La casa encantada

Era verano y una familia estaba en su casa buscando una oferta por internet para ir de viaje cerca de la playa. El padre, Juan, la madre, María y la hija Sandra. Cuando por fin encuentran la oferta de viaje, se enamoran, hay unas fotos estupendas, el paisaje es bonito, la decoración de interior es magnífica y por un precio buenísimo.
Ha llegado el día, ellos están en el aeropuerto cargados de maletas y suben al avión. Cuando llegan a su destino entran en la casa y Sandra dice:
¡Es muy bonita y alegre! ¡Me encanta!
Llega la hora de cenar, preparan algo de comer y su madre dice:
¡A cenar!
Estan cenando los tres en una mesa redonda y de color negro oscuro como el carbón. Llega la hora de ir a dormir. Los padres de Sandra duermen en una habitación y Sandra en otra. Todos están durmiendo en su cama y a las tres de la madrugada Sandra se despierta porque tiene que ir al baño. Todo está oscuro y ella tiene miedo de ir sola al baño porque está a la otra punta de la casa. Va andando poco a poco y enciende todas las luces por donde va pasando.Todas las luces que ha encendido Sandra se apagan de repente. Se oye una voz tenebrosa que dice:
¡Sandra…! ¡Sandra…!! ¿Qué haces tú aquí?? ¡Esta es mi casa!!! ¡Fuera! ¡No te quiero en mi casa, no eres bienvenida! ¡O sales ahora mismo o mañana te pasará una cosa terrible! ¡Alguien te matará!!!!! Ja ja ja ja
De pronto, esa voz terrible y tenebrosa desaparece y se vuelven a encender todas las luces. Sandra no sabe qué hacer porque si saliese de esa casa no sabría donde ir, entonces se queda ahí a pesar del miedo y se duerme. A la mañana siguiente, Sandra y sus padres se despiertan a las 10:00 y Sandra tiene miedo. Le explica todo a sus padres, cuando de repente se oye el timbre: ding dong…!

Sandra grita aterrada:
-¡No!!! ¡No abras!
Su madre le responde:
-Hija… Eso que nos acabas de contar es una tontería.
La madre de Sandra abre la puerta y se ve un hombre. Sandra, que observaba detenidamente, se dá cuenta de que entre la chaqueta de aquel hombre, se asoma lo que parece ser el mango de un cuchillo. El hombre se saca el cuchillo del bolsillo, lo deja encima de la mesa y se va.
Una niña guapísima y hermosísima llama a la puerta, la abren, agarra el cuchillo que dejó el hombre en la mesa, también se va. Al cabo de un minuto, la niña llama a la puerta y la vuelven a abri. Saca el cuchillo que se había llevado antes y… le cambia totalmente la cara, ahora es horrible, tenebroso y muy terrorífico. Todos se asustan, a la niña le cae una gota de sangre de su frente y se la recoge con el cuchillo. De repente se lo cambia de mano y… a unos milímetros del cuello de Sandra…
Aaaaaaahhhhhh!
Sandra se despierta. ¡Era todo un sueño! Sandra respira aliviada, le explica todo a su madre y le dice:
Ya pasó, ya pasó…
Llaman al timbre y Sandra grita “¡ahhh!” Abren la puerta y… ¡Soy el cartero! ¡Ufff!… ¡Menos mal!

 

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