Normal, encontrarse con “víctimas” y con agresores: Esa señora a la que le han robado el móvil. Ese niño maltratado por el matón del barrio. Esa mujer ninguneada y agredida por su esposo. Ese comprador que pagó por su vivienda el doble de su valor.

Lamentarse, es decir, el victimismo, a menudo no es una estrategia consciente, sino una respuesta emocional. El que se queja no pretende obtener beneficios.

Encontrarse con víctimas que se quejan, es muy normal.. Menos normal es ver que hay políticos que se asoman al victimismo conscientemente: Ayuso a veces se nos presenta como víctima, y de ninguna manera, como culpable. ¡Y Sánchez!. (…)

Eso es poco normal.Y todavía menos normal, es encontrarse con ciertos victimistas claramente manipuladores: El presidente de la comunidad de Valencia. Y el presidente del Parlamento de Baleares. ¡Dos ejemplares!.

Del primero, se dice que no dimite aunque sobran motivos, y que sigue señalando a otros, aunque la juticia no parece darle la razón.

Y del segundo se dice que será juzgado por romper la foto de una republicana fusilada por el franquismo y por más cosas, y que está usando el victimismo como estrategia defensiva.