quedar mudo”. La palabra “mística” viene del griego mystikós (μυστικός), que significa “misterioso”, “enigmático”, propiamente “relativo a los misterios religiosos”; otro derivado de myein (μυεῖν) es “cerrar los ojos y quedar mudo”.
El misticismo está generalmente relacionado con la santidad, y en el caso del Cristianismo puede ir acompañado de manifestaciones físicas sobrenaturales denominadas milagros, como por ejemplo los estigmas y los discutidos fenómenos parapsicológicos de bilocación y mística es la que da protagonismo a este conjunto de prácticas espirituales.
Los mecanismos comunes a cualquier misticismo son variados:
1- la lucha meditativa y activa contra el Ego, en el caso del Budismo, o nafs como en el caso del Sufismo musulmán
2- la oración y el ascetismo en el caso del Cristianismo
3- el uso de la Cábala en las corrientes más extendidas del Judaísmo.
2.- LAS TRES VÍAS PARA LA UNIÓN BEATÍFICA.
Para la unión del alma con Dios se establecía el seguimiento de tres vías, procedimientos, pasos o fases, según el Tratado espiritual de las tres vías, purgativa, iluminativa y unitiva [i]de Bernardo Fontova (Valencia, 1390-1460).
1- Vía purgativa (purgatio): el alma se purifica de sus vicios y sus pecados mediante la penitencia y la oración. Las atracciones por sí mismas no tienen por qué ser malas pero sí lo es el apego o gusto que provocan en la memoria, porque la impide orientarse plenamente hacia Dios. La privación corporal y la oración son los principales medios purgativos.
2- Vía iluminativa (illuminatio): una vez purificada, el alma se ilumina al someterse total, única y completamente a la voluntad de Dios. El demonio tienta entonces y el alma debe soportar todo tipo de tentaciones y seguir la luz de la fe confiando en ella y sin engañarse mediante una continua introspección en busca de Dios. Pero ha de ser humilde, ya que si Dios no quiere, es imposible la unión mística, pues la decisión corresponde a Él.
3- Vía unitiva (unio): el alma se une a Dios, produciéndose el éxtasis que anula los sentidos. A este punto sólo pueden llegar los elegidos y es muy difícil describirlo con palabras porque el pobre instrumento de la lengua humana, ni siquiera en forma poética, puede describir una experiencia tan intensa: se trata de una experiencia inefable. El hecho de haber alcanzado la vía unitiva puede manifestarse con los llamados estigmas o llagas sagradas (las heridas que sufrió Cristo en la cruz), con fenómenos de levitación del santo y con episodios de bilocación (es decir, encontrarse en varios lugares al mismo tiempo). El santo, porque ya lo es al sufrir este tipo de unión, no puede describir sino sólo aproximadamente lo que le ha pasado.
3.- PERIODOS DE LA MÍSTICA ESPAÑOLA.
1- Período de importación e iniciación, que comprende desde los orígenes medievales hasta 1500. Se produce una recepción de la mística medieval extranjera (Ruysbroeck de Holanda, Taulero de Alemania). El cardenal y político Francisco Jiménez de Cisneros (1436-1517) fomenta la mística y ordena traducirla al español.
2- Período de asimilación (1500-1560), durante el reinado de Carlos V. Las doctrinas importadas son por primera vez expuestas en estilo “a la española” por los escritores que son precursores: Hernando de Talavera (1428-1507); Fray Alonso de Madrid (1485 – 1570): Arte para servir a Dios(1521); Fray Francisco de Osuna (1497-1540): Abecedario espiritual (1525-27), que ejerció gran influencia en Santa Teresa; Fray Bernardino de Laredo (1482-1540): Subida del Monte Sión por la vía contemplativa (1535); Fray Juan de Dueñas: Remedio de pecadores 1545); Fray Pablo de León: Guía del cielo (1555); Beato Juan de Ávila (1500-1569): Audi, filia, et vide (1557).
3- Período de plenitud y de intensa producción nacional (1560-1600), durante el reinado de Felipe II y la época de la Contrarreforma, el Iluminismo es reprimido. La mística florece sobre todo entre los carmelitas: Fray Luis de Granada (1504-1588), Fray Luis de León (1527-1591), Malón de Chaide (1530-1589), Santa Teresa de Jesús (1515-1582), San Juan de la Cruz (1542-1591), San Pedro de Alcántara (1499-1562), Fray Juan de los Ángeles (1536-1609), Francisco de Borja (1510–1572), Cristóbal de Fonseca (1550-1621), Beato Alonso de Orozco (1500-1591).
4- Período de decadencia o compilación doctrinal, prolongado hasta mediados del siglo XVII. No hay creadores místicos, sino teólogos y retóricos que se ocupan de ordenar y sistematizar las doctrinas de los místicos con aparato teológico y escolástico. Sus principales representantes son Padre Luis de la Puente (1554-1624), Fray Juan Eusebio Nieremberg (1595-1658) y el heterodoxo Miguel de Molinos (1628-1696).
4.- RAZONES PARA EL AUGE DE LA MÍSTICA DURANTE EL REINADO DE FELIPE II
a) Razones religiosas.
1- El comienzo de la literatura mística en España coincide la terminación de la Reconquista contra árabes y judíos en el 1492. La tensión espiritualista de la lucha contra los protestantes remueve el fermento semítico, acumulado durante siglos de estrecha convivencia con los árabes. Eso explicaría su esencial carácter medieval y lo tardío de su florecimiento. La Reconquista había tenido el carácter religioso de cruzada en defensa del Cristianismo. Al terminar la empresa reconquistadora y llevada a cabo la conquista del Nuevo Mundo, quedaba un vacío que fue llenado con la mística.
2- La mezcla de espíritu caballeresco-religioso de la Reconquista favoreció la corriente literaria de la mística durante el reinado de Felipe II.
3- Al comienzo de la Edad Moderna se estableció un contacto con los países germánicos que habían tenido una larga tradición mística durante la Edad Media.
4- La mística del siglo XVI es la vía de escape, dentro de la religiosidad ortodoxa, del espíritu intimista del erasmismo y del individualismo renacentista, reprimido tras el Concilio de Trento (1545-1563) y la Contrarreforma (1560-1600).
5- El estado de corrupción de la Iglesia al finalizar la Edad Media provoca la reforma del Cardenal Cisneros (1436-1517). Las costumbres de la Iglesia dan un cambio radical, lo que provoca la proliferación de una literatura ascética.
b) Razones culturales.
1- Difusión de las teorías neoplatónicas sobre el amor, el ideal del Cortesano y la exaltación de los libros de caballerías.
2- El neoplatonismo penetra en España con los Diálogos de amor del judío español León Hebreo (1460-1520). Sus teorías sobre el amor influyen en los poetas italianos.
3- El ideal del perfecto caballero cortesano: El Cortesano (1528) de Baltasar de Castiglione (1478-1529) introduce el código de la cortesía del galán y caballero. Los hombres se someten a torturas de adelgazamiento. Esta obra juega el mismo papel que jugó Emilio o De la educación (1762), de Rousseau, en el siglo XVIII.
4- Libros de caballerías: “El ambiente de exaltación religiosa, mezclado con la galantería neoplatónica y el espíritu caballeresco y emprendedor del Reconquistador de antaño, produjo en España una especie de «caballero católico», galante y guerrero. Sus rasgos de carácter coinciden con los típicos del activismo, de la energía y sobrevaloración del valor y de la voluntad de nuestra raza” (Américo Castro).
5- Es característico de esta época el santo que en su juventud fue un galán, caballero y guerrero, y a partir de sus años maduros se hace sacerdote y termina subiendo a los altares canonizado por la Iglesia: San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, etc.
5.- CARACTERÍSTICAS DE LA MÍSTICA ESPAÑOLA
– Carácter ecléctico, armonizador entre tendencias extremas; un ejemplo, podemos encontrar en San Juan de la Cruz al demonio nombrado en árabe Aminadab o un mismo verso repetido al estilo de la poesía árabe.
– Predominio de lo ascético sobre lo místico.
– Gran elaboración formal: presenta un excelente estilo literario, de forma que muchas de sus obras se cuentan como obras maestras de la literatura en lengua española.
“Vivo sin vivir en mí
y tan alta vida espero
que muero porque no muero.”
(Tema de atribución discutida, usado por Santa Teresa de Jesús y con alguna variación por San Juan de la Cruz.)
– Utilización de la creación de obras escritas como medio para expresar la religiosidad y lo que supone para sus autores la unión del alma con Dios, reservada a muy pocos elegidos.
– Carencia de tradición medieval y posible influjo semítico a través de Raimundo Lulio (1232-1316).
-Su aspiración no es esotérica o privada, sino que aspira a influir en la educación de las gentes.
6.- San Juan de la Cruz
(1542-1591) nació en Fontiveros (Ávila), y su nombre era Juan de Yepes. Vivió en Medina del Campo (Valladolid), donde aprendió varios oficios, y fue recadero en el hospital de los pobres. En 1563 tomó el hábito carmelita, con el nombre de Juan de Santo Matía. Después se matriculó en la universidad de Salamanca, donde estudió y fue catedrático fray Luis de León. Fue ordenado sacerdote en 1567, y Santa Teresa de Jesús le asoció a sus tareas reformadoras, evitando que se hiciera cartujo. Estuvo en Duruelo, donde fundó un convento. En Pastrana organizó el noviciado de la Orden carmelita, y perfeccionó sus estudios en Alcalá de Henares (Madrid).
En 1572 fue confesor del convento de la Encarnación de Ávila, del que Santa Teresa de Jesús era priora, y en 1577 fue detenido y llevado al convento de los Descalzos de Toledo, del que se fugó a los ocho meses, escapándose por una ventanilla. Fue después fraile en el convento del Calvario, en Villanueva del Arzobispo, fundó el convento carmelita de Baeza, viajó por Castilla, asistió en Granada a la fundación del convento de los Descalzos, y en esta ciudad escribió Noche oscura y Llama de amor viva, continuando el Cántico y La subida al monte Carmelo.
En 1588 fundó un nuevo convento en Segovia, y regresó después a Andalucía, incorporándose en 1591, ya enfermo, al convento de Úbeda, en el que murió el 14 de diciembre de 1591.
Su obra literaria es fundamentalmente poética, pero escribió también comentarios en prosa, siendo sus principales poemas Noche oscura, Llama de amor viva y Cántico espiritual. Fue influido por la tradición mística y el ambiente erasmista de su época, así como por la Biblia.
Consideró contrarios el apego a Dios y a las criaturas, por lo que negó apetitos, concupiscencias, deseos y cuanto provenía de la voluntad, siendo adicto a purgaciones, influido por el misticismo oriental. En la Subida al Monte Carmelo aparecen las tres virtudes teologales, -fe, esperanza y caridad-, influido ahora por San Agustín, por lo que relaciona las virtudes teologales con la memoria, el entendimiento y la voluntad. San Juan de la Cruz ofrece una elaboración detallada de su conocimiento divino, con especial referencia al intelectivo directo y al simbolismo.