Si el pasado viernes fue un mal día para los índices estadounidenses, el lunes ha sembrado el pánico. Las caídas del Dow Jones hasta la media sesión eran cercanas al 2%, pero, tras perder los 25.000 puntos – y más concretamente los 24.750 enteros – , el principal selectivo entró en barrena y llegó a dejarse un 6% y los 24.000, en una caída que superaba los 1.500 puntos en menos de una sesión. Tras recobrar parte de las pérdidas, el Dow Jones cerró dejándose un 4,6%, el Nasdaq perdió los 7.000 puntos y el S&P 500 se dejó más de un 4%.
Al cierre de las operaciones, el Dow Jones de Industriales cerró en los 24.346,09 enteros – el valor del selectivo que menos se dejó fue Apple con un 2,5% – , el S&P 500 perdió un 4,09% hasta las 2.649,04 unidades y el Nasdaq Compuesto se dejó un 3,78% hasta los 6.976,53 puntos.
Marc duran El economista
