El interprete de hoy, es el pianista británico Benjamin Grosvenor, que a sus 22 años, se ha convertido en uno de los más aclamados pianistas en Reino Unido, con proyección internacional. A los once años, ganó el concurso de la BBC Young Musician en la sección de piano, y desde entonces, ha sido el músico más joven en conseguir un contrato con la discográfica Decca. Ha recibido el Classic Brits Critics’ Award y el UK Critics’ Circle Award, entre otros. En 2016, fue nombrado Ganador del Premio Ackman de la Filarmónica de Nueva York para jóvenes pianistas.
Y la canción, Rhapsody in Blue es una composición creada por George Gershwin para piano solo y banda de jazz, en la que se combinan elementos de música clásica con efectos de influencia jazzística. Se trata de una composición para piano y orquesta, en la que las técnicas cuasi-improvisatorias típicas del jazz se mezclan con las técnicas compositivas más formales. Una maravilla de obra, que ayudó definitivamente a que se considerara el jazz como una música “seria”, digna de oírse en las más selectas Salas de Conciertos del mundo. La obra se estrenó el 12 de febrero de 1924 en el Aeolian Hall de Nueva York, en un concierto titulado “Un experimento en música moderna” (An Experiment in Modern Music), dirigido por Paul Whiteman y su banda, con Gershwin al piano. En el título, la palabra “Blue” no hace referencia a un color, precisamente, sino al género musical Blues, el triste y melancólico género originario del Sur de los Estados Unidos, emparentado con el jazz, el soul o el gospel.
Por cierto, una Rapsodia es una pieza musical compuesta de diferentes partes temáticas, unidas entre sí de manera libre y sin relación entre ellas. Típica del romanticismo, suele estar dividida en dos secciones, una de ellas lenta y dramática, y la otra rápida y dinámica, consiguiendo de su unión un resultado brillante. O sea, una especie de poema musical, al estilo de lo que hacían los rapsodas, que eran quienes en la antigua Grecia recitaban los poemas de Homero…