Siberia, montes Urales, 1959, 60° bajo cero, la expedición no había hecho caso a los avisos de las tribus del norte. Cuando los excursionistas se acercaban más a los picos helados el frío era más despiadado y el peligro se hacía más inminente.
Era un bosque gélido, tupido y escalofriante, algunos árboles estaban desfigurados, rancios o con forma extraña e intimidante, el suelo estaba cubierto por capas de nieve y algunos matojos estaban manchados con pequeñas gotas rojas como fresas. Parecía que se avecinaba una gran tormenta, esto empeoraría las cosas para sobrevivir.
De repente un hombre se puso a silbar como si su vida dependiera de ello. Los indígenas habían dicho que si querías salir del bosque con vida esto no lo habías de hacer. Las historias contaban que si silbas, el guardia del bosque vendría a castigarte. De pronto se oyó un chirrido escalofriante, estremecedor y espantoso, era como un silbido però terrorífico. Se respiraba miedo y pánico en el ambiente, el silencio retumbaba en el cuerpo de los excursionistas que ya no podían andar más, inmediatamente, el silencio fue cortado por otro chillido espectral que cada vez se hacía más y más y más fuerte…
M’agradat molt el resultat del meu treball, he utilitzat la imaginació, creativitat i originalitat. He mirat molt la llista d’adjectius de por i m’he agafat seriosament l’esquema que s’havia de fer.