El cobrador del Rap, por Iván Juárez

            EL COBRADOR DEL RAP                   

Una vez yo, Jorge Rodríguez, acabé un miércoles 12 de Marzo un duro día de trabajo y volví para casa muy cansado después de que mi jefe me echara la bronca por dejar hecho un asco el plató de televisión después de rodar una escena un poco larga de una comedia.Trabajo en Televisión española (TVE). Soy el encargado del establecimiento que alquilamos para rodar la escena. Cogí mi Volkswagen  y me fui a comprar pan y leche porque no me quedaba. Luego fui a poner gasolina y me fui directo para casa. Aparqué el coche fuera, en la calle, cerca del bloque de pisos donde vivo. Salí del coche, cogí el pan y la leche, cerré el coche y me fui hacia el portal. Paré un momento para comprar en el quiosco mi revista que me llega cada semana. Luego, yendo ya para el portal, saludé a una camarera que conozco desde bien pequeño que se hallaba en el bar, sirviendo copas y copas, de cerveza sobretodo, sin parar.Justo antes de entrar en el portal del edificio, apareció un chaval de unos 26 años de edad, que llevaba pantalones amplios, una chaqueta y una gorra con la visera hacia atrás, tenía pinta de rapero. Vino directo y decidido hacia mí, me paró agarrándome de la mano y me preguntó: 

– Eh, amigo…- ¿Qué pasa?- Dije.- Es usted el señor Rodríguez, ¿no?-Sí, ¿Por qué? 

Sacó una hoja de papel de su bolsillo que ponía “Banco de Santander, deuda pendiente”.Entonces pensé que era un cobrador del frac, pero no se parecía en nada. Entonces empezó a sonar un ritmo y el cobrador se puso a cantar rap: 

Porque debe doce meses de esta casa que compró

Con un crédito que el banco previamente le otorgó

Y me mandan para cobrarle esta deuda que adquirió 

Me quedé alucinando con sus rimas y entonces entendí que era un cobrador del frac, pero no uno cualquiera. Entramos los dos en el portal. Enfadado, le pregunté: 

– ¿Y Quién es usted? 

Volvió a sonar la música de antes y siguió cantando: 

Yo, soy, un cobrador

Pero no, soy, uno más

Como ve no voy de rojo ni me visto como un frac

Y la gente me conoce como el cobrador del rap 

– Ya pasaré por el banco…- Le contesté. 

Y me metí en el ascensor.- ¡Arriba!- dije con un tono un tanto elevado para que el ascensorista me subiera. 

Entonces observé que el ascensorista tenía la misma gorra que el cobrador. Le dio al botón de subir, se giró, empezó a sonar otra vez la música y dijo: 

Para arriba, para abajo

En su casa o en el trabajo

No es tan fácil escapar

Y pirarse sin pagar 

Era el cobrador disfrazado de ascensorista. Asustado, salí rápido del ascensor con la suerte de que estaba en el piso correcto en el cual vivo.Entré en casa y dejé el pan, la leche y la revista en la estantería de la entrada. Me dirigí hacia el comedor pero antes de llegar apareció el cobrador disfrazado de chacha que venía de la cocina cantando con la música: 

Me lo paga con dinero

Me lo paga con talón

Me lo paga con la visa

O con un cheque al portador 

Sorprendido, lo cogí del brazo y arrastrándolo lo eché fuera de mi casa gritando: 

– ¡No pago nada!, ¡Fuera de aquí! 

Entonces sonó mi teléfono móvil, que se encontraba en la mesilla del salón. Fui a cogerlo gritando “¡Ya va, ya va!“. Lo cogí y empezó a sonar otra vez la música y el cobrador volvió a cantar, esta vez por el teléfono: 

Puede hacerlo por teléfono

O quizá mandando un fax

Ya verá cuando me pague

Que tranquilo, que relax 

Muy cabreado le dije: 

– Vete a la, a la… 

No me salieron las palabras y colgué el teléfono. Seguidamente me senté en el sofá y encendí el televisor. Se oyó un disparo, salía un vaquero herido diciendo: 

– ¡Pagarás por esto, Billy! 

De repente sonó la música otra vez y apareció en la película el cobrador cantando: 

Pagarás, pagarás

Ya verás que pagarás

Hasta la última peseta

Ya verás que pagarás 

Entonces empecé a cambiar de canales pero en todos salía el cobrador disfrazado cantando con la música. En el telediario: 

O me das ese dinero

O le cuento al mundo entero

El cabreo del banquero 

En la película de Napoleón: 

En la guerra o en la paz

Ya verás que pagarás 

En una serie de policías: 

Aunque te metas a Gangster

No te escondas como un hámster 

Muy, muy cabreado y sorprendido, cogí el televisor y lo tiré por el balcón. Pero allí estaba colgado con una cuerda de la terraza cantando: 

Aunque haya gente lista

Que se quiera escabullir

Yo también soy alpinista

Y les puedo perseguir 

Cogí unas tijeras de cortar césped y le corté la cuerda. Me fui hacia dentro de casa con una risa maléfica de loco diciendo: 

 – ¡Jajá, muerto por fin, está muerto! 

Pero poco duraría mi felicidad. Sonó el timbre de la puerta. Extrañado, me dirigí hacia la puerta gritando en voz baja: 

– ¡No puede ser, no puede ser! 

Abrí la puerta, y allí estaba con unas alas y con cuatro ángeles con gorras y gafas. Me quedé en blanco pero atento. El cobrador empezó a hablar con voz de ángel muy tranquila y dulce: 

– Perdona señor nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, pero a este pecador… 

¿¡A ESTE PECADOR!? ¡NADA!

Que además de millonario¡

Me ha mandado al otro barrio!Y

 además de lo que me hizo¡

Es un listo y un chorizo!

Y que le debe a todo dios¡

Como un millón o dos!

¡Pagarás, pagarásYa verás que pagarás!

¡Pagarás, pagarásYa verás que pagarás! 

Me desmayé y luego me desperté aquí, en el Centro Psiquiátrico de Barcelona.

6 thoughts on “El cobrador del Rap, por Iván Juárez

  1. aitana i judit

    este cuento mola mucho y lo mejor son los raps que hay.

    att:aitana
    att:judit

  2. Eudald

    Hola Ivan el ros,
    ves a fer un mós.
    Era broma, només era perquè rimés XDXDXDXDXDXD
    Inga Ivan, que mola molt el teu conte raperu.
    Dewww!!!

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