Era una tarde de invierno fría y nebulosa. Lily salió a recoger agua al pantano del pueblo. Ella para ir al pantano siempre pasaba por un bosque muy oscuro y tenebroso, pero ya estaba acostumbrada a pasar por allí.
Vivía en una casa muy pequeña y siniestra. Ese día al llegar al pantano vió a un hombre bebiendo agua, entonces ella se movió y rompió un cristal, El hombre se levantó, ella hechó a correr, al cabo de un rato el hombre la cogió y la secuestró. Lily estaba petrificada.
Lily tenía mucho miedo, porque era una niña pequeña aunque muy valiente. Ese hombre tenía en el pantano una guarida subterránea, era muy siniestra y hacía olor acre. En ella guardaba todos sus cuchillos y sus armas.
La niña estaba atada a una silla, tenía una venda en los ojos y un esparadrapo en la boca. Aquel hombre pasada una hora le quitó la venda. Su voz era sepulcral. Lily se intentaba escapar, entonces ella vio que el nudo no estaba bien hecho…
La niña del pantano
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