RAFAELA

Cuando nos conocimos –en un viaje por Bulgaria, Grecia y Turquía con nuestra común amiga Mª Angeles- no nos caímos excesivamente bien. Mejoramos bastante cuando compartimos piso, pero nuestras vidas parecían seguir caminos diferentes en aficiones y diversiones.
A mí me resultaba inexplicable su patológica impuntualidad y a ella supongo que yo le resultaba sosa de solemnidad. Sin embargo… nos hicimos amigas.
Y es que las cosas que tenemos en común son muy valiosas para las dos: un origen humilde, esfuerzo y sacrificio para conseguir llegar a la universidad, hermanos menores de los que nos sentimos protectoras, padres a los que ahora cuidamos…
Y es que Rafaela -que ahora se ha vuelto bastante puntual- tiene la mágica capacidad de crear complicidades, de reunir a personas diversas y de conseguir que, con ella, mucha gente se sienta a gusto.
Por eso, pese al tiempo y la distancia, siempre nos sentimos cerca la una de la otra.

¡Feliz cumpleaños Rafi!

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