¿Qué es mejor, el esfuerzo por imposición o por motivación? Depende. Si en la clase el estudiante más popular, es el disruptivo, quizás, es necesario aumentar la dosis de imposición. Si en la clase, los que tienen más dificultades, tienen tan baja la autoestima, que no se atreven a respirar, quizás sea necesario aumentar la dosis de motivación y adaptación.

He hecho esta reflexión pensando en esta norma: “El Real Decreto del estado sobre evaluación”.

Si en la clase el estudiante más popular es el gamberro, es decir, el disruptivo, ¡mal!. Si cuando se acercan unas elecciones, el político más aceptado, es el que dice más tonterías, también mal.

Ahora estoy pensando en estos políticos, más o menos populistas, más o menos antielitistas que intentan acercarse al votante, diciendo vulgaridades, y atacando a los de arriba. Los de arriba pueden ser los bancos y las multinacionales, o el gobierno central, o la ciencia oficial. Del PP, me vienen un par de nombres y de Podemos también y de VOX.