4º ESO. Literatura Romántica. “Rimas” de Bécquer

Enviad como un comentarios las rimas de Bécquer que habéis elegido.

Gustavo Adolfo Bécquer

29 pensaments a “4º ESO. Literatura Romántica. “Rimas” de Bécquer

  1. GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

    RIMA XXX

    Asomaba a sus ojos una lágrima
    y a mi labio una frase de perdón;
    habló el orgullo y se enjugó su llanto,
    y la frase en mis labios expiró.

    Yo voy por un camino; ella, por otro;
    pero, al pensar en nuestro mutuo amor,
    yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día?
    Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

  2. RIMA VII (Primeros versos) -VOY CONTRA MI INTERÉS AL CONFESARLO.

    Voy contra mi interés al confesarlo;
    no obstante, amada mía,
    pienso cual tú que una oda solo es buena
    de un billete del banco al dorso escrita.
    No faltará algún necio que al oírlo
    se haga cruces y diga:
    Mujer al fin del siglo diez y nueve
    material y prosaica… ¡Boberías!
    ¡Voces que hacen correr cuatro poetas
    que en invierno se embozan con la lira!
    ¡Ladridos de los perros a la luna!
    Tú sabes y yo se que en esta vida,
    con genio es muy contado el que la escribe,
    y con oro cualquiera hace poesía.

  3. RIMA I

    Yo sé un himno gigante y extraño
    que anuncia en la noche del alma una aurora,
    y estas páginas son de ese himno
    cadencias que el aire dilata en las sombras.

    Yo quisiera escribirle, del hombre
    domando el rebelde, mezquino idioma,
    con palabras que fuesen a un tiempo
    suspiros y risas, colores y notas.

    Pero en vano es luchar, que no hay cifra
    capaz de encerrarle; y apenas, ¡oh, hermosa!,
    si, teniendo en mis manos las tuyas,
    pudiera, al oído, cantártelo a solas.

  4. Soy Carlos Fernández de 4º A y he elegido la rima 53.

    Volverán las oscuras golondrinas
    en tu balcón sus nidos a colgar,
    y otra vez con el ala a sus cristales
    jugando llamarán.

    Pero aquellas que el vuelo refrenaban
    tu hermosura y mi dicha a contemplar,
    aquellas que aprendieron nuestros nombres…
    ¡esas… no volverán!.

    Volverán las tupidas madreselvas
    de tu jardín las tapias a escalar,
    y otra vez a la tarde aún más hermosas
    sus flores se abrirán.

    Pero aquellas, cuajadas de rocío
    cuyas gotas mirábamos temblar
    y caer como lágrimas del día…
    ¡esas… no volverán!

    Volverán del amor en tus oídos
    las palabras ardientes a sonar;
    tu corazón de su profundo sueño
    tal vez despertará.

    Pero mudo y absorto y de rodillas
    como se adora a Dios ante su altar,
    como yo te he querido…; desengáñate,
    ¡así… no te querrán!

  5. Dos rojas lenguas de fuego
    que a un mismo tronco enlazadas
    se aproximan, y al besarse
    forman una sola llama.

    Dos notas que del laúd
    a un tiempo la mano arranca,
    y en el espacio se encuentran
    y armoniosas se abrazan.

    Dos olas que vienen juntas
    a morir sobre una playa
    y que al romper se coronan
    con un penacho de plata.

    Dos jirones de vapor
    que del lago se levantan,
    y al reunirse en el cielo
    forman una nube blanca.

    Dos ideas que al par brotan,
    dos besos que a un tiempo estallan,
    dos ecos que se confunden,
    eso son nuestras dos almas.

    CLAUDIA

  6. RIMA IX
    Besa el aura que gime blandamente
    las leves ondas que jugando riza;
    el sol besa a la nube en occidente
    y de púrpura y oro la matiza;
    la llama en derredor del tronco ardiente
    por besar a otra llama se desliza;
    y hasta el sauce, inclinándose a su peso,
    al río que le besa, vuelve un beso.

    Anna de la cruz.

  7. RIMA VII

    Del salón en el ángulo oscuro,
    de su dueña tal vez olvidada,
    silenciosa y cubierta de polvo
    veíase el arpa.

    ¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas
    como el pájaro duerme en las ramas,
    esperando la mano de nieve
    que sabe arrancarlas!

    ¡Ay! pensé; ¡cuántas veces el genio
    así duerme en el fondo del alma,
    y una voz, como Lázaro, espera
    que le diga: «¡Levántate y anda!».

  8. Yo me he asomado a las profundas simas
    de la tierra y del cielo,
    y les he visto el fin o con los ojos
    o con el pensamiento.

    Mas, ¡ay!, de un corazón llegué al abismo
    y me incliné un momento,
    y mi alma y mis ojos se turbaron.
    ¡Tan hondo era y tan negro!

    Soy el Oscar de 4ºA. 🙂

  9. Gustavo Adolfo Bécquer

    RIMA III

    Sacudimiento extraño
    que agita las ideas,
    como huracán que empuja
    las olas en tropel;

    murmullo que en el alma
    se eleva y va creciendo
    como volcán que sordo
    anuncia que va a arder;

    deformes siluetas
    de seres imposibles;
    paisajes que aparecen
    como un través de un tul;

    colores que fundiéndose
    remedan en el aire
    los átomos del Iris
    que nadan en la luz

    ideas sin palabras
    palabras sin sentido;
    cadencias que no tienen
    ni ritmo ni compás;

    memorias y deseos
    de cosas que no existen;
    accesos de alegría
    impulsos de llorar;

    actividad nerviosa
    que no halla en qué emplearse;
    sin rienda que lo guíe
    caballo volador;

    locura que el espíritu
    exalta y enardece
    embriaguez divina
    del genio creador…
    ¡Tal es la inspiración!

    gigante voz que el caos
    ordena en el cerebro,
    y entre las sombras hace
    la luz aparecer;

    brillante rienda de oro
    que poderosa enfrena
    de la exaltada mente
    el volador corcel;

    hilo de luz que en haces
    lo pensamientos ata;
    sol que las nubes rompe
    y toca en el cénit;

    inteligente mano
    que en un collar de perlas
    consigue las indóciles
    palabras reunir;

    armonioso ritmo
    que con cadencia y número
    las fugitivas notas
    encierra en el compás;

    cincel que el bloque muerde
    la estatua moldeando
    y la belleza plástica
    añade a la ideal;

    atmósfera en que giran
    con orden las ideas,
    cual átomos que agrupa
    recóndita atracción;

    raudal en cuyas ondas
    su sed la fiebre apaga;
    oasis que al espíritu
    devuelve con vigor…
    ¡Tal es nuestra razón!

    Con ambas siempre en lucha
    y de ambas vencedor,
    tan sólo el genio puede
    a un yugo atar las dos.

  10. RIMA LII

    Olas gigantes que os rompéis bramando
    en las playas desiertas y remotas,
    envuelto entre la sábana de espumas,
    ¡llevadme con vosotras!

    Ráfagas de huracán que arrebatáis
    del alto bosque las marchitas hojas,
    arrastrado en el ciego torbellino,
    ¡llevadme con vosotras!

    Nube de tempestad que rompe el rayo
    y en fuego ornáis las sangrientas orlas,
    arrebatado entre la niebla oscura,
    ¡llevadme con vosotras!.

    Llevadme, por piedad, a donde el vértigo
    con la razón me arranque la memoria.
    ¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme
    con mi dolor a solas!.

  11. RIMA XVI

    Si al mecer las azules campanillas
    de tu balcón,
    crees que suspirando pasa el viento
    murmurador,
    sabe que, oculto entre las verdes hojas,
    suspiro yo.

    Si al resonar confuso a tus espaldas
    vago rumor,
    crees que por tu nombre te ha llamado
    lejana voz,
    sabe que, entre las sombras que te cercan,
    te llamo yo.

    Si se turba medroso en la alta noche
    tu corazón,
    al sentir en tus labios un aliento
    abrasador,
    sabe que, aunque invisible, al lado tuyo,
    respiro yo.

    Silvia;)

  12. RIMA XIII

    Tu pupila es azul y, cuando ríes,
    su claridad süave me recuerda
    el trémulo fulgor de la mañana
    que en el mar se refleja.

    Tu pupila es azul y, cuando lloras,
    las transparentes lágrimas en ella
    se me figuran gotas de rocío
    sobre una vïoleta.

    Tu pupila es azul, y si en su fondo
    como un punto de luz radia una idea,
    me parece en el cielo de la tarde
    una perdida estrella.

  13. RIMA XIII

    Tu pupila es azul y, cuando ríes,
    su claridad süave me recuerda
    el trémulo fulgor de la mañana
    que en el mar se refleja.

    Tu pupila es azul y, cuando lloras,
    las transparentes lágrimas en ella
    se me figuran gotas de rocío
    sobre una vïoleta.

    Tu pupila es azul, y si en su fondo
    como un punto de luz radia una idea,
    me parece en el cielo de la tarde
    una perdida estrella.

  14. RIMA LII

    Olas gigantes que os rompéis bramando
    en las playas desiertas y remotas,
    envuelto entre la sábana de espumas,
    ¡llevadme con vosotras!

    Ráfagas de huracán que arrebatáis
    del alto bosque las marchitas hojas,
    arrastrado en el ciego torbellino,
    ¡llevadme con vosotras!

    Nube de tempestad que rompe el rayo
    y en fuego ornáis las sangrientas orlas,
    arrebatado entre la niebla oscura,
    ¡llevadme con vosotras!.

    Llevadme, por piedad, a donde el vértigo
    con la razón me arranque la memoria.
    ¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme
    con mi dolor a solas!.

    LISA VAN COTTHEM 4ºB

  15. He elegido ésta rima porque me encanta.

    LXVIII
    No sé lo que he soñado
    en la noche pasada.
    Triste, muy triste debió ser el sueño,
    pues despierto la angustia me duraba.
    Noté al incorporarme
    húmeda la almohada,
    y por primera vez sentí al notarlo
    de un amargo placer henchirse el alma.
    Triste cosa es el sueño
    que llanto nos arranca,
    mas tengo en mi tristeza una alegría…
    ¡Sé que aún me quedan lágrimas!

    Mireia Peña (Mirey Anderson :D)

  16. RIMA XIII

    Tu pupila es azul y, cuando ríes,
    su claridad süave me recuerda
    el trémulo fulgor de la mañana
    que en el mar se refleja.

    Tu pupila es azul y, cuando lloras,
    las transparentes lágrimas en ella
    se me figuran gotas de rocío
    sobre una vïoleta.

    Tu pupila es azul, y si en su fondo
    como un punto de luz radia una idea,
    me parece en el cielo de la tarde
    una perdida estrella.

    PAULA!

  17. RIMA XXXVII

    Antes que tú me moriré; escondido
    en las entrañas ya
    el hierro llevo con que abrió tu mano
    la ancha herida mortal.

    Antes que tú me moriré; y mi espíritu,
    en su empeño tenaz,
    se sentará a las puertas de la muerte,
    esperándote allá.

    Con las horas los días, con los días
    los años volarán,
    y a aquella puerta llamarás al cabo…
    ¿Quién deja de llamar?

    Entonces, que tu culpa y tus despojos
    la tierra guardará,
    lavándote en las ondas de la muerte
    como en otro Jordán;

    allí donde el murmullo de la vida
    temblando a morir va,
    como la ola que a la playa viene
    silenciosa a expirar;

    allí donde el sepulcro que se cierra
    abre una eternidad,
    todo cuanto los dos hemos callado,
    allí lo hemos de hablar.

    Ariadna Marqués López 4B

  18. soy el Noel de 4rt B

    Al brillar un relámpago nacemos
    y aún dura su fulgor cuando morimos;
    tan corto es el vivir.

    La Gloria y el Amor tras que corremos
    sombras de un sueño son que perseguimos;
    despertar es morir.

  19. RIMA XI

    -Yo soy ardiente, yo soy morena,
    yo soy el símbolo de la pasión;
    de ansia de goces mi alma está llena.
    ¿A mí me buscas? -No es a ti, no.

    -Mi frente es pálida; mis trenzas de oro:
    Puedo brindarte dicha sin fin;
    yo de ternuras guardo un tesoro.
    ¿A mí me llamas? -No; no es a ti.

    -Yo soy un sueño, un imposible,
    vano fantasma de niebla y luz;
    soy incorpórea, soy intangible:
    no puedo amarte. -¡Oh ven; ven tú!

    Sergio Prieto Estévez 4ºB

  20. RIMA LII

    Olas gigantes que os rompéis bramando
    en las playas desiertas y remotas,
    envuelto entre la sábana de espumas,
    ¡llevadme con vosotras!

    Ráfagas de huracán que arrebatáis
    del alto bosque las marchitas hojas,
    arrastrado en el ciego torbellino,
    ¡llevadme con vosotras!

    Nube de tempestad que rompe el rayo
    y en fuego ornáis las sangrientas orlas,
    arrebatado entre la niebla oscura,
    ¡llevadme con vosotras!.

    Llevadme, por piedad, a donde el vértigo
    con la razón me arranque la memoria.
    ¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme
    con mi dolor a solas!

  21. Por una mirada, un mundo,
    por una sonrisa, un cielo,
    por un beso…, yo no sé
    que te diera por un beso.

  22. ¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
    en mi pupila tu pupila azul.
    ¡Que es poesía!, Y tú me lo preguntas?
    Poesía… eres tú.

  23. ¿A qué me lo decís? Lo sé: es mudable,
    es altanera y vana y caprichosa:
    antes que el sentimiento de su alma
    brotara el agua de la estéril roca.

    Sé que en su corazón, nido de sierpes,
    no hay una fibra que al amor responda;
    que es una estatua inanimada…; pero…
    ¡es tan hermosa!

    GEMMA SOLANA

  24. II

    Saeta que voladora
    cruza, arrojada al azar,
    sin adivinarse dónde
    temblando se clavará;

    hoja que del árbol seca
    arrebata el vendaval,
    sin que nadie acierte el surco
    donde a caer volverá;

    gigante ola que el viento
    riza y empuja en el mar,
    y rueda y pasa, y no sabe
    qué playa buscando va;

    luz que en cercos temblorosos
    brilla, próxima a expirar,
    ignorándose cuál de ellos
    el último brillará;

    eso soy yo, que al acaso
    cruzo el mundo, sin pensar
    de dónde vengo, ni adónde
    mis pasos me llevarán.

  25. RIMA LIX

    Yo sé cuál el objeto
    de tus suspiros es;
    yo conozco la causa de tu dulce
    secreta languidez.

    ¿Te ríes…? Algún día
    sabrás, niña, por qué:
    tú acaso lo sospechas,
    y yo lo sé.

    Yo sé lo que tú sueñas,
    y lo que en sueños ves;
    como en un libro puedo lo que callas
    en tu frente leer.

    ¿Te ríes…? Algún día
    sabrás, niña, por qué:
    tú acaso lo sospechas,
    y yo lo sé.

    Yo sé por qué sonríes
    y lloras a la vez;
    yo penetro en los senos misteriosos
    de tu alma de mujer.

    ¿Te ríes…? Algún día
    sabrás, niña, por qué:
    mientras tú sientes mucho y nada sabes
    yo, que no siento ya, todo lo sé.

  26. RIMA LV

    Entre el discorde estruendo de la orgía
    acarició mi oído,
    como nota de música lejana,
    el eco de un suspiro.

    El eco de un suspiro que conozco,
    formado de un aliento que he bebido,
    perfume de una flor que oculta crece
    en un claustro sombrío.

    Mi adorada de un día, cariñosa,
    —¿En qué piensas?— me dijo.
    —En nada… —En nada, ¿y lloras? —Es que tengo
    alegre la tristeza y triste el vino.

  27. RIMA XXX

    Asomaba a sus ojos una lágrima
    y a mi labio una frase de perdón;
    habló el orgullo y se enjugó su llanto,
    y la frase en mis labios expiró.

    Yo voy por un camino; ella, por otro;
    pero, al pensar en nuestro mutuo amor,
    yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día?
    Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

  28. RIMA XLI

    Dices que tienes corazón, y sólo
    lo dices porque sientes sus latidos;
    eso no es corazón…, es una máquina
    que al compás que se mueve hace

    RIMA XXXVIII

    Los suspiros son aire y van al aire.
    Las lágrimas son agua y van al mar.
    Dime, mujer, cuando el amor se olvida,
    ¿sabes tú adónde va?

  29. RIMA LIII

    Volverán las oscuras golondrinas
    en tu balcón sus nidos a colgar,
    y otra vez con el ala a sus cristales
    jugando llamarán.

    Pero aquellas que el vuelo refrenaban
    tu hermosura y mi dicha a contemplar,
    aquellas que aprendieron nuestros nombres…
    ¡esas… no volverán!.

    Volverán las tupidas madreselvas
    de tu jardín las tapias a escalar,
    y otra vez a la tarde aún más hermosas
    sus flores se abrirán.

    Pero aquellas, cuajadas de rocío
    cuyas gotas mirábamos temblar
    y caer como lágrimas del día…
    ¡esas… no volverán!

    Volverán del amor en tus oídos
    las palabras ardientes a sonar;
    tu corazón de su profundo sueño
    tal vez despertará.

    Pero mudo y absorto y de rodillas
    como se adora a Dios ante su altar,
    como yo te he querido…; desengáñate,
    ¡así… no te querrán!

    fran 4B

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