Llibres d’Ana María Matute (Barcelona, 1925-2014) que podràs trobar a la biblioteca.
Durante los primeros años de su vida, cuando aún no lo habían apartado de su madre, Orso creyó oír voces. Eran voces misteriosas y no humanas, voces que se adentraban en el silencio, que revoloteaban a su alrededor y se introducían en su mente encendiendo su curiosidad
Ana María Matute, Aranmanoth (2000)
El niño que no sabía jugar
Había un niño que no sabía jugar. La madre le miraba desde la ventana ir y venir por los caminillos de tierra, con las manos quietas, como caídas a los dos lados del cuerpo. Al niño, los juguetes de colores chillones, la pelota, tan redonda, y los camiones, con sus ruedecillas, no le gustaban. Los miraba, los tocaba, y luego se iba al jardín, a la tierra sin techo, con sus manitas, pálidas y no muy limpias, pendientes junto al cuerpo como dos extrañas campanillas mudas. La madre miraba inquieta al niño, que iba y venía con una sombra entre los ojos. “Si al niño le gustara jugar yo no tendría frío mirándole ir y venir.” Pero el padre decía, con alegría: “No sabe jugar, no es un niño corriente. Es un niño que piensa”.
Un día la madre se abrigó y siguió al niño, bajo la lluvia, escondiéndose entre los árboles. Cuando el niño llegó al borde del estanque, se agachó, buscó grillitos, gusanos, crías de rana y lombrices. Iba metiéndolos en una caja. Luego, se sentó en el suelo, y uno a uno los sacaba. Con sus uñitas sucias, casi negras, hacía un leve ruidito, ¡crac!, y les segaba la cabeza.
Ana María Matute. Conte inclòs a Los niños tontos (1956)
També podràs trobar-hi Pequeños muchachos (1970).
M’heu fet venir ganes de tornar-lo a llegir. Aprofitaré aquesta “mena” de vacances per fer-ho