mascaras y cremas romanas

MÁSCARAS Y CREMAS DE BELLEZA
Diversos autores nos han hecho llegar recetas de máscaras de belleza utilizadas en la antigüedad con indicaciones específicas, como las que tenemos a continuación:

– contra las manchas: “También es útil añadir hinojo a la mirra perfumada (cinco escrúpulos de hinojo por nueve de mirra) y cuantos pétalos secos de rosa puede contener una mano, e  inicenso macho con sal gema. Se tira por encima jugo de cebada: que el incienso y la sal pesen tanto como las rosas. Aunque esté untado poco tiempo, no quedará en todo el rostro mancha alguna” Ovidio. Medic. faciei, 91-98
“El estiércol de vaca pastado a mano con aceite y goma corrige las manchas rojas y otras que decoloran la piel.” Caius Plinius Secundus, Historia Naturalis, XXVIII, 46

– contra las arrugas y las manchas: “Hervir el astrágalo de una ternera blanca durante cuarenta días y cuarenta noches, hasta que se convierta en gelatina y después, se aplica con un paño” Plinio, Nat. Hist. XXVIII, 46
– para alisar la piel: “El nabo silvestre se usa para volver lisa la piel de la cara y de todo el cuerpo mezclando a una dosis igual de harina de yero (una planta leguminosa parecida a la lenteja), avena, trigo y altramuz”. Plinio, Nat. Hist. XX, 11
“Limpia la cebada, que envían por mar los colonos libios, de paja y de cáscaras. Macera una medida de cebada en diez huevos (que la cebada pelada no sea más de dos libras). Cuando esto se seque por la acción del viento, haz que lo triture una burra lenta con una muela rugosa. Añade a esto los cuernos caídos por primera vez a un ciervo longevo (que no sea más de una sexta parte de una libra). Cuando se hayan mezclado los dos polvos harinosos, pásalo enseguida por un tamiz en un cofre de trigo. Añade doce bulbos de narciso sin corteza, que se pican en un mortero de mármol con mano rápida. Mezcla un sextante (dos onzas) de goma con semilla Toscana. Se añade a esto nueve veces tanto o más de miel. Cualquiera que aplique esta receta en la cara, lucirá más lisa que su propio espejo.” Ovidio, De medicamine faciei, 53-67

crema encontrada en un    yacimiento romano

– para aclarar y distender la piel de la cara: “Desmenuza raíces de melón salvaje y déjalas secar al aire, después adóbalas en agua, pícalas y aplícalas como una cataplasma” Galeno, De methodo medendi, XIV, 422.

-para las cicatrices: “La grasa de asno devuelve el color natural a las cicatrices, especialmente las de liquen o lepra. La bilis de un chivo, mezclada con queso, azufre vivo, y ceniza de esponja, hasta que tenga consistencia de miel, quita las pecas. Algunos prefieren usar la bilis seca, mezclada con salvado caliente, en la proporción de un óbolo y cuatro óbolos de miel, habiendo frotado antes las manchas.” Caius Plinius Secundus, Historia Naturalis, XXVIII, 46