EL PAPA DE LOS EXCLUIDOS Y EL PRESIDENTE DE LOS INCLUIDOS.
Con frecuencia las personas podemos optar. Entre centrarnos o dispersarnos. Entre acoger o agredir. Eso es una opción.
Esas personas que cuando van a pasear o, a comprar siempre se dirigen o bien al centro de la ciudad o bien al centro comercial, porque prefieren el lujo del centro y rechazan la escasez de la periferia.
Esas personas, que no aprecian la paz, y siempre exhiben gestos, expresiones, y reacciones, que hieren, porque son agresiones.
Algunas veces, no son opciones, son tendencias o inclinaciones: Tenemos el caso de la excentricidad derivado del trastorno mental. También tenemos el caso de los que excluyen a los de fuera por egoísmo o desconfianza. O el caso de las personas con mucha testosterona, que tienden a reaccionar con violencia si les “mojas la oreja” o les “pisas el terreno”.
Y para acabar. Aceptamos que nos puede mover la ideología o la biología, ¡ y las circunstancias!. Aceptamos eso y nos preguntamos: ¿ A dónde colocamos al Papa Francisco y a Trump?.. Y afirmamos: El primero era el Papa de los excluidos, el segundo es el presidente de los incluidos y poderosos. El primero ambicionaba incluir a los marginados y el segundo, lo contrario, ¡y anexionarse territorios!.
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