‘El rey y su camarero’ por Polina Marinova

Había una vez un rey, que se llamaba Fliss. Estaba muy feliz. Vivía en un castillo en la montaña. Tenía dos hijas preciosas. Un día mientras él estaba comiendo, vino un hombre muy pobre. Quería un trabajo para él, porque así podía comer algo. El rey le había dicho que podía hacer como su camarero. El hombre, que se llamaba José estaba muy agradecido y se puso a trabajar. Pasaron muchos años, el hombre encara trabajaba allí, el rey le pagaba. Los dos estaban muy felices. Pero un día  el rey se poso muy enfermo. El José conocía un hombre que podía curar su enfermedad. Cuando este hombre fue al castillo le dijo que había una sola medicina y que estaba en un pueblo. Y que si no tomaba esta medicina durante tres días se moriría. Tenía que caminar todo el día para llegar allí. Después pasar por un bosque abandonado, encontrar una casa muy grande, pero para entrar tenía que  matar un ogro y encontrar un pájaro para ayudarle. El rey no podía hacer esto. Por eso el hombre fue a buscar la medicina. Caminó muchas horas sin pararse, pasó por el bosque. Encontró un pájaro muy bueno. El pájaro sabía hablar. Decía que antes era un hombre como él, pero una bruja le había transformado en  un pájaro. El pájaro no paraba de preguntar donde iba el hombre y así en todo el camino estaban hablando.  José estaba contento, porque había de llevar un pájaro. Encontraron la casa. Vieron el ogro. Estaba durmiendo. Pero el pájaro tosió y el ogro se despertó. Estaban tres o cuatro horas peleándose. Hasta que el pájaro le dio un palo el José y él se lo clavo en la espalda. Se hacía de noche pero José no quería dormir, lo que quería era que su jefe se puniera bien. Entro en la casa. Era muy grande, con muchos espejos. El hombre entró con el pájaro. Pregunto si había alguien. Una voz muy extraña decía que subiera arriba de todo. Cuando subieron había un señor muy viejo. Tenía más de 100 años. Ellos decían que venían para buscar la medicina para el rey. Y como el doctor escribió una carta para este señor, él sabía que era. Cogió la medicina y se marchó. Dejó el pájaro y continúo su camino. José caminaba muy rápido porque quería ir al castillo lo antes posible. Pasó para el bosque, camino muchas horas. Hasta que después de dos días volvió en el castillo. Dio la medicina a su rey. Él se la tomo y al cabo de dos horas se ponía bien. Todos estaban muy contentos. El rey estaba bien. Para dar las gracias, le dio su hija, más grande, para casarse los dos. Su hija y su camarero se casaron. A partir de estos momentos todos, vivían muy contentos.

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