En el pasado un simple trapo servía para muchas cosas:   Para guardas unas monedas o el almuerzo.  Para limpiar la mesa o limpiarte las manos.  Para cubrirte la cabeza.  Como señal, y como mantel.

En el pasado un simple palo también servía para muchas cosas:   Empalar a una persona, construir una empalizada, propinarle una paliza a un delincuente, alcanzar una fruta elevada,  defenderte de un perro,  apoyarte para caminar..

Lo mismo podemos decir de la navaja: Pelar una fruta, cortar una rama, afilar un lápiz, espantar a un agresor, escribir un nombre en la madera, desatornillar, agujerear, cortar..

En el presente, el teléfono, que inicialmente solo servía para llamar, actualmente,  es enormemente versátil, igual que el trapo, el palo y la navaja.    El móvil lo usamos para obtener información, para gravar una conversación,  para escuchar una canción, para ver un documental, para fotografiar un paisaje, para calcular el precio a pagar. Y además, como calculadora, reloj, despertador, espejo, agenda, linterna, e incluso como pisapapeles o como proyectil. Y mi último uso: No veía bien un número.  Le hice una foto, la amplié  y resuelto el problema