Pesquis y Baliga están paseando por la calle a la salida del museo que han visitado.
– Tal como nos han dicho en el museo, la Mar Abisal comete un delito… – Le dice Pesquis a Baliga.
– ¡Si la vemos, tenemos que decirle que lo deje estar, que no puede tocar el galeón! – Añade Baliga.
Pesquis y Baliga llegan a una terraza. Desde allí ven a Mar Abisal con una pareja entrando en unos almacenes del puerto.
-¡Mírala! Y va acompañada. – Dice Pesquis.
-Vengan, señores Kalerius. Los he llamado porqué estoy segura que les interesará. Se trata de una pieza de un valor incalculable. – Explica Mar Abisal.
-Pues ya tengo ganas de ampliar nuestra colección. – Responden los señores.
Una vez dentro la Mar Abisal levanta una manta y aparece el mascarón de proa de un barco.
-Es el mascarón de la proa de un barco que estaba en el fondo del mar.
-IIIIIIH!! Se asustan los señores.
Antes de que los señores salieran por la puerta entraron Pesquis y Baliga con cara de enfadados.d
– ¡Ni hablarlo, de comprar esta cosa tan horrible! ¡Nos vamos ! Dice la señora enfadada
-Yo… No sabe que decir al señor que no deja de mirar a la guapa Mar Abissal.
-¡Mar Abisal, cierra! Puedes terminar en la cárcel! Le grita Baliga
Entonces se para a pensar y dice…
-Salid de aquí, que ahora vendrá otro cliente. Lo he llamado por si los primeros fallaban. Les dice enfadada Mar.
-Ah, ya lo tenemos aquí. Pasa Le dice al señor Mar Abisal.
-Gracias. Soy hombre de campo, y tengo un campo aquí al lado. El señor entra sonriendo y levantándose la gorra entusiasmada con la figura y tocándole los dientes dice…
– ¡Me interesa… Mucho!
-De ¿verdad? Responde Mar Abisal
Lo utilizaré de espantapájaros. Seguro que no se acercará ningún pájaro en mi campo. Dice el señor mientras Mar Abisal de espaldas hace una cara de pocos amigos.
-¿Sabéis que os digo? ¡Cierro! Vamos, ayudadme! Dice enfadada Mar Abisal.
-Pero qué ocurre? Pregunta el señor.
¡Muy bien, Mar! ¡Has tomado una decisión muy acertada! Le dice Baliga.
Pesquis, Baliga y Mar, con la ayuda del minisubmarino, devuelven el mascarón al sitio de donde lo sacaron, el barco hundido.
-Me lo he pensado bien y creo que este es su mejor lugar por el mascarón de proa… Dice Mar.
¡Teníais razón, amigos! Les responde a los niños Mar mientras observa como de bien queda el mascarón.