El 4 de febrero, la clase de CTMA (Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente) de primero de Bachillerato fue de excursión a la montaña de Montjuïc con el objetivo estudiar las rocas sedimentarias así como los profundos cambios que ha sufrido la montaña por la acción del ser humano.
Durante esta actividad, los alumnos aprendieron a reconocer arenas, areniscas, arcillas, gravas y conglomerados. Además, pudieron observar que en la parte sudoeste de la montaña hay taludes verticales de origen artificial que se formaron por la extracción de arena y piedra de las antiguas canteras. Con la arenisca que de allí se extraía, se construyeron edificios en Barcelona como es el caso de la Sagrada Familia y el Palau de la Generalitat.
Todas estas arenas y lutitas (arcilla y limo) se depositaron hace unos veinte millones de años en la antigua línea de la costa. Los materiales eran arrancados de la sierra de Collserola por la acción de los torrentes que bajaban por ella y fueron depositados en un delta. Los movimientos de las placas dieron lugar al plegamiento de estos materiales y a la formación de la montaña de Montjuïc.
La proximidad de la montaña de Montjuïc a la ciudad de Barcelona hizo que los primeros habitantes (íberos y romanos) ya utilizaran la madera y la roca de Montjuïc. Sin embargo, todas estas canteras dejaron de explotarse en 1.957 debido a que la montaña se había convertido en zona de ocio donde los barceloneses iban a pasar el día.
En los años sesenta, las llamadas canteras de Mármol y Mussol (Búho en catalán) se convirtieron en el vertedero de Barcelona y alrededores (debajo de la Orilla Olímpica). Los vecinos de aquella zona sufrieron durante muchos años malos olores, la presencia de insectos y roedores y torrentes, emanaciones de metano (CH4) y manantiales de aguas sucias que salían del vertedero. En el año 1.972 un torrente que bajaba desde el Castillo arrancó parte de las basuras y una corriente de barro y basuras llegó a inundar algunas viviendas que fueron posteriormente demolidas.
A consecuencia de estos hechos, la presión vecinal, oponiéndose incluso al paso de camiones de basura, consiguió que se cerrara el vertedero arriesgándose a pasar muchos años en la cárcel de la dictadura.
Finalmente, en los años 1991 y 1992, a causa de los Juegos Olímpicos se restauraron estas zonas tan degradadas.
Redacción: Fátima Chriya 1º A Bachillerato