Pesquis y Baliga han encontrado un barco en el fondo del mar. Es un galeón antiguo.
Una chica se les acerca y dice:
Hola, me llamo Mar Abisal. Tengo un sumergible y me dedico a rescatar tesoros hundidos. ¿Donde se encuentra el galeón?
Y Baliga le responde:
Te lo diremos solo si nos dejas venir contigo.
Vale Venga. – Responde Mar
Uau – Dicen los dos, al subir al submarino.
Pesquis y Baliga estaban con Mar en su sumergible y Baliga guiando a Mar dice:
Es allí.
Mar le contesta que ya lo ve. Que arà el trabajo. Que empezarà a desmontar el barco y lo venderà todo a trocitos.
Allí mismo empieza una discusión, Baliga dice que no tiene ningún derecho a tocar el barco, porque es una pieza de museo y no le pertenece. Mar Abisal està muy enfadada y le responde:
¿Qué?
Y tanto – añade Pesquis dando la razón a Baliga.
¡Ni lo toques!- dice Baliga.
Vosotros no sois nadie para decirme lo que tengo que hacer – responde Mar.
!Dejad de discutir, por favor! – añade Pesquis.
En un momento Mar arranca un trozo del barco y los dos niños gritan a la vez:
– ¡Oh no!
Mar los lleva a la playa.- Ya os lo podéis quedar este trozo, no vale nadá.
-¡Que caradura! lo llevaremos al museo de torrecorcada.
– Mira, Baliga.
Hay un escrito grabado a propia mano de un pirata! – Dice Pesquis.
– ¡Ala! – Baliga empieza a leer-” Yo, el pirata Barbarroja he navegado en este barco año 1645”.
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Perdidos en la montaña
Pesquis y Baliga estan bajando por una montaña nevada con su trineo llamado ” pez hervido” y en Pesquis le dice a Baliga:
-Oriol y Martina ya deben estar abajo esperandonos.
-Pero el ”pez hervido” es muy rapido. -Contesta Baliga con cara de alegria.
De pronto el trineo choca contra una piedra, se rompe y Perquis y Baliga salen rodando por la nieve. Al final de la bajada no sabían donde estaban y Pesquis creía que era imposible volver hacía arriba, pero Baliga vió una via de tren con una vagoneta abandonada. Pasaba por un túnel en el que no paraban de caer gotas de hollín:
-Creo que por aquí llegaremos a algun lugar- Dijo Baliga.
-¡La salida! ¡Viva! -Dijo Baliga.
A Pesquis baliga le caían gotas de hollín en la cabeza. Mientras tanto Oriol y Martina estavan esperandolos.- Dice Oriol.
-¿Sabes que a eso lo llaman la torre de los demonios?
Martina se asusta y le dice a Oriol:
-Demonios no… pero si que he visto algún zombi… he,he,he.
De repente aparecen Pesquis y Baliga, van sucios. Oriol se espanta mucho y sale corriendo. La Martina sabe que son ellos porque dicen.
-¡Ei, que somos nosotros!
Un dia en la playa
Pesquis y Baliga caminan por la playa, están muy contentos.
– Ya volvemos a estar en Torrecorcada. -Dice Pesquis.
– Viva! -Baliga le responde:
Caminando por la arena se encuentran unas rocas en las que no había nadie y Baliga dice que allí estarán bien.
Cuando están sentados en las rocas Baliga coge una red de pescar y Pesquis coge su libro de la mochila.
– Como me gusta este libro de Julio Verne, también salen monstruos marinos que viven en las profundidades. -Dice Pesquis.
Luego Baliga caminando por las rocas con su red de pescar dice:
– He oído hablar de unos calamares que hacen más de 10 metros de largo…
Pesquis está leyendo su libro sentado en las rocas y dice:
– ¡Vamos, Baliga, no me hagas cosquillas!
– ¡Qué dices Pesquis, si estoy aquí! – le responde Baliga.
Pesquis se gira aterrorizado al ver un calamar gigante en el mar, mientras Baliga dice:
– Cuando veas las conchas que he recogido, te quedarás de piedra.
¡QUÉ DESPISTADO!
Pesquis sale de su casa pensando que ha llegado el gran dia de comenzar la escuela. Después Pesquis se dirige a la casa de Baliga. El espera que Baliga esté preparada para ir a clase, pero Baliga va en pijama.
– ¿Aún estás así? Venga, que hoy comienza la escuela – Dice Pesquis.
– ¡Hol… Auuuuuh! – Le responde Baliga bostezando.
Al cabo de un rato salen a la calle dirigiéndose al colegio. Pesquis abre el paraguas y dice que se tienen que dar prisa porque si no se mojaran porque está lloviendo muchísimo.
Cuando están a medio camino Pesquis añade:
– Este verano no hemos cogido ni un libro. Con la historia del galeón… ¡Vamos peces, nunca mejor dicho!
Cuando están a pocos metros de sus amigos Pesquis está bastante preocupado porqué tendrán que hacer las pruebas iniciales. Pero Baliga no está nada preocupada. Ella comienza a saludar a sus amigos.
Cuando están dentro del colegio todos los niños empiezan a explicar sus vacaciones, si han crecido, si uno es más alto que el otro… Cuando entran dentro de clase el profesor les dice:
– ¡Vamos! Pero ya sabéis que de entrada no os tenéis que preocupar demasiado.
– ¡HI, HI, HI! ¡HA, HA, HA!
Todos los niños se reían de Pesquis cuando el profesor dijo:
– ¡Venga Pesquis, que aquí dentro no llueve!
– ¿EH…? ¿QUE? -se sorprende Pesquis al ver que todos se reían de él.
El caso es que Pesquis aún llevaba el paraguas abierto.
El abuelo que dice la verdad
Pesquis y Baliga van paseando por la calle y ven a un abuelo.
Ui, este señor es un trotamundos que siempre va diciendo cosas a la gente – dice Pesquis.
¿Da miedo, verdad? – responde Baliga.
El señor, que daba miedo y caminaba de cara, les dice a los niños que después se encontrarán a un señor que saldra de una cueva y que les indicará el camino para lllegar al ojo que todo lo ve. Debajo habrá un ser de color verde y él les enseñará la oscuridad y os dirá el tiempo que les queda.
Cuando el abuelo se va Pesquis y Baliga se ponen a temblar de miedo y se preguntan qué pasará.
Al cabo de poco de poco tiempo se encuentran a un hombre saliendo de las alcantarillas, lleva un chaleco verde.
Id con cuidado. Pasad por detrás de la valla – les dice el hombre.
Mira el hombre de la cueva – dice Baliga.
Y este es el ojo que todo lo ve – dice Pesquis indicando el cartel de una óptica.
¡Si! – responde Baliga-Aquí tenemos el ser de color verde.
¡Hola niños! – Dice el ser de color verde.
El ser de color verde es una señora que pronociona gafas de sol y les dice que la vista se tiene que proteger todo el año. En ese momento Pesquis se da cuenta, al ponerse las gafas, que ha llegado la oscuridad.
Pesquis i Baliga con sus gafas empiezan a caminar.
Las podéis enseñar a vuestros padres. Teneis una hora para probarlas. – Dice la señora vestida.
El tiempo que nos queda – Le responde Pesquis.
¡Aquel trotamundos es genial! – Dice Baliga.
LA PLANTA CARNÍVORA COMEBOCADILLO
Pesquis y Baliga decidieron ir al Parque Nimalia a pasar las vacaciones de verano.
– ¿Vamos a hacer un bocadillo? – Pregunta Baliga
– Mira una planta carnívora – le dice Pesquis.
Baliga quiere un bocadillo de longaniza seca y Pesquis también.
Cuando Pesquis pasa por el lado de la planta carnívora, la planta se come su bocadillo, Pesquis se asusta y dice:
– Nunca me había imaginado que las plantas carnívoras se comían los bocadillos de longaniza seca.
Baliga dice:
– Creo que esto es una engañifa para dar de comer a la planta, ahora verá.
Baliga se va hacia el vendedor y dice:
– ¿No le molesta, verdad, si me pongo sal y pimienta?
– ¡No, y ahora! ¿Te gusta muy fuerte, eh? – Responde el camarero.
Ella se acerca hacia la planta.
– Para ti bonita, toma – dice Baliga a la planta.
La planta se lo come y empieza a ponerse roja y le sale humo por la boca.
La planta ve la limonada del vendedor y se pone a beberla.
– ¡Ei! ¡QUe se me bebe la limonada! – dice el vendedor.
Baliga ve un cartel en el que dice que no se puede dar de comer a los animales y ella añade con un rotulador y a las plantas tampoco.
– Mira – dice ella.
Pesquis se ríe a carcajadas.
La horrible estátua del galeón
Pesquis y Baliga están andando por la calle y Pesquis le dice a Baliga:
– Según lo que nos han dicho en el museo, la Mar Abissal comete un delito…
– ¡Si la vemos tenemos que decirle que lo deje, que el galeón no lo puede tocar! – le responde Baliga.
Mientras están en un balcón ven a la Mar Abissal delante de un almacén muy viejo con un agujero en el techo y dos ventanas rotas. Pesquis le dice a Baliga:
– ¡Mira! I va acompañada.
– Vengan, señores Kalerius. Los he llamado porque estoy segura que les interesará. Se trata de una pieza de un valor incalculable. – Dice la Mar a sus clientes.
– Pues ya tengo ganas de ampliar nuestra colección. – Responden los clientes.
Cuando ya están dentro del almacén, mientras está destapando una estatua, Mar les cuenta que es el mascarón de proa de un galeòn que hay en el fondo del mar. Al verlo la señora Kalerius grita de horror porque le produce muchísimo miedo.
De pronto entran Pesquis y Baliga justo cuando la pareja està saliendo mientras la señora Kalerius dice:
– ¡Ni hablar, de comprar esta cosa tan horrible! ¡Nos vamos!
– Yo… – Dice el señor Kalerius mientras le arrastra su mujer.
– ¡Mar Abissal, basta! Puedes acabar en la prisión! – Dice Baliga.
Pesquis y Baliga la miran muy enfadados mientras ella dice que se vayan, que ha ahora vendrá otro cliente. Que lo ha llamado por si los primeros fallaban.
Al cabo de un rato llega el cliente al que Mar estaba esperando.
– ¡Ah, ya lo tenemos aqui. Pase! – Le dice Mar.
– Gracias, soy campesino, y tengo un campo aquí cerca. – Se presenta el cliente.
Cuando le enseña el mascarón el campesino dice que le interesa mucho. Mar sorprendida responde que si le interesa de verdad.
El campesino comenta que lo usará de espantapájaros y que seguro que no se le acercará ningún pájaro a su campo. Al oír esto Mar se enfada bastante.
Mar coge el mascarón y les dice a Pesquis y Baliga:
– ¿Sabéis que os digo? ¡Me voy! ¡Venga, ayudadme!
– ¿Pero qué pasa? – Pregunta el campesino.
Mar, Pesquis y Baliga están en un submarino y al lado está el mascarón de proa donde debe estar, en el galeón.
– ¡Muy bien, Mar! ¡Has tomado una muy buena decisión! – Le dice Baliga.
– Me lo he pensado bien y creo que este es el mejor lugar para el mascarón de proa… ¡Teníais razón, amigos!
La pintura permanente
Pesquis y Baliga salieron de su casa disfrazados para ir a una fiesta de carnaval.
-Llegamos tarde- dice Pesquis
Y Baliga le contesta:
– Pero hacemos muy buena pinta y todavía nos falta un detalle
Cuando llegaron al carnaval Pesquis dice:
– Ya te he dicho que yo no me quiero pintar la cara. y , además, no tenemos pinturas.
-No refunfuñes- Responde Baliga
Cuando ya habían entrado Baliga dice:
-Esperate, que voy a ver si encuentro una pintura verde.
Cuando Baliga llega a una sala ve que dos niños y una niña se estaban pintando el disfraz de colores.
– ¡Ei te cojo la pintura verde un momento!- Dice Baliga.
Cuando Baliga encuentra a Pesquis le pinta la cara y le dice.
– Vamos, pepino! Así quedás mejor.
– Lo acepto para ir de conjunto contigo- Dice Perquis.
Al cabo de un rato saludan a unos niños…
– ¡Hola Claudia!
Claudia les dice a Pesquis y Baliga que van muy bien disfrazados de marcianos.
Baliga le dice a Claudia
– Antes te he cogido una pintura verde, pero ya te la he devuelto …
-Ah? no os habéis pintado la cara, ¿verdad? Es una pintura permanente, para pintar ropa!-Les cuenta Claudia
Cuando Pesquis lo oyó se enfada y a la vez dice:
– ¿Qué?
Baliga y Claudia disimulan como si no hubiera pasado nada.
Cuando el lunes llegan a la escuela con la cara verde todos los de la clase se parten de risa y Baliga intenta calmar a Pesquis para que no tenga tanta vergüenza y le dice:
– Tranquilo Pesquis está mejilla casi ya está borrada
UN DIA CALUROSO EN LA PLAYA
Un dia soleado, en la playa, Jep y Fidel estaban tomando el sol, y de repente Jep le dice:
-Que calor hace!
I Jep le contesta:
-Y además estamos perdiendo la forma aquí !
Jep al cabo de un rato dice, porque no entrenamos para la próxima temporada, porque con el calor que hace qualquiera es …
Fidel le exclamo:
– Ya lo tengo! Vámonos! Nos entrenaremos sin tener calor !
Jep le contesto:
-Ya me lo explicarás todo! Eh?
Caminaron y caminaron y llegaron a la fábrica de hielo de Alaska
Y Fidel exlama a un chico de por allí:
-Llévanos hielo a los camiones !
Jep se quedo con cara sorprendido porque no sabía lo que harían.
Salen de la fábrica de hielo y se encuentran a los camiones descargando el hielo a una pista de por allí, se pusieron las botas y se pusieron arriba del hielo a patinar y Jep le contestó que tenía razón, allí no pasarían calor!
Cavall Fort
Berta S.A
28/04/2016
El susto del gancho
Un dia por la mañana Jep y Fidel se encontraron en un garaje para practicar ejercicios de deporte. Fidel estaba haciendo pesas y Jep le dijo:
– No juegues más con las pesas y haz judo como yo! –
Fidel continuaba haciendo pesas y Jep le quería enseñar como hacer la percha. Unos minutos más tarde Fidel descansó un rato y observó como Jep hacia la percha con la cabeza y las piernas en el suelo.
– Ya está! Lo ves? Es fácil pero… no sé… me pasa algo… – exclamó Jep. Al momento Jep se quedó en la misma postura que antes y Fidel le preguntó que si se había hecho daño. Jep le dijo a Fidel que notaba alguna cosa rara en el estómago y que no le dejaba subir las piernas. Fidel intentó ayudar a Jep, y de repente Jep se levantó rápidamente. Al final resultó que a Jep se le había quedado el gancho del chándal enganchado en las piernas.
Pol C. E.
28-4-16
Cavall fort núm. 683