Podemos ir por una carretera recta, y actuar de forma correcta. Se supone que así llegaremos antes y nos equivocaremos menos. (…). Pero, con mucha frecuencia no hacemos eso. Con frecuencia la gente actúa con un cierto sesgo o inclinación, o tendencia. Hay vagos que tienden a escuchar solamente a los de su cuerda, e ignorantes que tienden a sobrevalorarse, e incompetentes que tienden a culpar a los demás de sus fracasos, y pesimistas que todo lo ven oscuro, e intensos perseverantes que tienden a seguir siempre, siempre con lo comenzado.

Hay sesgos y sesgos. Hay sesgos que con frecuencia te hacen ineficaz y te llevan a un fracaso brutal: El de los que culpan siempre sin sentirse culpables, y por tanto, nunca revisan sus estrategias. El de los perseverantes exagerados, porque no abandonan ese proceso que deberían abandonar, ese libro que no les gusta nada, ese juego, con el que ya han perdido mucho dinero, esa guerra, que ha provocado miles de muertos, esa relación que se torció poco después de la boda. (…).

Si lees la prensa encontrarás algunas atribuciones de culpabilidad criticables, y algunas perseverancias ridículas.