Una noche me aburría en casa y decidí salir a dar un paseo. Estaba todo oscuro, no había nadie por la calle cuando salí. Me fui hacia el cementerio, que estaba lejos de mi casa .
Cuando llegué al cementerio estaba aún más oscuro y con niebla , con un silencio muy profundo. Había árboles mal cuidados, hierbas secas y de repente tenía la sensación que me perseguía alguien. Me giré poco a poco y vi a un perro muy grande que me perseguía. Era un animal enorme con ojos negros, con dientes grandes y afilados. Me daban escalofríos porque daba mucho miedo.
Intenté escapar. Mientras corría pedía ayuda gritado mucho. No habían casas por ahí pero vi a un pastor con una escopeta que me dijo: “Vete hacia la derecha”. Yo corriendo mucho me fuí hacia la derecha por un camino muy estrecho, lleno de musgo y zarzas. Todo estaba oscuro como si estuviera en un pozo. Como estábamos cerca de su casa me dijo: “Ven que te doy un poco de agua que te veo asustada”. La casa era pequeña, vieja y llena de telarañas. Había pocos muebles y olía a putrefacto. Así que como pude disimulé y me fuí. Nunca más he vuelto a pasar por allí.