LA PANDEMIA NOS SEPARÓ, EL APAGÓN NOS HA UNIDO.
¡El apagón!. Ya pasó todo. Si hablamos de la desconexión, podemos elegir tres o cuatro temas: Las causas. Las consecuencias generales. Las vivencias particulares. Y para mi el tema más importante:
Las lecciones aprendidas.
Primera: Los jóvenes, especialmente los hiperconectados, se asustaron más que los mayores. Los mayores aún usamos la radio digital, la vela, o la linterna, y el libro. Segunda: Sin el móvil, la observación del entorno , la reflexión y la interacción, pasó a ser una buena ocupación. Tercera. La interacción con los vecinos aumentó. Incluso las relaciones familiares mejoraron: Cuarta. El estatus de los libros aumentó. Esos objetos que no consumen energía, y no te fallan nunca.
Mencionadas las lecciones positivas, añado una observación importante, comparando la pandemia con el apagón: La pandemia redujo los contactos físicos y aumentó las vivencias virtuales, el apagón ha tenido el efecto contrario. (…). Cuando el virus nos preocupaba tanto, aumento el teletrabajo, la telecompra, la teleasistencia, la televisión, la telegestión, y la teleeducación. Quedarse en casa era la mejor opción. Desparecieron los diarios de los bares, y el uso de las monedas decreció. ¡No toques, lo que otro tocó!. El aislamiento creció. De la desconexión, podríamos decir lo contrario.
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