La historiadora Paola Lo Cascio, en un artículo reciente (ElPeriodico, 2-12-22), comparaba las dos principales ciudades de España y decía más o menos lo siguiente: “Si tenemos en cuenta el PIB, Madrid gana. Pero, si tenemos en cuenta la ocupación, Barcelona gana. En Barcelona hay menos personas paradas”. Y yo creo que si tenemos en cuenta la reducción de las desigualdades sociales y económicas y los servicios públicos, Barcelona gana también. (…).

Un sociólogo conocido, en una conversación informal, hace unos meses, comparaba dos escuelas de un barrio de Barcelona, una elitista y otra integradora, y decía más o menos los siguiente: “Si tenemos en cuenta el nivel de los mejores alumnos, la primera escuela gana, sin duda. Pero si tenemos en cuenta la participación, gana la segunda . En la segunda escuela hay menos personas “paradas”, hay menos personas perdiendo el tiempo, pues, a los alumnos con dificultades se les exige en función del nivel que tienen y se les ayuda más”.

Yo pienso, que la escuela integradora gana, sin duda, si consideramos la reducción de las desigualdades, y el apoyo proporcionado a los más vulnerables.