Comenzamos este año 2017 con la historia de dos pequeños chimpancés con ganas de expresarse libremente pero con un profesor con una metodología más bien coercitiva.
El vídeo pone en entredicho esa manera de educar y sus consecuencias, la educación debe dar alas en lugar de cortarlas, con demasiada frecuencia se penaliza la creatividad en lugar de fomentarla.
Hay una responsabilidad de parte de los padres y educadores de alimentar los sueños de los hijos y alumnos en lugar de hacer que se olviden de ellos y darle la importancia para que se diviertan y apasionen con aquello que hacen.
¿Qué hubiera pasado si, en vez de reprimirlo, al chimpancé se le hubiera animado a explorar lo que sentía?