3º ESO. Relatos de misterio.

Después de la corrección de la narración de misterio que habéis hecho, copiadla como un comentario para que vuestros compañeros puedan leerlas. Prohibido hacer faltas de ortografía. Los textos están corregidos, así que sólo tenéis que copiarlo. Podéis firmar vuestras creaciones  con el pseudónimo que utilizamos para el concurso de dictados. 

Ilustración de Miguel Navia.

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19 pensaments a “3º ESO. Relatos de misterio.

  1. Esto era una vez un grupo de amigos que una noche salió de fiesta, un sábado.Mientras, de camino a la discoteca a la que se dirigían, pasaron por un descampado, donde después se cruzaba hacia un río. Justo cuando se encontraban en medio del descampado, oyeron un ruido de árboles y voces riéndose, y a su alrededor no había nadie.Se asustaron, pero siguieron sin hacer demasiado caso.Siguieron caminando hasta llegar al puente, donde debajo de él,había una chica con una manta encima, que estaba llorando.Todos se quedaron parados y sorprendidos.No reaccionaron hasta que uno de ellos dijo que sería mejor pasar rápido, lo hicieron.Decidieron no hablar de ello y pasar una buena noche,llegaron a la discoteca y bailaron, se lo pasaron bien,etc. No se habían vuelto a acordar de lo que les había pasado en el puente. A las 4 de la mañana, de vuelta hacia sus casas, decidieron acompañarse e ir juntos.Todo iba bien hasta que otra vez tenían que pasar por el puente.Todos estaban asustados.Cuando estaban pasando, una chica del grupo empezó a gritar, y era porque la chica que estaba en el puente le estaba agarrando del pie y le decía que tenía que haber hecho caso a las voces y sonidos de árboles.La chica no paraba de chillar y los demás la ayudaban, pero no pudieron hacer nada y la chica desapareció con dos de sus compañeros y se fueron debajo del puente, ahora solo quedaban tres de los amigos, que corrieron debajo del puente a buscar a sus amigos. También desaparecieron.desde esa noche no se ha vuelto ha saber nada más de esos seis amigos.Solo se encontró,al día siguiente,los zapatos de cada uno de ellos. Ese puente, prohibieron el paso de noche para cualquier persona.

  2. Durante el verano del 70, me fui con mis amigos y amigas a una casa de colonias. Según lo que ponía en la pagina web, era un lugar tranquilo y relajante con la playa a pocos metros, así que sin pensarlo decidimos alojarnos ahí. Todos sabíamos que ese iba a ser el verano de nuestras vidas. Durante el camino, fue bastante difícil encontrarlo ya que era un lugar alejado y deshabitado. Una vez instalados, fuimos a la playa hasta altas horas de la tarde. Al volver Arturo e Iván encontraron una especie de lápida donde ponía:”Una vez dentro no podrás salir.” Pero ninguno le dio importancia. Todo marchaba perfecto, nos lo estábamos pasando en grande.La noche era tranquila y con una luna llena enorme. Cuando miré el reloj marcaban las 12 en punto. Tuve un mal presentimiento, no sé, porque supe que la noche no acabaría igual que empezó. Laura, Carol y Héctor fueron al almacén a por comida, pero no volvieron nunca más. Nosotros asustados, no sabíamos que hacer, pero suponíamos que se habrían escondido. Minutos después Melanie fue al baño, pero como tardaba mucho fuimos a buscarla y nos la encontramos muerta. En ese instante nos dimos quenta de que no era una broma. Los que quedávamos decidimos salir corriendo pero todas las puertas estaban cerradas. De golpe todos empezamos a ver sombras fantasmales y a escuchar ruidos que venían del más allá. Empezamos a correr por toda la casa y poco a poco todos iban desapareciendo dejando oír el que sería su ultimo chillido. Hasta que solo quedaba yo. Corrí hasta que no pude más y por la ventana de la parte superior salté al vacío.
    Hasta que abrí los ojos y me encontraba en el hospital, rodeada de mi familia, pero no había ningún amigo. Cuando pregunté por ellos, a mi madre se le inundaron los ojos de lágrimas, miré la mesita del hospital y ví que la primera página del periódico decía: ”Extrañas desapariciones en una casa de colonias”. En ese instante me di cuenta de que no era ningún sueño, era real. Desde aquel día han pasado mas de 60 años y aun no me he podido recuperar y no creo que lo haga hasta que no este donde están mis amigos.

  3. Era un día de invierno, estaba con unos amigos y como nuestros padres no nos dejaban ir muy lejos, decidimos desobedecerlos e irnos en tren hasta donde pudiéramos.
    El tren nos dejó en un pueblecillo muy pequeño y decidimos ir a explorar un poco más lejos.
    Nos adentramos en el bosque, que era muy húmedo, y empezamos a jugar. No nos dimos cuenta, y la noche iba cayendo sobre nosotros. Como hipnotizados, nos habíamos adentrado demasiado.

    El sol se había puesto, se veía muy poco, y cuando más nos movíamos para encontrar la salida, más nos perdíamos. Al poco, salió la luna. Era una luna como nunca se había visto, redonda, muy grande y brillante. De repente, todos estábamos en silencio, con el ruido de lobos aullando, que procedían de las entrañas de la espesura. Nos abrazamos. Uno de nosotros, miró el reloj. Eran las doce de la noche. De repente, un espectro pasó delante de nosotros, llamando a un amigo, José. Éste le siguió. No lo pudimos evitar. Seguidamente, oímos nuestros nombres, todos a la vez, repetidamente. Cuatro amigos más desaparecieron el la oscuridad. No supimos nada más de ellos.

    Los tres que quedábamos, al amanecer, seguíamos vivos, y pudimos volver a nuestras respectivas casas. Cuando llegamos, encontramos a los padres todos juntos. Cuando vieron que no volvíamos todos, las familias de los desaparecidos empezaron a llorar al ver que no volverían jamás. De repente, se asomaron cinco cabezas de detrás de las madres. ¡Eran ellos! ¡Los que se habían ido con los fantasmas! Al final comprendimos que solo nosotros tres podíamos verlos. A parte de ese día, no los volvimos a ver.
    Nunca nos pudimos recuperar de lo sucedido y cada año volvemos al mismo lugar, el mismo día, por si aparecen aunque sea como espíritus.

  4. “La gasolinera”

    Un sábado por la noche un grupo de amigos fueron a una discoteca nocturna. La discoteca estaba en Madrid y tenían que ir en coche hasta ahí. Salieron a las siete de la tarde y llegaron a las doce de la noche. Por el camino se les pinchó una rueda y no tenían una de recambio. Se fueron a buscar una gasolinera y dejaron a uno de sus amigos en el coche.
    Había la luna llena,y cuando íban caminando se escuchaban ruidos.A las ocho estaban ya en la gasolinera.No había nadie,estaba vacía,deshabitada.Se quedaron sorprendidos.
    Encontraron una rueda y se la llevaron.Al llegar al coche, encontraron a su amigo muerto.Cogieron el coche y se fueron otra vez hasta la gasolinera.Llamaron a la policía y a la mañana siguiente venieron los policías.Cuando llegaron estaban todos muertos,menos dos personas.Un chico y una chica.Han conseguido salvarles pero estaban muy asustados.
    Nunca volvieron allí.

  5. “Una noche de campamento”

    5 de Enero, once de la mañana. Un grupo de amigos y amigas se reúnen para ir de campamento a unas montañas de Canadá, prepararon todas las cosas muy rápidamente porque tenían muchas ganas de llegar. El viaje era muy largo. Al ir en autobús, todos podieron echar una siesta. Cuando despertaron estaban en una gasolinera repostando, donde podieron aprovechar para ir a comprar algo para comer, aunque ya solo les quedaba un par de horas para llegar.

    Al llegar, montaron todo el campamento y después aprovecharon para echar un ojo a todo aquello. Cuando llegaron las doce de la noche, aun no tenían sueño, estuvieron todos juntos contando chistes y vieron que había luna llena. Al no poder conciliar el sueño salieron a dar una vuelta. Al rato de ir andando, llegaron a un lugar deshabitado donde encontraron huesos humanos y se asustaron y salieron huyendo.

    De camino al campamento, escucharon ruidos misteriosos, volvieron a echar a correr y se perdieron. Como estaban tan asustados empezaron a ver visiones fantasmales, donde ellos les perseguía.

    A la mañana siguiente, cuando todos despertaron, se dieron cuenta de que todos habían tenido el mismo sueño, y se echaron a reír.

    FIN

  6. Hace tiempo,escuchamos una historia que nos contaron unos niños de 4º de ESO. A las afueras de nuestro pueblo, hay un restaurante abandonado, en ruinas, llamado “Molí Vell”. Van muchos jóvenes a echar un vistazo, pero nadie se ha atrevido entrar, ya que dicen que una niña murió hace tiempo y aún se pueden escuchar sus gritos.
    Nosotros, por supuesto, no nos lo creímos. Ese día era 31 de Octubre, y nos propusimos ir. Eran las 11:40 pm, hacía mucho frío, la luna era más llena de lo normal, pero aun así decidimos continuar. Para llegar ahí teníamos que pasar por un bosque, Se nos hizo eterno pero al fin llegamos. Entramos. Todos estábamos un poco nerviosos y no nos separábamos ni un centímetro. Como era de esperar, no había nada extraño. Era una casa normal, llena de pintadas y muy deteriorada.
    Echamos un vistazo, y contentos, fuimos a la entrada del restaurante para irnos, cuando un ruido lejano resonó en las paredes. Cada vez se acercaba más. Aterrorizados intentamos salir, pero como estábamos tan nerviosos nos chocábamos los unos con los otros, impidiendo salir. De pronto, vimos a una niña, con la cara pálida y un aspecto muy diabólico. Bajaba las escaleras.Sin respiración, salimos corriendo sin mirar atrás.
    Cuando llegamos al pueblo, cada uno nos fuimos a nuestras respectivas casas. Desde entonces, de vez en cuando, cuando la abuja del reloj marca las tres en punto de la madrugada escuchamos el susurro de la niña bajando las escaleras.

  7. Mi historia ocurrió el 14 de mayo de 2008, estábamos celebrando el aniversario de un amigo que invitó a unos 20 amigos, entre los cuales habían chicos y chicas.
    Ya eran las 10 de la noche y muchos invitados marcharon a sus respectivas viviendas. Los demás llevábamos tiendas de campaña para pasar la noche en aquel lugar deshabitado cerca del bosque.
    Los chicos empezaron a montar las tiendas de campañas, mientras, las chicas hacíamos la cena, bocadillos, y chismorreábamos sobre los chicos y su masculinidad. Al terminar ambos cenamos, y algunos fueron a dormir, los demás encendimos una hoguera porqué ya había oscurecido bastante.
    Cantamos, hablamos y finalmente decidimos jugar al escondite, como cosa de críos. Algunos se negaron, pero finalmente asintieron, y accedieron a hacer lo propuesto.
    Cuando el juego hubo finalizado caímos en la cuenta de que faltaba el del cumpleaños. No había ni rastro de él. Lo buscamos y al cabo del rato apareció dándonos un susto desde una tienda de campaña.
    Nos sentamos alrededor de la hoguera a contar historias de miedo, entonces oí un ruido misterioso, parecía el llanto de un bebé, accediendo al bosque lo hayé en una roca.
    Con el bebé en brazos observamos como la llama de la hoguera cada vez era menor hasta que está desvaneció. Cuando esto ocurrió todos menos un compañero y yo fueron a dormir.
    Éste me observaba con cara extrañada, mientras yo observaba la cicatriz que tenía el bebé en la cara. Me extrañaba que un bebé de dos meses tubiera una cicatriz tan bien cerrada, parecía hecha con un cuchillo. Nada más pensarlo se me ponían los pelos de punta.
    Miré al cielo y observé como la luna llena desvanecía por momentos, entonces decidimos ir a dormir a la única tienda de campaña libre, poniendo al bebé controlado entre ambos.
    A la mañana siguiente, atónita, observé que el bebé no estaba.
    Desperté a todos mis amigos y me dijeron que nunca hubo ningún bebé, que fue una historia que conté y que nadie creyó.
    Aunque sigan sin creerme yo estoy segura de lo que oí, lo que ví, lo que pude tocar y sentir. Cada vez estoy más segura de que el bebé fue una visión fantasmal, que aún, cuando la recuerdo, puedo escuchar, resonando en mis tímpanos el llanto de éste, que, cada vez se va apaciguando más y más.

  8. Era el 31 de octubre por la noche. Nos habíamos reunido toda la clase para pasar una noche fantasmal en la vieja escuela. Hacía muchos años que nadie iba allí, desde aquel incendio del 87 en el laboratorio de ciencias. A media tarde, mientras la clase de 4B practicaba con productos inflamables, de pronto una abundante llamarada incendó aquellas cortinas verdes sombra que impedían la entrada de luz del exterior. Entonces se quemó todo el laboratorio con 10 alumnos y el profesor de ciencias en el interior. No se pudo hacer nada para salvarlos y una vez apagado el fuego nunca se llegaron a encontrar los cuerpos. Dicen algunos que aquellos que un día estuvieron en el laboratorio siguen paseándose por el colegio cada noche a las 12. Allí estábamos la clase de 3B, entrando por la ventana rota del laboratorio. Después de entrar sin apenas hacer ruido vimos los restos de sillas y mesas quemadas por donde sobesalía una mochila que parecía intacta. Todos pensamos que sería una broma pesada. Pero, al apartar la vista de la mochila oímos una cremallera que se abría. Esa cremallera era de la mochila, que se abría muy despacio. Mientras unos gritaban, otros se hacían los valientes, cuando de pronto de la mochila saló un folio con una niña dibujada y mal pintada, que decía: “Cuidado con el fuego”. El papel empezó a arder, iluminando todo el laboratorio. Parecía que en aquella sala aún permanecieran los gritos y el sufrimiento vividos en aquel día de luna llena. El dibujo empezó a arder con más fuerza, produciendo así un humo intenso en el que se podía ver una silueta de lo que parecía una niña con coletas apuntando con el dedo hacia la puerta. Todos corrimos hacia el exterior sin atrevernos a mirar atrás. Nunca se volvió a hablar de aquella noche. Desde entonces, todos, entre los que me incluyo, cada año en la noche de Halloween, aprendida la lección, preferimos ver el especial de los Simpsons.

    Cristina Hormigo 3rB

  9. ”Un extraño cumpleaños”

    El día de mi cumpleaños fuimos a cenar a un restaurante japonés. Allí cenamos muy bien. Éramos diez personas. Después de cenar fuimos a dar una vuelta, en la que pasó algo extraño. Todos los restaurantes, todas las casas, todas las farolas y todas las tiendas estaban con la luz apagada. Lo único que había encendido era el restaurante japonés donde habíamos cenado. Empezamos a tener un poco de miedo al ver que no había movimiento en el pueblo y decidimos volver a casa. De repente, yendo para casa, oímos un rudi muy extraño, que cada vez se oía más cercano. Vimos que se acercaba gente, y cuando estaban más cerca de nosotros, nos dimos cuenta de que eran zombies. Volvimos a mi casa corriendo, llegamos sin problemas. Al llegar a casa decidimos jugar al cuarto oscuro. Todos nos pusimos a jugar. Primero paró Eric, cuando entró en el comedor ya estábamos escondidos. Ya eran las dos de la madrugada, cuando sentí un suave cosquilleo en la rodilla, me puse a reír y me pillaron. Pero al encender la luz, me di cuenta que no habñia nadie a mi lado y me asusté porque me imaginñe que eran los zombies, ya que todos mis amigos negaban haberme tocado. Todos estábamos asustados y oímos un portazo de una de las habitaciones de arriba. SUbimos tres, dos amigos y yo. Vimos a un zombie que nos decía: ”Os quedan dos horas de vida…” y desapareció. Nosotros, asustados, nos pusimos a ver la tele, habiendo puesto un reloj en marcha atrás para ver lo que ocurría en dos horas. Estábamos mirando la tele muy juntos por si pasaba algo. El reloj ya marcaba 1:50min. y estábamos temblando de miedo. Los mismo que descubrimos a los zombies fuimos a cerrar las puertas y ventanas de manera que no pudieran entrar, pero por la parte de abajo, que todavía no habíamos cerrado, entraron los zombies y mataron a los que estaban viendo la tele y los que estaban cerrando puertas y ventanas se salvaron. Ya eran las cuatro de la padrugada y nosotros tres decidimos ir a la calle para ver si había gente, y sí, ya habñia gente. Explicamos lo que había pasado a todo el mundo pero nadie nos creía. Hasta que decidimos llevar a la policía a casa y que viera los rastros de sangre, y efectivamente, afirmaron que en esa casa había ocurrido un crimen.

  10. Todo empezó el 29 de Agosto, era el cumpleaños de Yolanda.
    Habíamos pensado en hacer una fiesta sorpresa. Quedamos seis amigos, incluyéndola a ella: éramos: Yolanda, Tomás, Gerard, Lucía, Cristina y yo. Primero decidimos ir a comer unos bocadillos a un bosque, donde no hubiera nadie, un lugar donde estuviera deshabitado. Nos lo estábamos pasando de maravilla. Lucía y yo fuimos a buscar algún restaurante o algun sitio para comprar una botella de agua. Después de un largo rato, encontamos una largísima carretera donde pasaban muchísimos coches. Estábamos tan tranquilas caminando, cuando, de repente, escuchamos un golpe. Fuimos corriendo a ver que había pasado, se habían chocado dos coches y miré que estuvieran bien. Pero uno de los conductores había desaparecido. Lucía y yo nos fuimos asustadísimas hacía donde estaban los demás. Nuestros amigos nos preguntaron que por qué estábamos así, pero no les dijimos nada. Decidimos acampar allí. Era un sitio muy tranquilo. Llegó la noche, había luna llena. Salimos todos de las tiendas y Cristina y Gerard querían jugar a la ouija. Sabía que no era buena idea, pero al final empezamos a prepararlo todo. Llenámos todo nuestro alrededor de velas blancas. Lucía y yo hicimos el tablero, pusimos el vaso en medio y empezamos a jugar.
    Cuando estábamos jugando, a Cristina le dio miedo y quitó la mano y como todos se aburrían, hicieron lo mismo. Solo quedamos jugando Gerard y yo. A Gerard le empezaron a llamar y nosotros también la quitamos. Todos nos estábamos riendo hasta que de repente sentí la presencia de alguien a parte de nosotros. Tomás también se quedó callado y vio una sombra reflejada en un árbol. Empezamos todos a escuchar como si una chica llorara y decidimos irnos, pero el ruido nos seguía. Recojimos todo y nos fuimos en moto, pero vimos como algo nos seguía…

    Continuará

  11. Una noche de luna llena un grupo de amigos y amigas decidimos ir al cementerio a ver si la leyenda que se contaba en el pueblo hacía muchos años era verdad. La leyenda contaba que si estabas en el cementerio a las doce de la noche, veías al fantasma de una chica que hacía muchos años desapareció cuando iba a ver a su padre que se acababa de morir. Mucha gente dice que fue asesinada por un loco que escapó de un manicomio.
    No se sabe realmente qué pasó, ni si era verdad, por eso Jorge y sus amigos decidieron comprobar si era cierto que aparecía a las doce horas de las noches de luna llena. Cuando entraron al cementerio ya eran las once y media y empezaban a estar nerviosos del miedo. Justo tocar las doce, se empezó a levantar viento y moverse las hojas de los árboles. I los cuervos empezaron a hacer ruidos extraños y al poco vieron como una sombra blanca se alejaba en la oscuridad y desaparecía. Fueron corriendo al pueblo a contar a todo el mundo que la leyenda era verdad pero antes de llegar les paró el paso la sombra blanca que tenía forma de niña pequeña y les dijo “no digáis que me habéis visto sino me meteré en vuestros sueños”. Ellos con mucho miedo no dijeron a nada hasta ser mayores y como la mayoría ya no vivía en el pueblo no les pasó nada.

    Gemma Solana – 3º B

  12. Susana había quedado con Sonia en la puerta de su casa.Cuando oyó que tocaban el timbre bajó corriendo las escaleras y se despidió de su madre prometiéndole no volver tarde. Eran las 12 en punto cuando llegaron a la puerta de la antigua casa de los Blázquez.

    Al entrar se encontraron con los demás:Carlos,María,Pablo y Edu.Estaban sentados en corro explicando las típicas historias de miedo que en realidad siempre sabes que son mentira.Sólo había la luz de la luna llena entrando por la ventana.De repente se oyó caer algo al suelo y Pablo se levantó dispuesto a descubrir lo que era.Carlos y Edu lo acompañaron.Una hora después las chicas no habían visto volver a los chicos y comenzaron a impacientarse.Al girarse María vio algo que nunca pesó que podría ver.Todas salieron corriendo muertas de miedo y se encerraron en sus casas durante días.

    En cuanto a ellos nadie nunca los ha vuelto a ver,aunque siempre han circulado las típicas historias sobre que algunos los habían visto salir corriendo,algo imposible.¡Los fantasmas no corren!

  13. Muchas tardes, un grupo de amigos, se encontraban en el parque, junto al cementerio. Era un lugar muy deshabitado, donde no rondaba nadie, entre las sombras a veces algún vagabundo. Estos amigos se encontraban allí para hablar de cosas misteriosas, historias de fantasmas…
    Pasaban horas contando historias y bromeando de ellas, sentados en un banco.
    Una tarde al salir del colegio, decidieron quedar, para contar más historias, pero en vez de por la tarde, por la noche, sobre las doce, bajo la luna, daría más miedo. Al llegar las doce, la luna llena resplandecía, los amigos se encontraron donde siempre. Cuando estuvieron todos, comenzaron hablar. Se escuchaban ruidos, y veían sombras… Cada minuto que pasaba, más asustados estaban. El aullido de un lobo se escuchaba, ruidos extraños entre los árboles. Los niños empezaron a tener visiones fantasmales. A lo lejos se escuchaba como si alguien estuviese hablando. El más valiente de ellos fue el primero y los demás lo siguieron.
    Al llegar, vieron una sombra, alguien hablando. Se acercaron y vieron una tumba abierta, algo extraño había sucedido. Se acercaron y vieron a un hombre tiritando de miedo. No quisimos preguntar, solo con la escena, se podía imaginar lo que sucedió.
    Todos, asustados, nos fuimos para casa pensando en lo sucedido esa noche.

  14. ¡Me encanta el verano! Cada año voy al pueblo de mi padre y me junto con un grupo de chavales que ya conozco, incluyendo a mi hermana Olga. Pasamos los días en la piscian y las noches bebiendo y riendo. Solemos fumar y beber en un claro de un pinar del pueblo. Es peligroso, es lo que dice mi padre, pero se está muy a gusto. Nunca nos ha aclarado porqué es tan peligroso… Pero lo entendí cuando sucedió algo aquella noche.
    Era una noche de luna llena,d nastante fría para ser una noche de verano. Salí de casa a las oce junto a mi hermana hacia el pinar, donde nos esperaban. Aquella noche iba tan bebido que me reía por cualquier cosa, también hablábamos de nuestras cosas. De repente, miré a Silvia y empezó a ponerse muy blanca. Se puso a gritar diciendo que entre los pinos había alguien observándola fijamente… Le intentamos tranquilizar, incluso fuimos, asustados, a comprobarlo, pero ella seguía con su temor.
    Ya no había nadie, pero estaba segura de que había visto algo. Se escuchaban ruidos misteriosos, pero no les dábamos importancia, ya que nos lo estábamos pasando muy bien.
    Cuando lo comprobamos de nuevo, se tranquilizó un poco. Seguimos riendo y charlando cuando, esta vez fui yo quien presencié que alguien me observaba. Era un hombre muy pálido, de ojos blancos, a causa del reflejo de la luna llena, y con una mirada muy penetrante. De golpe, me puse a chillar poseído por el miedo. A la vez, Sílvia también se puso a chillar, que no había parecido calmarse del todo con su anterior espanto. Nadie entendía porqué lo hacíamos, y creían que la broma era ya muy pesada. Nosotros dos insistíamos, pero no lo veían.
    Fueron a mirar, pero no había nada. Seguimos ahí pero ya no me encontraba muy a gusto… De repente Raúl se asustó, al mismo tiempo que echó a correr desesperadamente. Todos le imitamos… Quise girarme, pero no tuve tiempo y me imaginaba lo que vio Raúl.
    Nunca más volvimos allí, ni tampoco nadie se ha atrevido a decir ni una palabra de lo que pasó aquella noche, pero estoy seguro de que no hemos sido los únicos en verlo. Entendí porqué mi padre no me dijo nada: permaneció callado por el miedo, al igual que yo.

  15. “Botellón en el cementerio”

    Un grupo de chicos decidieron hacer botellón en el cementerio del pueblo. Esa semana era el cumpleaños de uno de ellos que fue el “listo” que pagó las botellas. Quedaron en ir a la 11:30 y allí estuvieron todos.
    A eso de las 2:17:39 ,esa noche había luna llena, Carla sacó la tabla ouija e hicieron un poco el tonto. Había dos, David y Marcos, que no tenían miedo y hacían las bromas pero un ruido en una de las tumbas cambió, los dos fueron a mirar a ver que pasaba y se dieron cuenta que la tumba se había abierto. Miraron haber que había dentro… no había nada así que se asustaron y decidieron avisar a los demás para irse, pero muchos se quedaron.
    Un rato después volvieron a escuchar otro ruido y de las sombras apareció un muerto. Todos corrieron, bueno, todos menos Sergio que pensaba que eran imaginaciones suyas y se quedó allí. Al día siguiente todos fueron a buscar a Sergio pero no lo volvieron a ver.

    josedizsanz3aA

  16. Había una vez unos niños que decidieron un día por la mañana ir a la casa deshabitada de los Mins. Los Mins era una familia muy rica que se tuvo que ir del pueblo porque cada noche a las diez en punto la luz se apagaba por causas desconocidas y se asustaban mucho hasta el punto de abandonar la casa.
    A las doce de la noche los niños y niñas fueron a las misteriosa casa tal como pronosticaron. Estaban un poco asustados. Al poco rato de entrar escucharon un ruido misterioso como si viniese de la planta de arriba. La casa era de madera y no tenía absolutamente nada de muebles. Al poco tiempo de escuchar el ruido misterioso.Una de las niñas avisó a sus amigos de que había visto un fantasma. Los niños estaban cada vez mas asustados. Subieron a la planta de arriba y todos vieron un fantasma y salieron de la casa escopeteados. La niña dijo que era el mismo fantasma que había visto antes.
    Cuando estaban en los exteriores de la casa, estaban tranquilos de una vez por todas, pero pensando sobre quién podía ser aquel fantasma.Decidieron ir a pescar besugos a las rocas blancas del pueblo, aprovechando que había luna llena. Al final pescaron muchos besugos y se fueron cada uno a su casa con cinco besugos por persona.

  17. Un día , un grupo de amigas quedaron para ir a cenar todas juntas para hablar de sus cosas.Quedaron a las diez de la noche en un bar que se llamaba La Áncora.
    Ya eranlas diez y todas las amigas estaban allí y decidieron entrar a cojer mesa.
    Esa noche, era noche de luna llena, y el ambiente que había en el bar no les gustaba mucho a las chicas.Por eso decidieron comer rápido e irse a dar una vuelta o a algún banco para hablar.
    En el bar, mientras comían , justo a su lado había un grupo de jóvenes muchachos que no paraban de mirarlas y señalarlas.Una de las chicas, Alicia , se levantó de la mesa y se marchó.Las amigas , pagaron y se fueron tras ella a ver que le pasaba.Cuando por fin la encontraron ,Alícia estaba escondida detrás de unos arbustos del parue del pueblo.Sus amigas le preguntaron el motivo de porqué se fue de esa manera en el bar y Alícia les contó que uno de las chicos, cuando la estaban mirando, le sonrió y Alícia le vió dos colmillos enormes , como si fuera un vampiro.
    Todas las amigas , tras escuchar esa historia , se asustaron un poco y decidieron irse ya para sus casas.Pero por el camino , de repente Alícia se chocó contra el mismo muchacho de los colmillos. Alícia intentó gritar , pero no pudo.Al cabo de un rato , las amigas se dieron cuenta de que Alícia no estaba entre ellas.Pero pensaron que ella habría cogido otro camino distinto y cada una se fue a dormir para sus casas sin ningún tipo de rencor.

    Anna de la Cruz Reyes 3A
    La historia to chapu, pero es lo que ahi. 🙂

  18. Un buen día de verano mis amigos y yo decidimos investigar sobre una historia que habíamos oído, iba sobre unos fantasmas que vivían en una vieja casa rodeada de grandes árboles que estaban negros, porque habían sido quemados un incendio pero a la casa no le había pasado nada después del incendio.
    Quedamos en mi casa para ir todos juntos. Empezamos a andar hacia la vieja casa que se encontraba en el bosque. Había luna llena y estábamos muy asustados cuando empezamos a adentrarnos en el bosque oímos ruidos extraños. Llegamos a la casa y vimos los árboles negros y la casa intacta pero vieja… Daba mucho miedo. Decidimos acercarnos y en la puerta había una alfombra. La levanté y debajo había una llave, con ella abrí la puerta y de pronto noté algo que me atravesaba el cuerpo como si me hubiera cruzado con un fantasma. No dije nada para no asustar a nadie. Empezamos a mirar la casa: era muy antigua y estaba llena de polvo blanquecino. Subimos arriba por unas escaleras que chirriaban y parecía que se iban a romper. Al llegar arriba, habían cinco puertas: abrimos la primera y había una habitación de un bebé. Abrimos la segunda y había una habitación de un matrimonio; abrimos la tercera había un baño que daba miedo. Estaba hecho totalmente de mármol en el que te reflejabas por toda la habitación, de repente empezamos a oír una voz y de repente muchas a la vez proveían de la cuarta habitación. En el pasillo había un reloj que marcaba las doce en punto. Entramos en la cuarta habitación supusimos que era de una niña, todos los adornos eran de color rosa desgastado y etsaba lleno de muñecas. Me llamó la atención una gran mosquitera que había encima de la cama miré hacia arriba y vi una cara que se introducía en el techo como si nos estubiera estadornirando. Me asusté y pegué un grito.
    De nuevo se oían las voces, miles de sombras blanquecianas como fantasmas nos rodearon y nosotros nos escapamos hacia la puerta de entrada, corríamos todo lo que podíamos pero los “fantasmas” nos perseguían. Noté que me agarraban y me levantaban como si volara, de repente aparecí en mi habitación todo había sido una horrible pesadilla.

  19. El 8 de septiembre de 1994 se inauguró una nueva escuela de música dedicada a uno de los mejores músicos que tocaban el acordeón, Antonio. Ese era su nombre, el cual tenía mucha fama entre los jóvenes y sobre todo entre los adultos.
    A mis amigos y a mí nos fascinaba el poder oír sus canciones, y un día, él se encontraba en la escuela firmando sus discos y decidimos acercarnos.
    Pude ver en su rostro rasgos de amabilidad, se le veía una persona sincera, pero sobre todo segura.
    El 8 de septiembre de 2002, el mísmo día en que cumplía sus 69 años, falleció por cáncer de pulmón y días antes habíamos ido al hospital que se encontraba cerca de nuestro barrio. Nos dijo que quería contarnos algo pero que no era un hospital el lugar más adecuado. Nosotros no sabíamos que iba a morir al poco, así que decidimos esperar un tiempo pensando en que él se recuperaría. Unos días después de su muerte, la escuela fue cerrada y abandonada durante muchos años
    Se nos ocurrió visitarla cinco años después…
    Eran justo las doce de la noche cuando nos adentrábamos por un pequeño bosque que había que cruzar para llegar a la academia. Desde el día en que murió, cada 8 de septiembre había luna llena y no nos gustaba mucho. Hacía frío y empezaba a llover.
    Una vez estuvimos dentro, sentí un escalofrío que me congeló hasta los huesos. Supe que estaba allí con nosotros. Ninguno de mis compañeros se había dado cuenta de que yo no me sentía muy segura estando allí, así que siguieron su camino, y yo, detrás de ellos.
    Contemplábamos todos sus cuadros y mirábamos con cuidado sus intrumentos, pero, de golpe, empezó a sonar el que era su acordeón favorito, tocando una triste melodía que solía dedicarles a los niños. Encendimos nuestras linternas para ver si era alguien que quería gastarnos una broma pesada, pero pudimos ver, a lo lejos, como se movían de lado a lado todos los cuadros que él había pintado años atrás. Asustados, quisimos salir corriendo, pero la puerta se cerró de golpe y vimos como él se nos acercaba…
    Mi mejor amiga fue la única que se atrevió a entablar una conversación con el espectro, aunque con mucho miedo, todo hay que decirlo.
    Le costó, pero al fin pudo pronunciar una frase:
    -¿Qué quieres decirnos?
    En ese momento, Antonio bajó la cabeza y murmuró unas palabras que ni mis amigos ni yo logramos entender. Muertos por la curiosidad y por el frío de la noche, poco a poco, fuimos consiguiendo hablar con él. Estas fueron sus palabras:
    -Hace ya cinco años que la escuela fue cerrada y todos creen que era porque yo había muerto de cáncer pero al poco de que vosotros os fuerais del hospital me asesinaron. Max era mi hermano mayor y desde muy pequeño no nos habíamos llevado bien, siempre decía que yo era el favorito y que siempre me habían apreciado más por mis virtudes. Nada de eso era cierto, pero el estaba empeñado en que sí. Así queaprovechando que yo estaba indefenso y en un momento donde no había ni médicos ni enfermeras, vino Max disfrazado de enfermero y me inyectó una sobredosis de morfina. Esa es la verdadera causa de mi muerte y necesito que hableis con la policía y le digáis que miren bajo la cama ocho del piso nueve, allí encontrarán la respuesta a lo nunca dicho…
    Justo terminó, y se devaneció. Las puertas de la vieja escuela se abrieron y decidimos no entrar nunca más allí…

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