Los protagonistas relacionados por este honesto amor son dos arquetipos de la comedia nueva: el galán, don Alonso, es rico, de familia noble, generoso, de buen talle, habilidoso con caballos y armas, y también en las letras, pues es capaz de componer un soneto amoroso a doña Inés; en este sentido, cumple con los preceptos que debía tener un cortesano renacentistas. Además, don Alonso es valiente ante enemigos como la sombra fantasmal, sus asesinos e incluso ante los toros. Esta última cualidad le lleva a poner su vida en peligro por salvar la de su antagonista, cuando don Rodrigo fue acometido en la plaza en los festejos de la Cruz de mayo.
Todos los otros personajes reconocen estas cualidades (vv. 82126, 84445, 1320, 1352, 2584…), incluido su rival don Rodrigo, que empieza reconociendo que ese caballero de Olmedo es galán y merecedor de afecto. El amor que siente don Alonso por Inés es honesto, a diferencia de Calisto, que era caprichoso y no contenía sus impulsos. La intención de Alonso es la de contraer un matrimonio con alguien de su clase social sin contravenir la voluntad del padre de Inés. En este sentido, Alonso se muestra también obediente con la voluntad de sus padres en todo momento (vv. 210708, 2354 y ss.), hasta el punto de que el cumplimiento de la promesa de irlos a ver tras los festejos taurinos será la circunstancia idónea para que sea asesinado. Los méritos de Alonso serán reconocidos por don Pedro en el acto III, quien acaba viendo en él un yerno mejor de lo que sería don Rodrigo. Además, Alonso cuenta también con el reconomiento del rey don Juan, quien al final de la obra le querrá premiar con el cargo de comendador.
Su principal error había sido contratar los servicios de una alcahueta-bruja. Seguramente este es el motivo que Lope tenía en mente para considerar que con su muerte se cumplía la justicia poética propia de las tragedias para castigar la ybris de los personajes trágicos.
El retrato de Inés responde igualmente a la convención de la dama de la comedia nueva : su belleza refleja los tópicos de la lírica petrarquista: rostro de nieve, mejillas de coral y rosa, lllabios de púrpura, dientes como perlas… Es de familia noble, a la que no falta al respeto, ya que prefiere no dar disgustos a su padre y no contradecir nunca su voluntad natural sobre su destino. En términos generales, los dos protagonistas carecen de defectos proporcionales al sufrimiento y destrucción que soportan en la catástrofe. La confidente de Inés es Leonor, su hermana pequeña, a quien muestra sus pensamientos más sinceros, provocando en ella la valoración positiva del amor que le hace deseosa de experimentarlo algún día.
Su principal característica psicológica es el ingenio; Inés finge no entender que el soneto que le hace llegar Alonso era para ella, y como si fuese para otra dama da una respuesta sincera que no hará pasar por suya, salvando así su decoro. Más tarde, tramará un ardid para hacer creer a su padre que desea ingresar en un convento para no casarse con don Rodrigo, pero admitiendo en casa la presencia de Fabia y Tello como falsos ayos, que cumplirán la función de mantenerla en comunicación con don Alonso. La honestidad también define su amor por Alonso: si bien admite recibirlo de noche, la primera ocasión no es para entablar ninguna conversación, sino para hacerle llegar una prenda de amor (el listón). En la segunda ocasión en que ambos enamorados se citan en secreto siempre hay la presencia intermedia de una emisaria (Leonor) o de una ventana.
Al final de la obra, su decisión de entrar en un convento representa fielmente el rol femenino de la época: la renuncia a la propia voluntad una vez que esta no puede cumplirse o es indecorosa.