¡Importante!. La luz activa la producción de cortisol.  La hormona  que nos despierta.  La oscuridad activa la producción de melatonina. La hormona que nos relaja.

Yo me levanto a las 7 con el horario de verano. Aún no hay luz.  Bajo las escaleras con pocas  ganas.   Me falta esa hormona, que nos ayuda a abordar con energía los problemas cotidianos. (…).

 

Con el horario de invierno, a las 7 cuando me toca comenzar mis quehaceres, ya hay un poco de luz.  Y gracias a esa luz que crece, la hormona activadora, invadirá mi torrente sanguíneo y tendré más ganas de hacer y más fuerza para…

Por tanto,  ahora que llega el horario de invierno, yo freo que nos toca decir dos cosas:  Una.  ¡Bienvenido!.  Dos. Vienes para quedarte, ¡supongo!.

Dicho esto, añado: Cambiar  el horario, parece que nos perjudica más y nos beneficia menos:   Perjudica bastante nuestro bienestar y salud y  el ahorro energético es escaso.

Constatado lo anterior, el Parlamento europeo ya votó hace años  acabar con el cambio. ¡Que así sea!…