MONSIEUR BROUARD

Una cosa lleva a la otra.
“Les enfants du paradís” me ha devuelto a la Alianza Francesa del boulevard Raspail donde, en uno de los julios más calurosos de la historia, Monsieur Brouard nos habló del funcionamiento de un sistema democrático, de un Paris multirracial alejado de los circuitos turísticos y nos enseñó a cantar canciones de Piaf, de Brassens de Jean-Baptiste Clêment, y de Prévert y Kosma.

LES FEUILLES MORTES (Jacques Prévert / Joseph Kosma)

Oh, je voudrais tant que tu te souviennes
Des jours hereux où nous étions amis
Dans ce temps-là la vie etait plus belle
Et le soleil plus brûlant qu’aujord’hui.
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle
Tu vois, je ne pas oublié…
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle
Les souvenirs et les regrets aussi.
Et le vent du nord les emporte
Dans la nuit froide de l’oubli
Tu vois je ne pas oublié
La chanson que tu me chantais
C’est un chanson che nous ressemble
Toi tu m’aimais, et je t’aimais
Nous vivions tous les deux ensemble
Je que t’aimais, toi qui m’aimais
Mais la vie separe ceux qui s’aiment
Tout doucement sans faire de bruit
Et la mer efface sous le sable
Le pas des amants desunies.
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle
Les souvenirs et les regrets aussi.
Mais mon amour silencieux et fidèle
Sourit toujours et remercie la vie.
Je t’amais tant tu était si jolie
Comment veux tu que je t’oublie?
En ce temps-là, la vie était plus belle
Et le soleil plus brûlant qu’aujourd’hui.
Tu étais ma plus douce amie
Mais je n’ai que faire des regrets
Et la chanson que tu chantais,
Toujours, toujours je l’entendrai!
C’est un chanson che nous ressemble
Toi tu m’aimais, et je t’aimais
Nous vivions tous les deux ensemble
Je que t’aimais, toi qui m’aimais
Mais la vie separe ceux qui s’aiment
Tout doucement sans faire de bruit
Et la mer efface sous le sable
Le pas des amants desunies.

LES ENFANTS DU PARADIS

La semana pasada vi “Les enfants du paradis”.

Había oído hablar muy bien de esta película y de las circunstancias en que fue rodada (en los estudios Pathé de Niza, entre 1943 y 1944, durante la ocupación nazi) y estrenada, pero conocía sólo de pasada al director (Marcel Carné), al autor de la música (Kosma) y al guionista (Prévert) y no sabía prácticamente nada del argumento ni había visto nunca antes a ninguno de los protagonistas (Arletty, María Casares, Pierre Brasseur y Jean Louis Barrault).

La semana pasada vi “Les enfants du paradis” y la fascinación todavía me dura, porque ésta es una película fascinante desde la primera a la última secuencia.
Todos los actores están fantásticos pero Jean Louis Barrault está extraordinario. “Brilla” -en el sentido de que emite luz- en todo momento y es imposible dejar de mirarle cuando está en pantalla.
Pero lo que más me emociona de esta película es su título, que sólo al final pude identificar. Siempre había imaginado “paradis” escrito con mayúscula como si fuera un título y ahora sé que es el nombre de un lugar. El “paradis” es la parte alta del teatro, la más barata, aquella adonde van los que no tienen dinero y no están interesados en mirar y ser mirados (a y por el resto del público de la platea o los palcos) sino en disfrutar, como sólo saben hacerlo los niños, del espectáculo que se ofrece desde el escenario. En definitiva el paraíso es aquello que en el cine de mi infancia -que era un antiguo teatro- se llamaba “el gallinero”.
Y yo, que a veces pienso que las películas me aburren, he vuelto a ser un “enfant du paradis” o mejor una feliz niña del gallinero, atrapada de nuevo por la magia del cine.

GEORGES MOUSTAKI (1934-2013)

MA SOLITUDE

Pour avoir si souvent dormi
Avec ma solitude
Je m’en suis fait presqu’une amie
Une douce habitude
Ell’ ne me quitte pas d’un pas
Fidèle comme une ombre
Elle m’a suivi ça et là
Aux quatre coins du monde

Non, je ne suis jamais seul
Avec ma solitude

Quand elle est au creux de mon lit
Elle prend toute la place
Et nous passons de longues nuits
Tous les deux face à face
Je ne sais vraiment pas jusqu’où
Ira cette complice
Faudra-t-il que j’y prenne goût
Ou que je réagisse?

Non, je ne suis jamais seul
Avec ma solitude

Par elle, j’ai autant appris
Que j’ai versé de larmes
Si parfois je la répudie
Jamais elle ne désarme
Et si je préfère l’amour
D’une autre courtisane
Elle sera à mon dernier jour
Ma dernière compagne

Non, je ne suis jamais seul
Avec ma solitude
Non, je ne suis jamais seul
Avec ma solitude

NÓMADA

Hasta ayer mismo yo me tenía más bien por una persona sedentaria, a la que le gusta mucho estar en casa, leer, escuchar música, ver películas tumbada en el sofá, charlar durante horas con los amigos, escribir relatos cortos, estudiar historia y lenguas extranjeras, pasear, ir al teatro y a exposiciones de pintura, pensar…
Una a la que no le gustan los espectáculos de masas, que no soporta la playa en verano ni la mayoría de los festejos populares, porque le agobian las multitudes y los ruidos estridentes.
Hasta ayer mismo no me había dado cuenta.
He vivido (más de un año) en dieciséis casas distintas de siete lugares diferentes.
He vivido (menos de un año) en once lugares distintos de seis países diferentes.
He trabajado en siete destinos distintos de seis lugares diferentes.
He viajado al extranjero cuarenta y cinco veces. He visitado veinticinco países diferentes y de ellos siete en más de una ocasión.
Así que llego a la conclusión de que estoy resultando una persona con una clara vocación de nomadismo de la que no había sido nunca demasiado consciente.
Una de las ventajas de cumplir años es que una cada vez se sorprende más a sí mismo.

!!!OH, LA LECTURA!!! (5)

“Aurelio Baca, Feria del Libro, Madrid, julio de 1994. No solo ante mí mismo, ni solo ante los espejos ni en la hora de la muerte que espero tarde en llegar, sino ante mis hijos y mi mujer y ante la vida serena que construyo, debo reconocer: 1) Que en la época de Stalin yo no hubiera malgastado mi juventud en un Gulag ni hubiera acabado con un tiro en la nuca. 2) Que en la época de McCarthy yo no hubiera perdido mi empleo ni hubiera tenido que despachar gasolina en una gasolinera. 3) Que en la época de Hitler, sin embargo, yo habría sido uno de los que tomaron el camino del exilio y que en la época de Franco no habría compuesto sonetos al Caudillo ni a la Virgen Bendita como tantos demócratas de toda la vida. Y una cosa va por otra. Mi valor es limitado, bien cierto, mis tragaderas también. Todo lo que empieza como comedia acaba como tragicomedia.”

Bolaño, Roberto. “Los detectives salvajes” (1998)

COSE CHE MI PIACCIONO

Una delle cose che, per tutta la mia vita, mi è piaciuta è il cinema. Infatti si può dire che sono una cinefila da quando ero ancora in fasce. Piangevo continuamente tranne quando ero al cinema dove dormivo come un angelo.
I miei genitori adoravano il cinema. Ci andavano tre volte alla settimana, cioè vedevano settimanalmente sei film più i documentari e i cartoni animati che li accompagnavano.
Da piccola il cinema faceva parte della nostra vita. Anche a scuola se ne iparlava e nei nostri giochi continuavamo i film che ci erano piaciuti di più (a “Buffalo Bill” ci avevamo giocato per più di un mese).
Gli anni di collegio furono tristi anni senza cinema (soltanto ci potevo andare durante le vacanze di Natale ed estive) e non fu fino a quando arrivai a Barcellona, per frequentare l’università, che diventai una assidua cliente della filmoteca, i cineforum e i cinema d’essai.
Con l’arrivo del videoregistratore potei, alla fine, vedere tutti i film che mi si erano scappati durante gli anni di collegio e anche rivedere quelli che mi erano tanto piaciuti da bambina.
Adesso mi da noia andare al cinema: ci trovo le sale troppo piccole, l’audio troppo alto, la temperatura dell’ambiente eccessiva, la gente (mangia, sorseggia, parla, arriva in ritardo) spiacevole… infine temo di stare per diventare la solita vecchietta brontolona.
O forse no. La verità è che grazie ai dvd posso godermi del cinema in modo veramente comodo e trovarmi a proprio agio: ne sono felicissima!

!!!OH LA LECTURA!!! (4)

Stai per cominciare a leggere il nuovo romanzo “Se una notte d’inverno un viaggiatore” di Italo Calvino. Rilassati. Raccogliti. Allontana da te ogni altro pensiero. Lascia che il mondo che ti circonda sfumi nel indistinto. La porta è meglio chiuderla; di là c´è sempre la televisione accesa. (…)
Prendi la posizione più comoda: seduto, sdraiato, raggomitolato, coricato. Coricato sulla schiena, su un fianco, sulla pancia. In poltrona, sul divano, sulla sedia a dondolo, sulla sedia a sdraio, sul pouf. Sull’amaca, se hai un’amaca. Sul letto, naturalmente, o dentro il letto. Puoi anche metterti la testa in giù, in posizione yoga. Col libro capovolto, si capisce.
(…)
Bene, cosa aspetti? Distendi le gambe, allunga pure i piedi su un cuscino, su due cuscini, sui braccioli del divano, sugli orecchioni della poltrona, sul tavolino da tè, sulla scrivania, sul pianoforte, sul mappamondo. Togliti le scarpe, prima. Se vuoi tenere i piedi sollevati; se no, rimettitele. Adesso non restare lì con le escarpe in una mano e il libro nell’altra.
Regola la luce in modo che non ti stanchi la vista. Fallo adesso, perché appena sarai sprofondato nella lettura non ci sarà più verso di smuoverti. (…) Cerca di prevedere ora tutto ciò che può evitarti d’interrompere la lettura. Le sigarette a portata di mano, se fumi, il portacenere. Che c’è ancora? Devi far pipì? Bene, saprai tu.

Italo Calvino “Se una notte d’inverno un viaggiatore” (1979)

MISTER CHAT

La primera vez que vi este gato fue en el año 2008. Íbamos mi prima Lucía y yo, medio perdidas por Greenwich Village y de no demasiado buen rollo, cuando vi un gato sonriéndome desde una ventana. Me recordó al gato risón de Alicia en el país de las maravillas y me hizo gracia que fuese amarillo y que tuviese alas. De pronto se me pasó el malhumor. ¿Qué más daba si no encontrábamos la calle que estábamos buscando? Cualquier calle podía ser una sorpresa.
Me acabo de enterar de que el gato se llama Mister Chat, de que apareció como grafiti en Nueva Orleans en 1997 y de que ahora se ha extendido, en versión con alas o sin alas, por Europa.
¡Qué cosas!

SOGNI

C’erano una volta due vite, ma tutte e due esistevano solo nei miei sogni, erano solo fantasie.
C’era la vita possibile: finire la scuola, diventare sarta, sposarmi, avere dei figli, fare la casalinga ed essere felice per sempre. Potevo condividere questa vita futura con le mie amiche, con i miei genitori… tutti sarebbero stati d’accordo con me. E fin cui tutto a posto.
L’altra era la vita impossibile: trovare un lavoro, gestire una vita indipendente, viaggiare in tutto il mondo, conoscere gente diversa… Di questa vita non si poteva nemmeno parlare ma, quando giocavo da sola con le mie bambole, era questa la vita che inventavo per loro (guidare la macchina, girare il mondo, vivere avventure come quelle che ogni sera ascoltavo alla radio).
Sebbene le due vite mi facessero paura pensavo sempre che la prima vita fosse una noia e la seconda un sogno.
Sognare mi è sempre piaciuto e, a volte, alcuni sogni diventano realta. Altri no: non ho mai imparato a guidare una macchina…