1º ESO. Vuestras fábulas.

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23 pensaments a “1º ESO. Vuestras fábulas.

  1. EL PATO Y EL CONEJO
    Había un conejo que iba muy de listillo, porque ganaba a todo el mundo, en todo.
    Un día se encontró a un pato en un río que nadaba tan tranquilo. Cuando el conejo lo vío pensó:
    “ Podría desafiarlo a él también, como voy a ganar…”
    No se lo pensó más de una vez. Así que le dijo:
    -Perdona pato insolente, quería desafiarte a una carrera. Tenemos que superar todo el río, quien llegue primero gana.
    El pato como no fue tonto le contestó:
    -De acuerdo, pero si gano yo, soy el mejor y lo sabrá todo el pueblo.
    Así que se desafiaron. El conejo no pensó nada, que no sabía nadar. Cuando se metió al agua, cayo, se estaba ahogando y decía:
    -¡ Socorro! ¡Socorro! Tú ganas, tú ganas, pero sácame de aquí lo antes posible, soy muy joven para morir.
    Así que el pato fue el mejor y salvó al conejo.
    Antes de hablar debes pensar.

  2. EL LOBO Y LA PERDIZ

    Una perdiz en celo reclamada vino a ser en la red aprisionada. Al cazador la mísera decía:
    – Si me das libertad en este día, te he de proporcionar un gran consuelo.
    Por este campo extenderé mi vuelo, juntaré a mis amigas en bandada, que guiaré a tus redes engañada, y tendrás, sin costarte dos ochavos, doce perdices como doce pavos.
    -¡Engañar y vender a tus amigas!
    ¿Y así crees que me obligas? – respondió el cazador -. ¡Pues no, señora; Muere, y paga la pena de traidora!

    La perdiz fue bien muerta, no es dudable.
    La traición, aun soñada, es detestable.

  3. El Leopardo y el Caracol

    Había una vez un Caracol que era el más inteligente de su pueblo.Un día se fue de vacaciones a Africa y se encontró un Leopardo que se creía el más rápido.
    -Te reto a una carrera en este laberinto- dijo el Leopardo
    – Por supuesto, Leopardo-dijo el Caracol.
    Cuando ya iban a empezar la carrera, otro Leopardo quería hacer la salida y dijo “3,2,1Ya!”
    Y el Leopardo fue por el camino de la izquierda y el Caracol no sabía por donde ir, por el de la izquierda o por el medio.

    Al final se decidió y fue por el camino del medio mientras que el Leopardo estaba dando vueltas y resultó que había ido a parar al punto de partida y el Caracol ja había ganado la carrera.

    Más vale la inteligencia que no la rapideza.

    Palafolls 25/10/2011

    Joan Sánchez Torralba.

  4. EL CONEJO Y EL ESPINO
    Era un conejo que paseaba por el bosque. En él había romero, tomillo, pinos, zarzas y espinos. El conejo vio un romero y un espino que estaban discutiendo para ver quien era mejor de los dos. El espino alzandose altivamente sus ramas punzantes dijo:

    -¡Conmigo nadie se mete! ¡Quien lo intente provar herido saldrá!

    El romero movió sus hojas como si un soplo de viento lo peinase:

    -Pues quien se acerque a mi, mi perfume le daré.

    El espino dijo:

    -Tú ves regalando cosas, a ver quien dura más en el bosque.

    El conejo, atraído por el olor del romero y fascinado por la fuerza del espino, pasó entre ellos y el espino llamó su atención:

    -¡Eh, conejo! ¿Tu con quién te quedas? ¿Conmigo, que soy el más duro del bosque, o con este blandengue que todo lo perfuma?

    El conejo un poco confuso valoró las dos opciones:

    -Me creo más a salvo con el espino, ya que me puede proteger.

    Unos días más tarde el conejo estava saltando por el bosque en busca de comida. Cuando de repente tropezó con una raíz de un pino y mientras caía buscó donde agarrarse, si en el romero o en el espino. Recordó sus palabras y se agarró al espino, pero se hizó daño con sus púas.

    -¡Quería tu ayuda pero me has herido!

    Y el romero dijo al conejo:

    -Nunca esperes ayuda de quien acostumbra a hacer daño.

  5. Alex Méndez.

    EL GATO I LA RATA
    Había una vez una rata de campo que decidió irse a vivir a una ciudad.
    Cuando llegó escogió la casa más grande que encontró y se instaló en el sótano.
    En aquella casa vivía un enorme gato gris que vigilaba que todo estuviera en orden.
    Al segundo día de su llegada decidió ir a buscar comida, pero se encontró al gran gato gris tapando la entrada de la cocina.
    El gato, al verla, le dijo que nunca entraría a su cocina. Al día siguiente, la rata volvió a intentarlo pero siempre se encontraba al gran gato gris.
    El gato se reía porque pensaba que las ratas eran unos animales muy tontos.
    Al tercer día se oyeron gritos en la cocina, el queso está mordido.
    El gato no entendía como la rata había entrado a la cocina.
    Esa rata había estudiado durante varios años. Era una rata muy inteligente.
    Aquella mañana la rata decidió entrar por la ventana.
    Por eso es muy importante estudiar pensó el gato.
    Más vale maña
    que fuerza.

  6. LA MOSCA CURIOSA

    Érase una vez una mosca nuy curiosa que se pasaba el día cuchicheando, haciendo preguntas de toda índole a todos los animales de su reino. Se pasaba el día interrogando a todo el mundo:
    -¿Tú dónde vives?, ¿tú qué eres?, ¿tú qué comes?
    Un día se encontró a una liebre y le hizo su interrogatorio:
    -¿Tú dónde vives?
    -En una madriguera
    -¿Tú qué eres?
    -Una liebre
    -¿Tú qué comes?
    -Hierbas, frutos y plantas.
    Y así iban pasando los días hasta que un día, en una charca, se encontró con una rana y allí que le fué con el interrogatorio:
    -¿Tú dónde vives?
    -En la charca
    -¿Tú qué eres?
    -Una rana
    -¿Tú qué comes?
    A lo que la rana se quedó mirando atentamente a la mosca y le contestó:
    -¡A ti!
    Y sacó su larga lengua y se la tragó.

    Y es que ya lo dice el dicho, la curiosidad mató al gato ¡y a la mosca!

    Yasmina Simón.

  7. EL GATO y LA GARRAPATA

    Un gato, muerto de hambre, perseguía un ratón, y él se sentía acorralado y no podía hacer nada. Pidió ayuda a una garrapata que era su amiga. Ella gritó al gato que dejara el ratón, y que le perdonara. El gato la ignoró y le dijo que no hacia caso a un renacuajo como es ella. Un día, la garrapata se quiso vengar de la muerte de su amigo, y se pegó al gato. Le hacía daño, le molestaba, pero la garrapata no paraba de alimentarse de su sangre. El problema es que él no podía quitársela, era demasiado pequeña y se cogía con mucha fuerza. Ese animalito minúsculo no se cansaba nunca de molestar. El gato le suplicó que le dejara, que se arrepentía de lo que había hecho con el pobre ratón. La garrapata le dijo: “Yo no hago caso a los gatos, tu me dijiste lo mismo”. El gato le pidió perdón por quinta vez, y la garrapata dejó de alimentarse y le dejó libre. El gato le dio las gracias y se fue muy lejos para no volverla a ver, y aprendió una cosa importante:
    Nunca desprecies lo que parece insignificante, pues no hay ser tan débil que no pueda alcanzarte.

  8. El GUSANO Y EL BURRO

    En un pueblo del centro de la ciudad, había una granja con muchos animales entre los cuales había un burrito, al cual le abrían todos los días la puerta para que fuera a pastar.
    Como cada día el burrito cogió el camino que conducía al campo,
    de repente, tropezó con una gran piedra, cuando estaba en el suelo intentando levantarse salió de debajo de la piedra un gusano muy enfadado.
    -¡Qué barbaridad!, estaba excavando mis nuevas galerías cuando he encontrado esta tremenda piedra. Tendré que ir por otro camino -dijo el gusano-.
    – Es cierto, yo no la he visto y he tropezado con ella.
    Al día siguiente, el campesino le abrió de nuevo la puerta al burrito, y este volvió a coger el camino hacia el campo. Cuando llegó a la altura de la piedra tropezó otra vez.
    Cuando estaba en el suelo maldiciendo todas las estrellas vio al gusano más adelante que le decía:
    -He hecho un camino nuevo para poder esquivar la piedra, ¿Cómo es que has vuelto a tropezar?
    -Pues no lo sé… -dijo el burrito-
    Durante varios días el burrito y el gusano se encontraron en la misma situación, hasta que finalmente…
    -¡Ay, ay, ay! Qué dolor, que dolor más grande -dijo el burro- .
    El gusano que estaba a un lado del camino, acudió corriendo a ver que le pasaba y encontró al burrito tirado en el suelo, nuevamente, con una patita rota.
    -No lo entiendo burrito, ¿cómo puedes tropezar todos los días con la misma piedra? –Dijo el gusano-.
    -No lo sé, ya la podían haber quitado de ahí.
    El gusano siguió excavando sus túneles y el burrito tuvo que esperar en el suelo a que lo echaran de menos y vinieran a buscarle. Nunca más pudo volver a salir a pastar.
    No corregir su error le salió muy caro.
    CUANDO NOS EQUIVOCAMOS TENEMOS QUE APRENDER DE NUESTROS ERRORES, PARA NO VOLVER A REPETIRLOS.

  9. Había una vez una elefanta que quería ser la más bella de todo la selva porque le gustaba un elefante. Ella se decía que habían otros más guapos y también que era muy fea. Un animal cuando se estaba diciendo que era fea, horrible y que era la más fea de todo el mundo lo vio y tuvo una idea. Dijo a toda la a jungla que le prestasen algo o que se lo comprasen.Y eso hicieron todos.
    Cuando la elefanta salió de su casa para ir a comprar, el león la vio y le dijo:
    -¿Dónde vas? –
    Y la elefanta la respondió :
    -Voy a comprar comida-
    y respondio el leon :
    – Vale elefanta. Toma, anda, toma mi pelo. Y la elefanta se quedó su pelo y siguió caminando para ir a comprar. Por el camino otra vez se encontró otro animal. El perro y le dejó su cola .Y así otros animales más. El pájaro le dio su pico …
    Cuando llegó al mercado, compró. Después llegó a su casa, dejó las cosas, que ya era la hora de la cita que tenía con el elefante .El elefante, al verla, se asustó y se fue sin decir adiós.
    Uno debe quererse tal i como es.

    Ruben Martínez Gámiz

  10. EL CABALLO HABLANTE
    Era él, era él mismo, el caballo que todos los periódicos decían. Me quedé mirándolo fijamente a los ojos, estaba trotando por el hipódromo como un loco, galopeó hasta que se paró delante mío.
    -Pasa, pasa que charlaremos un poco… Venga rápido que solo me queda una hora de tranquilidad. – me dijo el caballo.
    Yo le hice caso, y entré, entré sin pensármelo dos veces. Estuvimos hablando, ahora no me acuerdo del tema, la verdad es que cuando él hablaba yo solo pensaba en aquella noticia del periódico, aquella noticia tan extraña que se contaba por todas partes, pero que evidentemente no creía, no lo creía hasta que hablé con él, con el caballo. Todo el mundo decía que no, decía que no era verdad, en realidad, todo el mundo lo decía pero ninguno lo sabía de verdad, nadie se había molestado en ir allí, ir a donde vivía i contemplar si en realidad hablaba, o era una mentira.
    No juzgues antes de hablar.

  11. EL GATO Y EL CONEJO

    Había una vez un hombre que vivía en el bosque con un conejo y un gato. El conejo, no le caía nada bien al gato, principalmente porqué su dueño siempre le estaba haciendo mimos. El gato era al revés: el conejo le caía fenomenal.
    Un día, el conejo estaba tan cansado que su amo no li hiciese caso, así que decidió irse de casa. Al cabo de dos días de no ver al conejo, el amo y el gato se pusieron a buscarlo por el bosque. Justamente era domingo, el día que los cazadores cazaban por esa zona, y el amo estaba muy preocupado. Hacía ya tres horas que el amo buscaba al conejo y no lo encontraba, así que se fue para su casa pensando que ya estaría muerto. Al regresar a casa, el gato le pareció escuchar un grito del conejo, así que se fue corriendo hacia el bosque a buscarlo. El gato, al final pudo encontrar al conejo. Estaba rodeado de cazadores, que se lo querían comer. Pero el gato lo impidió, se abalanzó hacia los cazadores arañándoles por todas partes. Al final el gato y el conejo se salvaron. Entonces, los dos animales fueron amigos para siempre.
    “LAS APARENCIAS ENGAÑAN”

  12. Nélida y la mariposa

    La oruga Nélida se deslizaba muy contenta sobre una hoja, cuando de pronto vio que se le acercaba una mariposa que le dijo:
    -¡Ja, ja, ja, mira mis alas tan azules y relucientes! ¡ Y tu mira que llegas a ser fea! Yo no me alegraría tanto siendo una oruga tan horrible. – rió la mariposa.
    – Pues te advierto que me convertiré en una mariposa más bonita que tú. Y seré yo quien ría la última, te lo aseguro!
    Al cabo de unas semanas la joven oruga se transformó en una preciosa mariposa de grandes alas de colores violeta y rojo. Unos días más tarde volvió a encontrarse con la mariposa azul, que ya empezaba a envejecer :
    -¿Ahora quien debería reír?- le dijo Nélida a la vieja y vanidosa mariposa azul que marchaba lentamente intuyendo su fin. Nélida alzó el vuelo disfrutando de sus grandes alas y enamorando a todos los animales del bosque que la observaban.

    Moraleja : Quien primero se sonríe la victoria no consigue.

  13. EL GATO Y EL RATÓN
    Érase una vez un gato que siempre tenía para jugar una bola de hilo, pero había un ratón que hacía una semana que le cogía su juguete sin permiso.
    – Estoy harto que me cojas la bola de hilo – dijo el gato – como no pares te voy a quitar todo el queso que tienes.
    – A ver si te atreves a hacerlo – respondió chulescamente el gato -.
    Entonces como prometió el gato, le empezó a coger todo el queso que encontraba, hasta que el ratón se encontró que no tenía el queso.
    – Lo siento mucho – dijo el ratón – ¿me podrías dar el queso y yo te devuelvo tu bola de hilo?
    -Vale – respondió el gato -.
    Y al final los dos tuvieron sus cosas sin coger nada a nadie sin pedir permiso.
    Pero un día el gato, que ya se le había olvidado la promesa, le empezó a coger todo el queso que tenía y también los juguetes que tenía el ratón.
    -¿Pero qué te pasa? – le dijo el ratón -.
    – A mi nada – respondió el gato – es que tenía ganas de hacerlo.
    – ¡Pues ya estoy harto! – le replicó el ratón – ahora te voy a coger todas tus cosas, cuando menos te lo esperes.
    – A ver si te atreves – le respondió el gato, con un tono chulesco -.
    Hasta que un día el ratón aprovechó que el gato se había marchado, para cogerles sus cosas.
    ¿Pero qué ha pasado aquí, – preguntó el gato – donde están mis cosas?
    Ya te lo dije que te cogería tus cosas – respondió el ratón – así que haberme cogido mis cosas.
    Más vale dejar las cosas como están sino las cosas que tienes se te van.

  14. EL TIGRE QUE NUNCA ESTÁ SATISFECHO

    En un pueblo de la montaña había un tigre que siempre se iba quejando de que no tenía nada para comer, que siempre comía las mismas cosas.
    Un día se despertó, fue a cazar y cazó a un ciervo. Se fue a su cueva y se lo comió. Por la noche no fue a cazar pero fue al pueblo quejándose y diciendo:
    – Por favor amigos míos, dadme algo para comer, que no tengo nada bueno.
    Aquel día los animales del pueblo le dieron un poco de comida y como no le gustaba al tigre, se volvió a quejar y tiró la comida que le habían dado.
    Día siguiente fue paseando por el pueblo diciendo:
    – Si fuerais tan amables amigos míos; me podríais dar algo para comer por favor?
    Ese día los habitantes del pueblo no le quisieron dar nada de comer por lo ocurrido del día anterior y el tigre reflexionó, pensó que él tenía y tiene más cosas de las que uno tiene o puede tener siempre, y que no se quejan.

    A falta de pan, buenas son tortas

  15. El mono y los humanos

    Había una vez un mono que era feliz. Le gustaba su vida, le encantaba andar por el bosque saltando de rama en rama y lo que más le gustaba hacer era colgarse de su rama de su cola boca abajo en una rama. Un día se fue por el bosque y encontró una tribu. Vío a los humanos y se quedó asombrado. Dijo:
    -Tienen manos como yo, tienen pies como yo, pero no tienen cola.
    Y entonces se dijo:-”me gustaría ser como ellos”.
    El mono cada día se decía:
    -Ojalá fuera un humano.
    Hasta que un día tuvo un accidente y perdió la cola pero no se puso triste, todo lo contrario, estaba contento porque pensaba que era como un humano. Entonces el mono fue a la tribu, y se acercó a los jefes, mujeres y niños, y toda la gente, se fue muy asustada de la tribu.Y cuando el mono quiso volver a la selva con su familia ya no se podía colgar del revés del árbol donde siempre lo hacía y dijo:
    -Qué desgraciado que soy, nunca más podré hacer lo que más me gusta.

    Cuidado con lo que deseas, se puede cumplir.

  16. LAS RATAS Y EL MURCIÉLAGO

    Era un murciélago que presumía a las ratas de poder volar.
    Todo el día estaba diciendo:
    -A pesar que somos de la misma familia, yo tengo alas y vosotras solo tenéis unas patas cortas y finas. Y las ratas cada día estaban más enfadadas con el murciélago. Hasta que un día las ratas se hartaron del murciélago fanfarrón y presumido. Fueron a su cueva oscura y aterradora, las ratas se sentían vigiladas por muchos ojos en el techo. Llegaron donde estaba el murciélago y una de las ratas dijo:
    -Estamos hartas que te creas mejor que nadie.
    El murciélago con un tono fanfarrón dijo:
    -Es que soy mejor que vosotras.
    Una rata muy valiente retó al murciélago a una carrera nocturna y si ella ganaba la dejaría a ella y a todas en paz y si el murciélago ganaba podría seguir presumiendo.
    Empezó la carrera, el murciélago le llevaba tanta ventaja a la rata que decidió pararse en un árbol para coger una piña. Pero lo que no sabía era que en ese árbol era el nido de un halcón, el halcón le cogió por detrás y se comió al murciélago.
    La rata consiguió llegar a la meta antes que el murciélago, y seguro que ya no volvería a molestarlas.
    La rata había ganado la carrera.

    Acaba las cosas
    antes de hacer otras.
    

  17. Las ardillas y el árbol listo

    Eran un grupo de seis ardillas hambrientas que no sabían qué comer, pero vieron un hermoso y viejo pino, de unas piñas muy apetecibles. Pero esas piñas, con esos piñones tan buenos aún estaban verdes. Las ardillas, todas decididas, decidieron comer unos piñones. Pero no había manera de arrancar las piñas de las ramas del árbol. El árbol les dijo que se esperaran un tiempo más, pero las ardillas tenían mucha hambre y decidieron ir a probar a otro árbol. Cómo todos los frutos de todos los árboles de todo aquel bosque estaban verdes, no pudieron comeré. Un mes después todo estaba para comer y hacía muy buena pinta, pero ningún árbol no vió nunca más esas seis ardillas.
    Vale más maña que fuerza

  18. La Serpiente

    Una serpiente que vivía en el desierto, llevaba más de una semana sin comer y estaba desesperada, hasta que ese mismo día or la carretera pasó un coche. Fue hacía él y a unos metros, el coche se detuvo. Una mujer entrada en carnes , salió de él mientras decía:
    -Querido Thomas, se ha pinchado una rueda… y a propósito, esta noche hay una fiesta y necesito mi bufanda de piel de serpiente.
    Al oír eso, la serpiente se tumbó debajo de la rueda pinchada y se hizo la muerta pensando que ellos creerían que ella era solo piel y no la matarían.El hombre se agachó para cambiar la rueda y se fijó en la serpiente, la cogió y la puso en el maletero del coche.
    Al llegar a su casa Thomas fue a ver a la modista y le pidió que esa misma noche le hiciara una bufanda. La mujer cogió la serpiente y la rajó por la mitad, le quitó la carne y le hizo la bufanda. Así fue como la serpiente murió.

    MÁS VALE TARDE QUE NUNCA.

  19. FABULA: LA DISCUSIÓN ENTRE ANIMALES
    Había una vez, un grupo de animalitos que se discutían siempre. Solo había un animalito que no se había peleado ni discutido nunca. Este animalito era un ratón que se llamaba Marc. Tenía doce años y era el más pequeño del grupo. Él estaba siempre con sus amiguitos por miedo de que un día se discutieran tanto que acabasen dándose patadas, estirándose el pelo, y otras cosas. En el grupo había tres ratones, un hámster, dos escarabajos, y cuatro orugas. Ellos se llamaban: Marc, Núria, Jordi, Andreu, Mariona, Imma, Juan, Pol, Pau y Laia. Imma era un ratón y Laia un hámster, las dos eran amigas inseparables, y si alguien hacía algo a una la otra se revelaba y ya la habían liado. Andreu era una de las orugas más queridas antes de ponerse de mal humor. Él siempre había estado de buen humor hasta que llegó un día en clase y le gastaron una broma muy pesada delante de la chica que le gustaba, y des de entonces está de mal humor. Mariona, era un escarabajo muy quejica porque siempre le hacía daño alguna que otra parte del cuerpo, pero a la hora de pelearse, nada ni nadie podía hacerle daño, ella era insuperable. Juan era una oruga muy vaga, que sacaba buenas notas sin estudiar, y si le decías que fuera a recoger algo se hacía el dormido y se enfadaba. Pol, también era una oruga, pero Pol tenía un gran problema, y es que era el mayor del grupo y todos se pensaban que no se enfadaría nunca, pero en realidad siempre estaba de mal humor. Pau se pensaba que hacía bromas que hacían reír pero es todo lo contrario, y cuando él hacía algo a la gente, se enfadaban y se peleaban mucho. Núria era una ratoncita muy buena persona por la tarde, porque por las mañana estaba muy dormida y todo le molestaba. Y por último Jordi, era un escarabajo, él nunca estaba de buen humor, porque siempre se ponía a discutir con su madre y siempre estaba enfadado.
    Un día los nueve animalitos que se pasaban todo el día peleando, pensaron en una cosa que nunca se habían dado cuenta, y es que Marc no se había discutido nunca con nadie y, además siempre estaba de buen humor. Pensaron que estaría bien preguntarle porque y como hacía para no enfadarse. Ellos enseguida empezaron a buscar a Marc y al cabo de un rato se reunieron y le preguntaron todo lo que habían pensado. Él enseguida respondió:
    -A mí también hay cosas que me molestan de vosotros, como por ejemplo que siempre os discutís delante de mí y yo lo tenga que solucionar. Pero como las peleas y las discusiones no llevan nada a cambio no me gusta discutir ni enfadarme.-Dijo Marc.
    -Tiene toda la razón. Discutir es de niños pequeños y nosotros somos más mayores que él, y no se nos había ocurrido-.Dijo Núria asombrada.
    -Tenemos que empezar de nuevo y volver a conocernos porque estos años de discusión nos han llevado a la ruina, y si en casa tenemos problemas, hablamos con los compañeros y lo intentamos solucionar-Dijo Marc otra vez.
    Gracias a las palabras de Marc, el grupo de amigos ya no era un fracaso, si no que eran los mejores amigos del mundo. Des de entonces casi no has habido discusiones.
    Dos no se pelean si un no quiere

  20. Los gallos y el maíz.

    Había una vez un gallo que siempre se levantaba muy temprano, en el corral de al lado había otro que siempre se levantaba muy tarde y le decía al otro:
    -¿Para qué madrugas tanto, si no sirve de nada?
    Y el otro contestó:
    – Ya veremos si no sirve de nada… – y no le hizo ni caso.
    Un día por la mañana el granjero les fue a echar pienso a los gallos pero como el granjero se había levantado de buen humor les dijo a los gallos:
    Hoy os voy a echar maíz con el pienso. Dijo muy contento.
    Como aquel gallo madrugador, estaba despierto se lo comido todo y no dejo nada para el dormilón.
    Y al día siguiente volvió a pasar. Y así día tras día.
    Cuando el otro gallo se despertaba no quedaba nada quedaba ni un grano de maíz. Y el gallo madrugador se ponía contento de habérselo comido todo. Pero estaba un poco triste porque el otro gallo no comía ningún grano de maíz nunca.
    Y llego un día que el gallo se sintió tan mal que le guardo maíz y cuando el gallo se despertó se lo comía súper contento. Pero el se pensaba que su amigo siempre le iba a guardar maíz y se despertaba tarde cuando un día el gallo madrugador se cansó no le volvió a guardar nada porque el otro siempre se despertaba tarde. Y el gallo dormilón no volvió a comer nunca más maíz. Prefirió renunciar al maíz antes que a sus mañanas en la cama.

    A quien madruga Dios le ayuda

  21. LA HORMIGA QUE VENCIO A LA ARANYA
    Iba una hormiga andando por el bosque hasta que un soplo de aire la empujó hacía la tela de una aranya. La hormiga, curiosa, se acercó al misterioso hogar de la aranya y desafortuandamente quedó atrapada.

    Pasaron las horas, y las horas . La hormiga no conseguiá escapar, y no había rastro de la arnya. Pero la suerte de la hormiga empezó a cambiar cuando desde luego vió a la arnya acercarse. La hotmiga empezó a perder los nervios, pero pensó que era de tontos ponerse así cuando se sabe que la hormiga es uno de los animales más listos del planeta, entonces se dijo así misma
    “soy un poco gorda y cuando la aranya se ponga a mi lado para deborarme, con el peso de las dosl la tela cederá, y se romperá entonces yo podré escapar.”
    El plan funcionó , pero no pensó que la aranya crría más que ella y era capaz de saltar. La aranya la atrapó y la hormiga volvió a usar su ingenio y creyó que cuando la aranya la fuera a morder la esquivaría y le pasaría por debajo, delante y se clavaría sus propios colmillos, la aranya acabo con su vida. La hormiga contenta de su azaña crrió su nido para contárselo todo a sus amigas, la hormigas.
    Pero no os he contado que la hormiga se lo invetó todo y eso que hos he contado es mentira.
    Porque más vale maña que fuerza, pero que sepáis que las hormigas son unas mentirosas.

  22. EL ÁGUILA Y EL GUEPARDO
    Había un guepardo, que estaba en el bosque, y se había perdido. Ya cansado de caminar, se tumbó en un árbol, y se escuchó a alguien decir:
    – Oye ¿te has perdido? – le preguntó una águila al guepardo.
    El guepardo miró hacia arriba ,y le dijo:
    – Sí la verdad es que sí- respondió
    El águila le dijo que sabía el camino, y el guepardo todo confiado lo siguió. Al cabo de un rato el guepardo se encontró con un acantilado, y le dijo al águila:
    – Yo no puedo volar, ¿qué hago?
    El águila tan tranquila, dijo:
    – Ah, ese no es problema mío, es el tuyo.
    Respondió, el águila mientras se iba volando

    Nunca te vayas con uno que
    no sea de tu tipo.

  23. EL PERRO, EL TUCÁN Y EL ESPEJO DEL CIRCO

    Una tarde un perro se paseaba tan tranquilo por la ciudad cuando de repente vio muchísima gente acumulada esperando en una larga cola. -¿Qué será, que estará haciendo toda esa gente allí?- el perro intentó acercarse un poquito más hasta que lo vío. Era un circo muy especial, no se hacía durante hace muchos años. Miró bien a sus lados y vio como una especie de espejo con el que toda la gente se miraba en él y se reía, era el centro de atención. Una vez había entrado toda esa gente dentro del circo, el perro fue se fue a mirar al espejo. Al mirarse se vio horrorizado, muy feo. Se quedó muy extrañado porque todo el mundo siempre le decía que era muy guapo y no entendía que le había podido pasar. Los animales como siempre pasaban al lado del perro y no se podían aguantar decirle lo mismo de siempre – Qué bonito aspecto tienes hoy!, pero el perro se quedaba muy extrañado porque en el espejo se vio feísimo. Un día mientras vagueaba por la ciudad se le acercó un joven tucán y le dijo:
    -Ya me gustaría a mí tener tu aspecto.-
    Y el perro le dijo:
    -¡Pues a mí no me parece que sea tan guapo como todo el mundo dice! ¡Me acabo de mirar en aquel espejo de allí y me veo gordo y bajo, y según la gente yo no soy así si no el contrario!-. El tucán se echó a reír y le dijo acercándose al espejo: – ¿De verdad te crees así, mírame a mí como me ves?-, -¡Pues veo todo lo contrario a tu aspecto verdadero! –le dijo el perro muy tímidamente. El perro pensó y pensó y se dio cuenta que era un espejo para hacer bromas y se le quitó el disgusto.
    Moraleja: Antes de ser engañado por ti mismo pide consejo sin avergonzarte de ello.

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