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Sucedió en Nueva York, por Hagi Soh

Sucedió en Nueva York

En Nueva York, a plena luz de la luna, un buen hombre estaba paseando por la calle Sweet Street cuando de repente vio una luz verde que salía de la cloaca. Él se acercó y no vio nada extraño, excepto una sustancia verde y pringosa que se iba deslizando por el suelo intentando coger al hombre. El hombre se puso a correr hasta que se quedó atrapado en un callejón sin   salida. La sustancia había desaparecido.Cuando el hombre pensaba que ya estaba a salvo, ocurrió lo que menos se imaginaba: la sustancia salió en forma de ola gigante por detrás de él y lo agarró como un conejo. El hombre, asustado, empezó a chillar. 

–         Socorrooooo!!! Ayudadmeeee!!!! Porfavo… – 

Era inútil. Nadie le oía. La sustancia se filtró en la tierra junto al hombre. 

El hombre se despertó en una pequeña sala y se preguntaba: 

–         ¿Dónde estoy? – 

En la sala también había un hombrecito de color verde que llevaba un aguja con un líquido rojo en el interior. El hombrecito, mejor dicho, el goblin  ese, se puso a correr hacia él y le inyectó todo el líquido. El hombre se durmió, era un tranquilizante. Después de haberse dormido entraron tres goblins más, cogieron el cuerpo del hombre y se lo llevaron en otra sala. Allí le cortaron la barriga y le sacaron el hígado, el estómago, las tripas, etc. Tiraron todos los órganos en un cubo para dárselo a los perros. Después cogieron una motosierra y le abrieron la cabeza y le sacaron el cerebro. A  continuación le cosieron la cabeza y la barriga.Lo metieron en una cúpula de cristal todo lleno de tubos.De repente, la cúpula se llenó de humo y de rayos. No se podía ver al pobre hombre. Al cabo de un buen rato el humo desapareció y dejó al descubierto un cuerpo sin vida, de color gris pálido, flacucho, todo lleno de arrugas y con los ojos rojos como el hierro fundido. Era un zombi. Al cabo de un instante la cúpula se abrió y el pobre hombre, mejor dicho, ese zombi, empezó a caminar. Se fue por la puerta trasera de la sala donde había un ascensor esperándole. El subió y pulsó la tecla para bajar a la planta inferior.
Al día siguiente en Nueva York, en una casa situada en la zona este, donde vivía una familia, la cual una persona cuyo nombre era Jimy que precisamente era un militar de la armada Americana, estaba tan a gustito en su cama… 

– Jimy levántate que es la hora del almuerzo. –

– Sí, ya voy. Espera un momento. – y añadió – “Joder”, vaya mierda levantarse tan pronto. Bueno, pues… que le vamos hacer, a almorzar. – 

Jimy era un tipo muy simpático que siempre está de juerga, es pelirrojo y de piel blanca. 

–  ¡ Eh Lisa que hay para almorzar? –

– Leche, tortitas y huevo frito. –

–  A bien…bien. – 

Lisa era una muchacha muy alegre, que siempre está feliz y riendo,  que se separó de un hombre llamado Lucio y ahora está con Jimy. 

– Por cierto querida, ¿sabes si ya ha vuelto Carter? –

-Sí, creo que sí. –

-OK, pon la radio plis, a ver que noticias hay hoy. –Radio– Esta noche el ministro ejecutivo ha desaparecido junto con su escolta  y otras personas. No se ha encontrado ninguna pista, excepto unos restos de una sustancia verde tipo moco. Ahora está en el centro de investigación de la armada Americana, donde están haciendo las primeras investigaciones. Esto es todo de momento solo, tenemos esta información. 

–   ¡Cojones! que fuerte… –

–         Toc, toc, toc, toc. –-         Lisa, ¿puedes abrir por favor? –

–         Sí. –

–         Hola… –

–         Hombre, hola Carter, ¿que tal? – 

Carter también es de la armada Americana y es su mejor amigo. Carter es moreno y bastante serio. 

–         Bien…bien. Pero no he venido para hablar de cómo estoy. Habéis oído las noticias de la radio? –

–         Sí. –

–  ¿Que crees que debemos hacer, eh Jimy? –

–   Creo que ir a la base y decírselo al superior, es lo mejor. –

–   Vale. Pues vamos. – 

Cogieron el coche y se fueron hacia la base. 

Al cabo de un rato llegaron a la base donde  buscaron el superior. 

– ¿Habéis visto al súper? –

 –  Sí, está en el laboratorio de investigaciones. –

–  OK. – 

Fueron al laboratorio de investigaciones, donde  estaba su superior. 

–    Súper, ¿sabes lo de anoche? –

–   Sí, lo sé y va bien que estéis aquí porque no os vais a creer lo que os voy a decir. –

–  Hemos descubierto a partir de la sustancia mocosa verde, que alguien está intentando transformar toda la gente de Nueva York en zombis. Y por eso… –

– Hueo, hueo, hueo, hueo. –

–  ¿Que está pasando? –

– Señor es demasiado tarde, los zombis están atacando la ciudad! –

– Joder, todo el mundo a sus puestos. Tenemos un código rojo! –

–  Jimy y Carter, formaréis el escuadrón cuatro. –-

 – Venga, ¡ al ataqueeee!!!!! – 

Todos se pusieron en pie y salieron fuera a salvar la ciudad. Jimy y Carter cogieron el coche militar y se fueron a buscar a Lisa. 

–         Lisa, estás en casa? –

–         Sí. Jimy, ¿que está pasando? –

–         Unos zombis están atacando la ciudad. – 

Los tres se fueron con el coche al campo de batalla, pero primero dejaron a Lisa en un rincón detrás de un cartel, para que los zombis no la vieran. 

–         Lisa, quédate aquí y no te muevas para nada. ¿entendido? –

–         Entendido, pero prométeme que volverás y que nos iremos a otro sitio. –

–         Vale te lo prometo. –

–         ¿Seguro? –

–         Seguro. –

–         Venga, adiós. – 

Se fueron a la guerra, pero ya era tarde, todos habían muerto. No se sabe cómo, pero habían muerto.Se pusieron a correr pero por mala suerte los zombis los cogieron y no tuvieron piedad. Les arrancaron las tripas y la cabeza. 

–         ¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah…! – 

Y así fue el fin de Nueva York. Y supongo que os preguntaréis por la chica, ¿no? . Pues no se sabe nada de ella. Quizás la habrán trinchado y la habrán tirado a los perros o quizás esté en un refugio escondida.Pero el caso es que ahora no encontraréis en el mapa nueva York si no que encontrareis NUEVA ZOMBI

FIN