Hay personas que se preocupan poco por sus hijos. Y personas que no sufren con los demás. Y personas que no tienden a imitar, es decir, que no hacen lo que hace la gente. Negligentes los primeros, antipáticos o no empáticos los segundos y excéntricos los terceros.

El otro día en una reunión de amigos, hablando de los indigentes, de los inmigrantes que arriesgan su vida en el mar y de las víctimas de las guerras, todos no mostramos el mismo grado de preocupación. Sobraban algunas frases despectivas.

Después de la interacción mencionada, he pensado mucho en la falta de empatía.

Una falta de empatía, que yo creo que en algunas personas , es demasiado grande. Personas que le lanzarían una piedra a un pordiosero, y hundirían una patera a cañonazos. (..).

He pensado y he preguntado:

-¿Quiénes pueden ser menos empáticos?.

Los narcisistas y los psicópatas.. Los traumatizados. Los Cerebros dañados o descerebrados. Y los mal criados o mal educados”.(…).

-¿Los dictadores son empáticos?.

¡Esos!. Poca empatía. La dictadura y la empatía son conceptos diametralmente opuestos. El dictador dicta y dicta y nunca comparte sus decisiones. El dictador nunca se pone en el lugar de los otros.