CUALQUIER TIEMPO PASADO FUE MEJOR.
Cuando vamos por la tercera edad, es fácil conformarse, es lento decidirse, poco frecuente enfadarse, e inútil resistirse.
Los que vamos por la tercera, pensamos que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Hemos olvidado lo malo. Recordamos lo que recordamos y de aquella manera. Pensamos como aquel poeta, Manrique creo que se llamaba.
Los que nos acercamos al final, entendemos bien y atendemos bastante ese dicho, “Para lo que me queda que estar en este convento, me meo dentro”. El futuro nos importa menos, porque estamos muy ocupados con nuestro pasado. ¡Nostalgia!. Si nostalgia. Añoranza, soledad.
Los que casi hemos llegado, en general, somos más conservadores. Más tradicionales, más moderados. Ya no nos alteramos tanto si nuestro partido pierde las elecciones o si nuestro equipo juega mal. Nosotros, casi todos, validamos la frase aquella de Churchill:“quien no es revolucionario de joven no tiene corazón. Quien no es conservador de adulto no tiene cerebro”.
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