He encontrado un artículo interesante y emotivo sobre el burrito Platero del premio nobel JRJ escrito por otro nobel ´mucho más reciente, J.M. Coetzee. A veces tienen que valorar desde fuera nuestros clásicos recientes para que nos volvamos a fijar en ellos porque aquí sufren un extraño desprestigio u olvido prematuro. Aunque “Platero y yo” es uno de esos libros con los que nos traumatizaron en la infancia (una experiencia de pérdida y duelo similar al vía crucis de Marco o Heidi para los sufridos niños telespectadores de mi generación), me sigue pareciendo una lectura imprescincible, de gran calidad literaria, tierna e iniciática para niños y no tan niños, como El Principito de Saint-Exupery. Yo lo he experimentado estos días compargtiendo fragmentos escogidos con chicos y chicas de 15-16 años y pocos han podido ocultar la emoción que les producía la lectura: ¿qué tendrán los animales, como la Cordera de Clarín, que pueden provocar esos sentimientos de empatía e identificación, de melancolía y solidaridad, de ternura…? ¿Será que viven en perpetuo presente, cual decía el filósofo, que son como bebés de grandes ojos asombrados, que sienten puramente la vida desde la emotividad sencilla de lo natural? ¿Será que nos responden a algunas preguntas fundamentales incluso antes de que las formulemos? Yo me voy de nuevo con Platero, una de las cumbres más altas de la poesía de JRJ.
JRJ: PLATERO Y YO
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