Salvete, discipuli et discipulae!

“Cierta tarde entró en la librería Jorge Luis Borges, acompañado por su madre, de ochenta y ocho años. Borges ya era famoso, pero yo sólo había leído algunos, pocos, de sus poemas y relatos, y no sentía una admiración incondicional por su obra. Borges estaba ya casi completamente ciego, pero se negaba a usar bastón, y pasaba la mano por los estantes como si pudiera ver los títulos con los dedos. Buscaba libros que le ayudaran a estudiar anglosajón, su pasión del momento, y habíamos encargado para él el diccionario de Skeat y una edición anotada de La Batalla de Maldon. La madre de Borges se impacientó: “!Ah, Georgie!-dijo-.¡No sé porqué perdés el tiempo con el anglosajón en lugar de estudiar algo útil como el latín o el griego!

Alberto Manguel, Una historia de la lectura, pág. 35. Alianza Editorial

 

Amb aquesta anècdota inaugurem el nou curs i us donem la benvinguda.

Us convidem a  fer una passejada pel món clàssic i a dir la vostra en aquesta ÀGORA , espai de trobada dels amants de la cultura clàssica a l’INS LA ROCA !!