La pena de muerte es un tema polémico que ha generado un gran debate en todo el mundo. En nuestra opinión, cuando se cometen crímenes graves y se viola la vida de otros, la sociedad tiene el derecho y la responsabilidad de aplicar una pena proporcional, y la pena de muerte es la única respuesta adecuada.
La pena de muerte cumple con una función de justicia retributiva. Aquellos que han cometido actos inhumanos y han causado un sufrimiento inimaginable a sus víctimas que les va a permanecer de por vida. Deben asumir las consecuencias más estrictas. La pena de muerte les expropia la oportunidad de disfrutar de la libertad que ellos mismos han arrebatado a otros. Además, actúa como una medida disuasoria efectiva para evitar futuros crímenes similares.
Aquellos que argumentan en contra de la pena de muerte a menudo mencionan la posibilidad de errores judiciales. Sin embargo, en la actualidad, los sistemas judiciales están más desarrollados y cuentan con salvaguardias para garantizar la justicia y minimizar los errores. Además, el progreso tecnológico, como las pruebas de ADN, ha aumentado la certeza de la culpabilidad o inocencia de los acusados.
En resumen, la pena de muerte es una respuesta adecuada y justa para crímenes graves, cumpliendo con la función de justicia retributiva y actuando como medida disuasoria. Aunque existen preocupaciones sobre posibles errores judiciales, los sistemas judiciales modernos y las salvaguardias minimizan estos riesgos. La pena de muerte protege a la sociedad y proporciona un sentido de justicia a las víctimas y sus familias.
Júlia y Nora