El robo de los 100.000.000, por Pol Fonayet

EL ROBO DE LOS 100.000.000 

Aquel día de verano la policía de Barcelona, tenía toda la Ciutat Vella  herméticamente controlada. Los turistas ,con curiosidad, hacían fotos de la plaza Catalunya que, había cambiado su infinidad de colores, por el azul marino. Los vecinos observaban desde sus ventanas y terrazas, el silencio espectral que reinaba. El jefe de la policía metropolitana, Juan Costa, se encontraba en su vehículo policial cuando escuchó por la radio que el camión se acercaba por la ronda Litoral en el barrio de Montjuic y que iba acompañado de un fuerte cordón policial. Juan asintió y dijo:

– ¿ Cual será el punto de encuentro?-.  Al cabo de unos instantes la radio hizo unos raros sonidos:

–  Nos encontraremos en la estatua de Colón.- Respondió el agente

– De acuerdo. Cambio y corto.

Cuando el camión llegó a la estatua de Colón dos agentes bajaron del camión y lo abrieron por las puertas de detrás. La tensión se apoderaba del ambiente, los agentes quitaron una caja de acero de un color gris y que era el centro de atención de la policía metropolitana.Juan Costa se acercó, lo abrió y observó allí, la inexplicable fortuna que había adquirido el presidente del banco catalán La Caixa. Juan Costa calculó de una manera hábil y rápida el dinero y, con un sentimiento de alivio vio que no faltaba ni un céntimo en la caja que en su interior albergaba cien millones de euros.

De repente se oyeron unos disparos desde el Puerto de Barcelona que hirieron de gravedad a dos policías y  mataron a cuatro más. Entre la confusión, un grupo de policías que se encontraban a la derecha de Juan Costa, se quitaron los uniformes y lanzaron contra  los policías que cubrían al jefe de la policía unas bombas de humo que hizo que los agentes bajaran la guardia y, entre la confusión de todo el mundo, el hombre que había disparado anteriormente, se cubrió la cara con una máscara blanca y cogió el maletín. Cuando lo cogió, otro hombre se acercó con un Aston Martin y se paró delante del hombre que llevaba el maletín este entró en el coche que con un sonido estridente comenzó a subir por
la Rambla seguido de un gran nombre de coches patrulla que con sus sirenas, alertaron a todo el mundo de su presencia.

-¿ Has cogido los cien millones?-. Dijo el conductor del deportivo, que se llamaba Dani.

-¿ Es una pregunta o una afirmación?-. Contestó José, entre risas.

José enseñó el maletín y lo abrió. Allí había los cien millones, en billetes de 500, que alegraron la vista de Dani.El deportivo giró a la derecha para entrar en las estrechas calles paralelas a la rambla. Los coches policiales detrás, comenzaban a quedarse atrás. El Aston Martin llegó a la Plaza Sant Jaume, donde se encontraron, con un coche policial un poco distinto que los otros que definitivamente habían dejado atrás, era un Porsche, pintado con los colores de la policía de Barcelona, conducido por el mismo Juan Costa, tan pronto como el Aston Martin aceleró su motor el Porsche lo siguió, Dani pensó que la opción más correcta era continuar por calles estrechas y se adentró en el Barrió Gótico, Juan Costa era un magnífico conductor, y no cedía ni un solo milímetro a Dani. Al cabo de varios minutos los dos deportivos salieron de las calles estrechas hasta la plaza de la Catedral, donde, el Aston Martin se infiltró entre las calles comerciales que volvían a llevar a la Rambla el deportivo de Dani entró en Plaza Catalunya donde optó por conducir por calle más amplias, y así lo hizo. Giró a la izquierda y se incorporó en la Gran Vía. Juan Costa se cansó de solo seguir, cogió su pistola, y disparó dos balas contra José, una le tocó al brazo, y con mala suerte, abrió el seguro del coche y se abalanzó hasta el duro cemento de la Gran Vía donde en pocos segundos concluyó su vertiginosa carrera. Dani que hasta aquel momento había estado callado, se hizo con las riendas del vehículo. Juan Costa, con cara de satisfacción volvió a disparar dos balas pero esta vez el objetivo eran las ruedas del deportivo. Un disparó dio en el blanco, y el Aston Martin perdió el control, pero con un buen movimiento el Aston Martin se puso perpendicular al coche policial, y comenzó a disparar contra Juan Costa. El jefe de la policía reaccionó y se lanzó sobre el asfalto, Dani aprovechó la oportunidad que Juan le daba, para saltar de vehículo y coger una moto de gran cilindrada aparcada en una esquina de la Gran Vía, y con el maletín en mano, intento encender la moto, su gran experiencia como ladrón, hizo que en pocos segundos la moto comenzase a rugir, Juan no se quedó atrás y con una moto policial comenzó nuevamente, a perseguir a Dani. Al llegar a Plaza España El fugitivo observó un gran control policial y con una gran maniobra comenzó a subir las largas y rectas calles del Eixample. Juan Costa siguió su estela y se colocó paralelo a él, intercambiaron una serie de golpes a 190 km/h, esquivando los coches que bajaban por la calle. Al llegar a un cruce que unía las largas calles del  Eixample con la Avenida Diagonal, Dani se vio obligado a incorporarse en ella, porque con la gran afluencia de tráfico era muy difícil cruzar la Avenida. Los dos conductores bajaron  la larga avenida   esquivando el gran nombre de coches y peatones con gran habilidad.Después de tanta velocidad Dani intentó sin éxito dar una vuelta al manillar para cruzar la avenida, pero el tráfico denso y la precipitación de Dani hicieron que impactara con un autobús que circulaba por el carril paralelo. La moto de Dani quedo muy dañada y el extendido en el suelo vio como en cuestión de segundos un gran número de policías estaban a su lado apuntándolo con una pistola, él , un poco dolorido se levantó y con las manos en alto levantó la pierna y chutó el maletín que llegó justo a los pies del jefe de la policía metropolitana que lo cogió con serenidad y lo colocó dentro de un coche policía que se fue rápidamente con las sirenas aún sonando.Dani, un poco molesto, bajó la cara y Juan Costa le colocó lo que a un ladrón le duele más, las esposas. Lo colocaron dentro de un coche policía y Juan Costa un poco cansado subió a un camión blindado que cerró la marcha de coches policiales ante el asombro de los ciudadanos.  

Días más tarde Dani fue al juicio que le culpaba del robo y la persecución que había llevado a cabo. Un gran número de canales de televisión seguía el juicio con gran atención. Al cabo de largas horas de interrogatorio, el caso quedó cerrado. 

Dani era un trabajador de la caja que se había enterado que los cien millones que había ganado el presidente de  la Caixa. Los había ganado en apuestas de caballos pero antes había perdido cincuenta mil euros que había sacado de los sueldos de los trabajadores, Dani se había pasado tres meses sin cobrar como otros compañeros suyos incluido su difunto amigo. Cuando intentaron hablar con el presidente del banco, éste había desaparecido sin dejar el menor rastro. Dani cumplió el año de prisión y Juan Costa lo admitió en la policía metropolitana. Los cien millones se invirtieron y todo volvió a la normalidad en la ciudad de Barcelona.

2 thoughts on “El robo de los 100.000.000, por Pol Fonayet

  1. Siland

    Pol, está muy bien. Tienes talento. Podrías ser un escritor de 99! ¡No hombre que no que esta muy bien!Encuentro el gusto que tienes en escribir por la qual te doy elicidadades. Podrías colgar otro.

    Firmado:
    Siland

  2. Eudald

    Hola Fonayet, nomès he fet el comentari per dir-te que el teu conte mola molt
    OK?????

    Deewwwwww!!!!!!!!!!!!!!!

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