El Quijote. Ambientación y capítulos.
E L Q U I J O T E de MIGUEL DE CERVANTES
3.. Los temas de la novela.
4.- Universalidad de la novela.
1. ANTES DE EL QUIJOTE. LA CREACIÓN DE LA NOVELA MODERNA. |
En el camino hacia la creación de la novela moderna Cervantes tuvo que beber necesariamente en las fuentes de toda la literatura anterior para llegar a la consolidación de los rasgos que la definirán a partir de la aparición de El Quijote. Tendríamos que mencionar gran cantidad de obras de la literatura española (desde el Poema de Mio Cid hasta el Lazarillo) y de la universal.
Por novela se entendía en la época de Cervantes lo que hoy entendemos por novela corta, y era un género de amplia difusión en Italia pero nula en España. Cervantes realizó sus Novelas ejemplares a imitación de este género italiano y, según él, fue el primero en hacerlo en España.
Los distintos tipos de narraciones del siglo XVI fueron “imitados” por Cervantes en El Quijote. No solamente recogió algunos de los rasgos de la novela de caballerías, sino también de la pastoril, de la bizantina, de la morisca y de la más reciente picaresca: de todas ellas hay un episodio creado “a imitación” e inserto en la primera parte de El Quijote.
Podríamos decir, sin mucho riesgo de equivocarnos, que las mezcló todas para crear una nueva, llamada simplemente novela. En este sentido, la segunda parte del Quijote sería un producto ya “puro”, sin los “ingredientes” a la vista, como ocurría en la primera.
2. EL QUIJOTE. PARTES. PUBLICACIONES. |
2.1. GÉNESIS Y PUBLICACIÓN. El Quijote es la obra maestra de Cervantes. Consta de dos partes. La primera se publicó en 1605 y la segunda en 1615. Estas dos partes son bastante diferentes: la primera es más espontánea, parece escrita sobre la marcha y contiene diversidad de elementos; la segunda, sin embargo, está mucho más pensada y responde a un plan bien trazado. El final de las dos partes también es simétrico: desengañado y derrotado, don Quijote regresa a casa. Antes del desenlace, la segunda parte contiene un conjunto de capítulos, sin paralelo en la primera, en los que Cervantes responde a la publicación del Quijote de Avellaneda. Esta continuación apócrifa (plagiada) de la obra cervantina se publicó en 1614, firmada por un tal Alonso Fernández de Avellaneda, seudónimo quizá de Gerónimo de Pasamonte, autor en la época de una autobiografía y a quien Cervantes habría tomado como modelo para el personaje de Ginés de Pasamonte, el galeote liberado por don Quijote. El Quijote apócrifo, literariamente mediocre, es muy interesante porque revela la indignación que la primera parte cervantina habría causado en el círculo de Lope de Vega, cuyas comedias son satirizadas por Cervantes. Por otro lado, el Quijote de Avellaneda se convierte en portavoz de una reacción señorial ante la impertinencia que para la alta nobleza supuso la pretensión de un simple hidalgo, Alonso Quijano, de pasar por caballero
2.2 LAS DOS PARTES DE EL QUIJOTE, INCLUÍDA LA APÓCRIFA.
La primera parte
La primera parte se publica en 1605, en Madrid, editada por Juan de la Cuesta. La obra está dedicada al Duque de Béjar.
Presenta 52 capítulos, divididos en la primera edición en cuatro partes.
En el momento de la publicación, Cervantes era literariamente desconocido. A pesar de ello, El Quijote conoce seis reimpresiones en el año de su publicación y otras dieciséis en vida de Cervantes.
La primera parte acaba con el regreso a su pueblo y la noticia de la próxima tercera salida de don Quijote. De esta forma, termina como obra abierta, dispuesta para una posterior continuación.
La Primera parte se caracteriza por:
a) La acción principal repite constantemente el esquema aventura – fracaso, producto siempre de la confusión entre realidad y ficción del protagonista. Las aventuras tienen cierta autonomía, y podrían considerarse episodios casi independientes.
b) Predomina la acción sobre la reflexión.
c) La acción principal se ve interrumpida por historias contadas por determinados personajes que desfilan por la novela: la historia del cautivo, la de la pastora Marcela, la de Grisóstomo, el cautivo, etc. •
La segunda parte
“Apareció la Segunda parte del Ingenioso Caballero don Quijote de la Mancha -tal es su título en el año 1615, a cargo del mismo editor y en la misma imprenta que la primera, un año después de haberse publicado la continuación espúrea de Avellaneda. Va dedicada esta parte al conde de Lemos. En el prólogo se defiende Cervantes con dignidad y noble humor de las groseras acusaciones del falsario, que le reprochaba entre otras cosas el ser viejo, manco y envidioso”.
La segunda parte, El Quijote de 1615, narra la tercera y última salida del hidalgo que le lleva hasta Barcelona, donde es vencido por el Caballero de la Blanca Luna y obligado a volver a casa. Esta segunda parte es una vuelta de tuerca respecto a la primera. Cuando don Quijote vuelve a salir a los campos de La Mancha, ya se ha publicado la primera parte de la novela. Los mismos personajes son lectores del Quijote de 1605 y esta circunstancia incide decisivamente en los rasgos de esta segunda parte:
a) Las aventuras ya no las busca don Quijote, sino el resto de los personajes, que habiendo leído la novela de 1605, se las fabrican al hidalgo “a la carta”. Se trata de aventuras ficticias, como las que preparan los duques o la de Sancho como gobernador de la Ínsula Barataria.
b) Los diálogos de la pareja protagonista son abundantes y sirven de reflexión sobre toda clase de temas. Existe más reflexión y diálogo que acción.
c) Los episodios pierden la autonomía de la primera parte. Unas aventuras llevan a otras con el hilo lógico de causa-efecto.
La segunda parte consta de 74 capítulos: se observa mayor unidad que en la primera parte, al suprimirse las historias intercaladas que nada tienen que ver con la principal.
El factor que intervino en la publicación a toda prisa de esta segunda parte, y que produjo cambios argumentales, fue el llamado “incidente Avellaneda”.
El Quijote de Avellaneda
En Tarragona, en 1614, salió el Segundo tomo del Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, compuesto por el licenciado Alonso Fernández de Avellaneda, probablemente un seudónimo, de cuya identidad no hay ninguna certeza. Se puede decir con casi total seguridad que Cervantes tampoco llegó a conocerlo.
“Don Quijote salió de la venta, informándose primero cuál era el más derecho para ir a Barcelona sin tocar en Zaragoza: tal era el deseo que tenía de sacar mentiroso aquel nuevo historiador que tanto decían le vituperaba.” (II, 50)
2.3 . ESTRUCTURA DE LA OBRA. ESTILÍSTICA |
El Quijote de 1605 comienza con la dedicatoria al duque de Béjar, a la que sigue el prólogo, en el que manifiesta Cervantes su propósito de parodiar los libros de caballería. Luego vienen unos versos preliminares ante de dar comienzo la novela.
Estructuralmente, se suelen agrupar los 52 capítulos de la primera parte en dos bloques, correspondientes a las dos salidas de don Quijote: la primera salida englobaría los capítulos 1 al 6, y la segunda el resto (del 7 al 52).
La novedad más importante de esta segunda salida es la aparición de Sancho Panza.
La primera salida contiene la escapada de don hidalgo hasta la venta en que se hace armar caballero y su primer “entuerto deshecho”: la “liberación” del mozo Andrés, que estaba siendo golpeado por su amo.
En el curso de la segunda salida se encuentran todos los episodios intercalados, que suponen todo un muestrario de los géneros novelísticos contemporáneos
.La segunda parte -desprovista incluso de las poesías humorísticas que contenía la primera- queda reducida en su estructura a un prólogo, la dedicatoria al conde de Lemos y la narración de la tercera salida de don Quijote.
Esa variedad de episodios intercalados hace que el estilo de El Quijote se adapte a cada circunstancia y sea igualmente variado. A veces encontramos incluso un estilo coloquial del pueblo (perfectamente asimilado por un autor culto como Cervantes), en las historietas y cuentecillos puestos en boca de Sancho Panza.
Se podría decir, en cualquier caso, que las interpolaciones de la primera parte tienen un elemento común, el amor. Se podría entender tanta recurrencia al tema del amor para compensar el vacío de sentimientos dejado por el culto totalmente cerebral que profesa don Quijote por Dulcinea.
Una constante en toda la novela, el diálogo es uno de los mayores aciertos estilísticos en El Quijote. “La conversación pausada y corriente con que don Quijote y Sancho alivian la monotonía de su constante vagar, es algo esencial en la novela, que suple con decisiva ventaja cualquier otro procedimiento descriptivo. […] Pero otras veces el diálogo adquiere una especie de técnica dramática y se hace rápido, vivaz, y se enlaza en preguntas y respuestas”.
Por último, hay que hablar del tono irónico que emplea constantemente Cervantes para narrar las aventuras de don Quijote, perfectamente adecuado al género paródico (“parodia de los libros de caballería”) en el que podemos clasificar la obra (obviamente, sin limitarnos a este estrecho margen exclusivamente).
- 2.4 EL NARRADOR. . Llega un momento en que la novela invita a los lectores a hacerse la siguente pregunta: ¿quién está narrando? Evidentemente, la novela tiene un narrador externo, que cuenta la historia en tercera persona y que, como dice la ley de los narradores, no tenemos por qué identificar con Cervantes. Pero es un narrador bastante complejo porque en este caso, el propio Cervantes ha decidido jugar con los lectores. Lo más insólito del narrador del Quijote es que renuncia a su responsabilidad sobre la historia que cuenta, ya que, según nos dice, él se basa en el manuscrito de un historiador árabe, Cide Hamete Benengeli, por tanto, no puede ser omnisciente, ya que solo puede contar lo que se encuentra en el supuesto manuscrito, del que a veces se permite dudar y juzgarlo subjetivamente.
2.5. LA PAREJA PROTAGONISTA. Dos son los personajes esenciales de la famosa novela cervantina: Don Quijote y Sancho Panza. Don Quijote es un modesto hidalgo de un pueblo manchego, Alonso Quijano, que, loco debido a la lectura de libros de caballerías, decide convertirse él mismo en caballero andante. Su extraña y anacrónica figura en la España de comienzos del XVII hace de él un personaje fundamentalmente cómico. Sin embargo, el diseño de su figura es muy complejo: fuera de su peculiar locura caballeresca, muestra buen juicio y expone atinadas opiniones sobre muy diversos asuntos, incluidos los literarios. Rasgo esencial de su carácter es la pertinaz defensa de sus ideales, incluidas las que proceden de su extraña locura, lo que hace que continuamente sea vapuleado por la realidad. Sancho es el escudero que en los libros de caballerías acompaña al protagonista. No obstante, en su elaboración Cervantes sintetiza muchas características de tipos del folclore y la literatura próximos: el loco, el simple, el bufón, el rústico, el bobo, el gracioso, el pícaro… Pero Sancho es un personaje mucho más complejo, pues a partir de un modelo folclórico previo, crece y sobrepasa su original función cómica.
Característica de ambos personajes es la transferencia de rasgos del uno al otro. Y por ello se ha hablado de quijotización de Sancho o sanchificación de don Quijote. No obstante, los dos mantienen a lo largo de la obra sus rasgos básicos iniciales.l
3.- TEMAS Y SIGNIFICADO DE LA OBRA. |
El Quijote trata muchos asuntos y a un mismo lector le ofrece variadas interpretaciones, pero a ninguno se le escapa que el tema que sirve de hilo conductor al argumento es el conflicto entre la literatura y la vida. De ese conflicto derivan otros muchos temas, entre los que destacamos la propia literatura, que tiene mucha presencia en la novela, y otro no menos importante: la defensa de unos valores morales de los que carece el mundo al que se enfrenta el protagonista.
• El conflicto entre realidad y ficción. Este conflicto es la causa de la locura don Quijote, y la que le impulsa a “echarse al mundo” en busca de aventuras. Sus ideales caballerescos de heroísmo, justicia y defensa de los débiles chocan una y otra vez con una cruel realidad que se opone a estos valores. Este continuo ir y venir de la novela entre ficción y realidad genera casi una contradicción: se parodian los libros de caballería por sus falsedades y disparates absurdos, pero se rescatan sus valores para poner en evidencia al mundo sin ideales en el que vive Cervantes.
Este asunto se trata de manera diferente en las dos partes del Quijote:
a) En la primera parte el conflicto entre realidad y ficción se va desarrollando en episodios donde se repite el esquema AVENTURA-FRACASO, que son muchos. Valgan como ejemplos la famosa aventura de los molinos que don Quijote toma por gigantes, la aventura de los dos rebaños, donde el protagonista ve el enfrentamiento de dos ejércitos de caballeros andantes; la de los odres de vino, la confusión ventacastillo, etc.
b) En la segunda parte, el personaje no se da de cara con la realidad, sino con la propia ficción: Cervantes hace desfilar por la novela a personajes que son lectores del Quijote de 1605, y que conocen al detalle las anteriores aventuras y fracasos del protagonista: estos personajes se convierten en “adictos a la ficción”: es el caso de los duques, que les diseñan a Sancho y a don Quijote las aventuras, como la famosa del caballo Clavileño, un artilugio de madera en el que supuestamente viajarán a través de las regiones del aire y el fuego. Otro ejemplo es el del bachiller Sansón Carrasco, quien, para hacer regresar a casa al protagonista, se hace pasar por el Caballero de la Blanca Luna, consigue “derrotarle” y hacerle prometer que abandonará la caballería andante y regresará a casa.
c) La literatura. Una de las etiquetas que se le ponen al Quijote es que es un libro sobre los libros. No solo por ser una parodia del género caballeresco. Lo es por más razones: por la inserción de narraciones independientes.
d) La crítica literaria. Por otro lado, en El Quijote se practica la crítica literaria: en el episodio de la quema de libros, ejercen de críticos el cura y el barbero, que rechazan y critican las narraciones caballerescas por fantasiosas y sin consistencia, y “salvan” del fuego los libros “discretos” y “de provecho”, es decir, los más realistas. En realidad, es la voz del propio Cervantes la que juzga la literatura de la época.
e) •La defensa de los ideales. Si Cervantes hubiera tenido solo la intención de burlarse del género caballeresco, le habrían bastado los seis primeros capítulos, es decir, la primera salida del héroe, hasta que los libros arden en la hoguera del cura y el barbero. Pero el Quijote es más que eso: el protagonista representa un código moral –curiosamente aprendido en los libros- en el que se defienden valores como la justicia, la lealtad, la libertad individual, la generosidad o el heroísmo. Y esa defensa es, al mismo tiempo, una mirada pesimista sobre el mundo en que vive Cervantes: una sociedad materialista, corrupta, plagada de desigualdades, lacras sociales, abusos de poder y falsas apariencias.
f) El concepto de justicia. Al margen de que la aventura acabe mal, el ideal de justicia defendido por don Quijote es el de un Cervantes adelantado a su tiempo.
h) La libertad. Citando unas palabras de Vargas Llosa, El Quijote es una novela de hombres libres. Y lo atribuye a que detrás de algunas frases que pronuncia el personaje, se esconde el propio Cervantes, que sabía bien de lo que hablaba: cinco años de cautiverio en Argel y otros encarcelamientos en España por deudas y supuestos fraudes son razones sobradas para las ansias de libertad que se sienten en la novela. En el episodio en la que merece todo individuo para elegir su vida, sin prejuicios ni condicionantes que don Quijote libera a los galeotes, le oímos decir: “No es bien que los hombres honrados sean verdugos de otros hombres”. Es la libertad del individuo que no confía en el poder y sus abusos.
i) El heroísmo. El mundo sin héroes de la época de don Quijote hace necesaria la existencia de caballeros andantes, porque, según el hidalgo, hay caballeros y caballeros. Los del mundo real no necesitan salir de su aposento, pues “pueden recorrer el mundo mirando un mapa”. Son los de ficción, los generosos que se echan a las llanuras, quienes ponen en evidencia la pereza, la mezquindad y la cobardía de los aduladores de la corte, corruptos, entregados al lujo y sometidos al favor del rey o del poderoso de turno.
j) El amor. El ideal amoroso de los caballeros andantes hacia sus damas, se presenta en El Quijote, al tener a Dulcinea del Toboso, como el ideal amoroso del caballero. Mujer idealizada a la que dedica todos sus triunfos.
4.- UNIVERSALIDAD DE LA OBRA Y DE SUS PERSONAJES. |
Pasar revista a todos los personajes que pueblan la novela de Cervantes y describirlos sería labor de nunca acabar. Para demostrarlo, baste la opinión de Gerald Brenan: “Rocinante, el único caballo de la literatura que tiene una personalidad”. Obviamente, debemos limitarnos a las figuras señeras de Quijote y Sancho.
Según opinión de Martín de Riquer, Sancho Panza es el personaje que mejor culmina el realismo español en la novela, la mejor representación de la ciencia popular y tradicional. Con técnica realista, Cervantes concentró en Sancho todo el mundo de la ciencia popular.
Para entender la técnica de Cervantes hay que seguir la evolución de Sancho Panza a lo largo de toda la obra. Sancho está en un constante movimiento pendular entre ser un Sancho-Quijote y un Sancho-Sancho, con todas las posibles situaciones intermedias; en este ir y venir reside su verdadera identidad.
Cervantes supo captar perfectamente la simbiosis de estos dos elementos en todo humano; a partir de aquí universaliza, generaliza esta mezcla, y nos da en la pareja Quijote-Sancho la representación del alma humana elevada a su plenitud.
Este tratamiento del alma universal del hombre hace que la obra sea a su vez universal. El Quijote, tan español, tan localista (no olvidemos cómo empieza la novela), es la más amplia indagación sobre el hombre y su combinación dual de carne y espíritu, de materialismo e idealismo.
4.1.Valoración de El Quijote a través de los siglos.
Aunque es opinión comúnmente aceptada que los contemporáneos de Cervantes sólo vieron en El Quijote un divertido libro de burlas, fueron muchas las ediciones de su novela publicadas en el XVII.
Capítulos El Quijote. Ambientación.Sabido es que es el libro más editado y más traducido después de La Biblia, y este éxito lo ha mantenido sin desfallecimiento desde su primera publicación.